Más allá del ruido, las expectativas y los preámbulos, incontrolables e inevitables en la misma medida, está la conexión, el estallido emocional y el aluvión de certezas. Si además ocurre, como es el caso, que estos últimos elementos citados llegan acompañados de una apabullante unanimidad, sobran análisis sesudos, bailes de etiquetas y resurrecciones generacionales.
Lo que ha conseguido el grupo cartagenero Arde Bogotá es establecer un hilo invisible y poderoso entre ‘La Noche’, su primer disco de larga duración tras el fantástico EP ‘El Tiempo y la Actitud’, y un público que, consciente o inconscientemente, necesitaba estas canciones. Sentirlas, cantarlas, vivirlas y refugiarse en ellas. En definitiva, dejarse llevar por un trabajo en el que cada uno de los diez temas que lo conforman vibra de una manera individual sin que eso disminuya en ningún momento su esencia de trabajo conceptual, redondeando así uno de esos debuts en los que las dudas brillan por su ausencia.
Uno de los estrenos discográficos más memorables de los últimos años y un auténtico terremoto emocional originado por una banda a la que el presente le pertenece. Y con justicia. Aprovechamos los días previos a su concierto del 8 de junio en la Plaza de toros de Murcia, velada que, junto a la que ofrecerán en la próxima edición de La Mar de Músicas, ha colgado el cartel de entradas agotadas, para charlar largo y tendido con tres de sus miembros: Antonio García Vázquez (voz), Dani Sánchez (guitarra) y Pepe Esteban (bajo).
Casi un mes después de la publicación de ‘La Noche’, y por encima del revuelo mediático originado por el disco, ¿cómo estáis viviendo la conexión tan salvaje que han logrado estas canciones con el público?
Antonio: Es lo que más me ha impactado. Soy una persona que no tiene Spotify y que se mantiene bastante alejado del rollo de cifras y escuchas, pero cuando tocamos en Valencia, antes incluso de que el disco completo saliera a la luz, y me enfrenté a la reacción del público, me llevé la impresión más grande que me ha dado este proyecto hasta ahora. Ver como la gente ha hecho suyas las canciones y las posee con orgullo es realmente emocionante. Y el otro día tocando en Sevilla me ocurrió lo mismo viendo a la gente corear y mover los brazos con cosas que hemos escrito en un cuarto. Esa impresión es la que más me ha superado. Otra de las cosas más bonitas que nos han pasado es encontrarnos con amigos que se griten entre ellos canciones de Arde Bogotá. ¡Eso lo hacía yo en un concierto de los Libertines y ahora alguien lo hace con nuestra banda!
Se habla mucho de ‘La Noche’ como un disco que la gente necesitaba y, al mismo tiempo, la obra artística que vosotros queríais hacer. Imagino que durante el proceso de creación no se puede controlar, pero ¿sentíais que estabais trabajando en un mensaje musical que podía llegar a la sociedad de una manera especial en estos momentos?
Antonio: Creo que no. El proceso de hacer las canciones se basó en lo que nosotros queríamos, discutiendo artísticamente por temáticas, sonidos y demás. Y al final, después de analizar mucho y meter en ese debate lo que la gente podía pensar de nosotros, que es algo inevitable, la conclusión a la que llegamos fue hacer el disco que queríamos hacer y con el que nosotros nos fuéramos a sentir orgullosos. Era un consenso de la banda y de Lalo GV, el productor. Si encima luego sucede el triple salto mortal de que a la gente le guste, pues fenomenal.
Dani: Nos embarcamos en el proyecto de hacer el disco que nosotros también necesitábamos como consumidores de música. Ya no es que hagamos canciones para expresar cosas, que también, sino que hacemos la música que nos gustaría escuchar. Somos fans de nuestros propios temas, los escuchamos, los ponemos en el coche, los cantamos… No renegamos de ellos.
Es cierto que, desde que apareció el disco, se han citado a varias bandas como Supersubmarina, Arctic Monkeys o Héroes del silencio, entre otras, a la hora de hablar de vuestra música. ¿Hasta qué punto le dais un peso real a esas referencias? ¿Cómo valoráis que se citen esas influencias tan marcadas?
Antonio: Yo creo que son un halago. Pensar como artista en casi cualquier disciplina que puedes inventar algo que no existe es una falacia. De hecho, creo que es justo lo contrario, hay que abrazar la influencia y empaparte de ella hasta llegar al hueso de la gente que te gusta para comprender las razones por las que lo hace. Cualquier tipo de comparación es positiva, incluso hasta las que no tienen nada que ver.
Tengo entendido que cada uno de vosotros tiene unos gustos musicales diferentes y muy marcados. ¿Cuál es el punto de encuentro en ese sentido entre los miembros de Arde Bogotá?
