El escenario permanece en penumbra. Tan sólo dos sillas de enea y un micrófono en un largo pie lo visten, además del fondo sobre el que se proyecta CreaMurcia, el logo del Ayuntamiento y algún que otro compromiso más que no recuerdo. Y ahí aparecen. Él primero, de negro entero, con la guitarra en una mano. Todos pensamos al unísono: “No es Raúl”. No, no es Raúl. Es José Acedo, pero de eso algunos nos enteramos después. Porque ahora aparece ella. Más allá de su físico, su presencia desprende algo que se aprecia mejor de cerca. Estoy varias filas por delante de lo que estaba en Cartagena y lo noto. Soy seguidor, vaya por delante, que nadie sospeche: lo declaro. Pero aún así creo que todos lo sienten. Quizás es eso que los del mundillo llaman ‘duende’, quizás es sólo eso, presencia.
Y arrancan y no hay dudas: el show de hoy es flamenco tradicional. Nada de «Los Ángeles». Al menos no de momento. Puro flamenco. Y qué flamenco porque el tal José toca la guitarra que da gusto verle. Intercambian olés entre ellos. Se sonríen cómplices. Rosalía palma tímida para seguir el compás y José lo lleva, a veces, con el pie. Los demás golpeamos la butaca. Me sorprende que nadie les grite. Me sorprende aún más cuando algunos se levantan y se marchan. Pero es que, señores, esto es flamenco. Puede que Spotify haya puesto su foto como portada en una lista de reproducción llamada ‘Indie’, o que los medios llamen a la revolución pero esto es flamenco. Moderno, sí, pero flamenco al cabo. No se dejen llevar por el hype tampoco. Que la catalana tiene 24 años. Una voz, un talento y -se le intuye- una dedicación que le auguran un futuro prometedor en el mundo de la música, pero 24 años. Las burradas que se leen por ahí en las que en la misma línea (y nivel) aparece su nombre junto al de Camarón o Morente no dejan de ser eso, burradas.
Que como ellos en su día consigan que los que no distinguimos una malagueña de una rondeña paguemos gustosos la entrada y nos sentemos a deleitarnos con su arte es una cosa bien distinta. Hablando de Morente me espero ‘Aunque es de noche’ porque la he visto interpretarla en algún vídeo. De forma preciosa, por cierto. Pero me quedo con las ganas. Sí que disfrutamos de ‘Catalina’, de ‘Te venero’ y de ‘La Hija de Juan Simón’. Alguien le grita que le está haciendo llorar. Ella le responde que eso es bueno. También reconozco ‘Aquellos duros antiguos’ pero seguro que la crónica de Gabriel Maldonado gusta más a los entendidos.
Los que jamás conseguimos llevar el ritmo de una bulería con las palmas (algún colega que la tocaba a la guitarra casi me la rompe en la cabeza) nos levantamos a ovacionarles. Un precioso espectáculo el que hemos visto hoy en Teatro Circo, broche soberbio al premio a Rey Lobo.
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