Antonio: Diría que las únicas bandas en las que no hay discusión son Arctic Monkeys y Viva Suecia. Si vamos en un coche los cuatro, las canciones que nos vamos a saber todos son de esos grupos. Y a partir de ahí, claro, hay cosas que vienen de sitios muy personales de cada uno.
Daniel: Yo recuerdo la primera vez que hablamos Antonio y yo y él me nombraba a los Foo Fighters y a los Arctic como referencias de nombres que quería traer al rock español. Lo que pasa es que, con el devenir de la banda, hemos ido aportando cada uno algo y poniéndolo en común como, por ejemplo, Dua Lipa, Miley Cyrus o artistas del mundo del Hip Hop y el Freestyle.
Antonio: Eso sí, la única canción que podríamos versionar ahora mismo si nos dierais unos instrumentos, sabiéndonos perfectamente cada uno nuestra parte, es ‘Los años’ de Viva Suecia.
Entrando de lleno en ‘La Noche’, ¿en qué momento os disteis cuenta de que estabais haciendo un disco conceptual? ¿Fue algo que fue surgiendo durante el proceso o venía de una idea ya marcada previamente?
Antonio: Durante la cuarentena, cuando discutíamos las miles de cosas que teníamos que hacer, entre ellas un disco, hilamos tres temas que teníamos en ese momento: ‘Dangerous’, ‘Tan alto como tus dudas’ y ‘Cariño’. Y fue sobre todo ‘Dangerous’, una canción que compusimos con mucho orgullo, la que nos hizo encontrar el punto desde el que empezar a picar y explorar. Esa canción nos llevaba al entorno de una noche, a una trama que se conectaba y a una serie de ritmos y metáforas muy concretas que fueron claves para que nos decidiéramos a hacer un disco conceptual que contara una historia.
Daniel: También fue muy importante ‘Quiero casarme contigo’, una canción que nos hizo pararnos y sentir que habíamos encontrado nuestro sonido. A partir de ahí, junto a la influencia de discos como ‘Suck it and see’ o ‘AM’ de los Arctic Monkeys, fuimos buscando ‘La Noche’.
Antonio: Sí, cuando tuvimos claro que de ‘Dangerous’ surgía un universo del que también venía ‘Quiero casarme contigo’, pusimos las reglas del juego y decidimos hacer un disco conceptual. Y los temas que vinieron después, como ‘Exoplaneta’, ‘El beso’ o ‘Tijeras’, se construyeron dentro de ese campo de juego.
Por regla general, un disco conceptual está pensado para que el público lo escuche de inicio a fin, tratando así de identificar el hilo conductor de las canciones y teniendo un concepto global de la historia. En ese sentido, ‘La Noche’ también es un actor de amor algo nostálgico a esa forma de entender y sumergirse en una obra al completo y no de forma aleatoria y esporádica.
Antonio: Nosotros habíamos hecho ‘El Tiempo y la Actitud’, un EP con el que buscábamos enseñar al público lo que era la banda a través de una selección de temas que entendíamos que eran especialmente representativos de lo que hacemos. Por eso, cuando nos planteamos hacer nuestro primer disco largo, hubo consenso en que lo que queríamos era dar forma a un trabajo que, como mínimo, fuera una obra compacta. Y eso solamente tenía sentido si las canciones se interrelacionaban y se establecía un nexo entre ellas. Queríamos salir con un disco que se escuchara de arriba abajo y que demostrara como la banda enfoca un trabajo largo.
Sin embargo, también es un disco en el que cualquiera de sus diez canciones funciona perfectamente de manera individual. Ninguna de ellas desentonaría como single, vaya.
Antonio: Nos alegra escuchar eso, porque es algo que también estaba dentro de lo que queríamos. Buscábamos que las canciones funcionaran solas y que su sentido fuera distinto dependiendo de si estaba dentro o fuera del concepto del disco. Por ejemplo, ‘Dangerous’ representa en la historia de ‘La Noche’ el encuentro sexual entre los personajes y fuera del álbum es una canción sobre el adulterio. Si coges las letra y escuchas el tema de forma aislada trata sobre alguien que se va a acostar con una persona que no debería.
Antes de seguir hablando sobre las letras y los mensajes que se pueden encontrar en ‘La Noche’, me gustaría preguntaros acerca del proceso de grabación del disco, especialmente de esa búsqueda del sonido nocturno. ¿En qué aspectos hicisteis mayor hincapié a la hora de dar con él?
Antonio: Ese sonido nocturno, que es una cosa muy etérea, al final si lo llevas a nivel hiper técnico son conceptos muy claros: acordes menores, tonalidades menos melódicas y más primitivas y tempos que te recuerden a una discoteca o te trasladen a un antro. Al final estaba ahí. Eso sí, no éramos tan puristas como para, por ejemplo, prohibirnos hacer un Si mayor (risas).
Daniel: Dependía de cada canción. Por ejemplo, ‘Cariño’ pedía una guitarra más funky y ‘Abajo’ un sonido más épico. En ese sentido, buscábamos también un sonido místico y grandioso.
Uno de los conceptos más presentes a lo largo y ancho de ‘La Noche’ es la inseguridad. La incertidumbre desde esa épica que comentamos y las dudas sobre guitarras abrasadoras.
Antonio: A nivel de letras me gusta tratarlo desde ahí, mostrando a un antihéroe inferior y mundano que, joder, a eso va al escenario. Le han dado la oportunidad de estar junto a una banda super épica y contar la historia de su patetismo. Y ahí se crece. Ese contraste me gusta mucho, me divierte y creo que dice muchas cosas. No se si le pasará a la gente, pero cuando me miro hacia dentro me echo alguna vez la bronca y, aunque sea sin querer, me veo más pequeñito de lo que proyecto hacia fuera. Muchas de las canciones son diálogos con uno mismo en las que, al final, tiene que salir ese juego de hablar de la propia inferioridad sobre un solo de guitarra.
Además de ese contraste tan interesante, y de reflexiones más relacionadas con la rabia, la resignación y la frustración, el disco también tiene mucho de apuesta por la esperanza, de confianza en una forma de, al menos, tratar de llevar mejor las cosas.
Antonio: Sí, la esperanza es un elemento fundamental en el disco. Recuerdo que un amigo me dijo una vez, cuando le hablaba de ‘Millennial’, que en Arde Bogotá hacíamos siempre cosas con mucha rabia. Y es verdad, creo hay rabia y mucha energía en nuestra música, pero también tiene un punto de optimismo. Al final, no hay un tema en la banda que venga a resignarse del todo. Incluso nuestra canción más pesimista, ‘Te van a hacer cambiar’, me gusta pensar que tiene un mensaje final de esperanza, aunque sea a modo de advertencia. Y es que al final, si somos cuatro personas que quieren dedicarse a la música, o tenemos esperanza y un poco de idealismo o apaga y vámonos (risas).
Entre las muchas grandes frases que podemos encontrar en ‘La Noche’ hay una que resuena con especial intensidad y es aquella en la que os preguntáis si se ha muerto el rock ya o si, de lo contrario, os lo tenéis que cargar. ¿Qué hay detrás de esa reflexión? ¿Buscabais de manera muy concreta generar ese impacto tan especial desde las letras?
Antonio: Sí, es totalmente intencionado (risas). Dani me dice muchas veces que hago versos que son un poco eslogan, pero es lo que pretendo y lo que me gusta. Creo que la letra tiene que funcionar también como un reclamo, al igual que el resto de instrumentos. Cuando la guitarra hace un juego espectacular y llamativo capta la atención del público y transmite un mensaje claro, ¿no? Pues la letra tiene que funcionar igual. Yo reniego de las letras que abusan tanto de los verbos que no sabes lo que está pasando y en las que te pierdes dentro de la densidad del mensaje del autor. A mí me gusta decir las cosas con rotundidad, con sustantivos y con giros que llamen la atención. En el caso de lafrase que comentas, me vino un día a la cabeza y supe que era el verso de una canción. Además, el tema al que pertenece, ‘Millennial’, es una canción que habla sobre nosotros y nuestra identidad. Somos un animal político y social antes del primer estribillo y también somos un animal dentro de un proyecto musical antes del segundo. Y la duda de si el rock se ha muerto o si me lo estoy cargando con este disco es algo que estaba todo el tiempo presente (risas).
Debe ser increíble que, partiendo de esa última duda que comentas, la crítica especializada os haya recibido con titulares como ‘Los salvadores del rock’ o los responsables de la resurrección del género. ¿Cómo os tomáis este tipo de afirmaciones tan rotundas?
Antonio: Es una cosa que impresiona. Y en parte renegamos un poco de ello. Es como cuando te dicen que una canción es muy generacional. Cuidado. Como artistas pretendemos hacer cosas que hablen de nosotros y ojalá representen a alguien más, pero no es algo que puedas buscar. Yo creo que si intentas lograr ese objetivo termina oliendo raro.
Dani: Además, es que ese es el motivo con el que nos juntamos. No tiene nada que ver con estrategias de marketing, firmar con una multinacional o eslóganes determinados, sino de plantearnos qué pasa con el rock en este país y fuera de él. No tiene nada de premeditado, son las cosas que nos mueven y que han terminado apareciendo en el disco.
A pesar de que ‘La Noche’ entra como un tiro a la primera, también es un trabajo repleto de detalles sonoros que se van descubriendo con las sucesivas escuchas. ¿Hasta qué punto son importantes para vosotros esos pequeños detalles que marcan cada canción? ¿Os cuesta mucho dar por terminado una tema al cien por cien?
Antonio: Seré claro. Si hubiéramos tenido seis meses más para hacer el disco habríamos trabajado cada uno de esos días y nos faltarían otros doce años (risas). ‘La Noche’ se terminó porque había una fecha en la que había que mandarlo a fabricar o no salía.
Daniel: La verdad es que a veces funcionamos con presión, pero somos demasiado meticulosos con todo, desde el principio. Hay una regla interna en la banda por la que primero trabajamos las maquetas hasta dejarlas lo mejor que podemos, exprimiéndolas al máximo. Posteriormente se la pasamos al productor, Lalo, que se exprime la cabeza y, por último, las grabamos mientras seguimos exprimiéndonos la cabeza (risas). Lo hacemos sobre todo para evitar escuchar el disco y pensar en algún arreglo o detalle que nos arrepintamos de no haber incluido.
Antonio: Dani, que es el líder de la Comisión de la meticulosidad, siempre nos amenaza con eso: “¡no te olvides que vas a estar escuchando este solo de guitarra toda tu vida!”. Y nos lo dice porque es lo que él piensa cuando se va a dormir (risas).
Daniel: Es cierto, pero es que, además, Lalo es alguien que se centra en dejarlo todo absolutamente perfecto.
Pensaba preguntaros acerca de la importancia de Lalo en la banda, pero está claro que es una figura esencial que va mucho más allá de la fabulosa producción que ha realizado con vuestros temas.
Antonio: Con Lalo hicimos ‘Antiaéreo’ a modo de prueba. Y estuvimos casi seis meses con ella, buscando sobre todo el sonido. Ese proceso hizo que tanto él como nosotros aprendiéramos a trabajar juntos. Y por su forma de ser y de currar, Lalo encaja perfectamente en una banda en la que los cuatro tenemos mucha voz, somos muy pasionales y realizamos el proceso compositivo con mucho debate. Él es una persona calmada, callada y pacífica, lo que provoca un equilibrio muy positivo.
Hemos hablado de las letras y el sonido, pero otro de los elementos fundamentales para entender el éxito artístico de ‘La Noche’ es la forma en la que está cantado. Cada canción tiene una interpretación vocal distinta, muy marcada y especial. ¿Cómo te planteaste esta labor durante la grabación?
Antonio: La clave es que estoy ahora empezando a separarme de las canciones del disco. Soy una persona muy pasional y sensible y tenía los temas muy a flor de piel cuando fuimos a grabarlos. Apenas un par de ellos llevaban el suficiente tiempo con nosotros como para haber tomado cierta distancia y poder cantarlos simplemente haciendo el ejercicio de interpretar. Por ejemplo, recuerdo cantar ‘Exoplaneta’ en el estudio y era una cosa muy jodida para mí. Ahora es cuando estoy pudiendo cantarla sin sentir cada palabra. Y el resto igual, claro. Mi formación es actoral, yo vengo del teatro, y me tomo mi rol como cantante de Arde Bogotá como si fuera algo parecido a un papel. Eso sí, un papel infinito. Pero cuando voy a cantar ‘Abajo’, me gusta sentirla. Y en la grabación era así todo el tiempo.
Entrando de lleno en las canciones del disco, la primera que encontramos es ese trallazo titulado ‘Abajo’. ¿Tenías claro en todo momento que debía ser la encargada de dar el pistoletazo de salida de ‘La Noche’?
Daniel: No tengo claro que supiéramos desde el inicio que era la primera, pero estaba claro que era el punto de partida de algo.
Antonio: Cuando ordenamos las canciones durante la cuarentena, imaginábamos el disco como una curva pandémica. Pensábamos que era una historia que empezaba a subir hasta llegar a un punto de inflexión en el momento del beso entre los protagonistas, porque es una historia con muchos matices, sí, pero romántica. Y a partir de ahí, empieza a bajar de nuevo. Eso hizo que ordenáramos los temas por sectores, teniendo claro que ‘Abajo’ y ‘Cariño’ eran canciones de celebración que tenían que estar al inicio.
Precisamente ‘Cariño’ tengo entendido que surgió de una manera bastante especial y espontánea.
Pepe: Recuerdo que aquel día fue un poco la improvisación del momento. Estábamos escuchando una canción en el móvil y nos dijimos que teníamos que hacer algo similar, así que empezamos a tocar. Y cuando nos juntamos a probar con las guitarras siempre nos sale un lado muy funky. Así apareció ‘Cariño’.
Daniel: Ocurre algo curioso con Antonio, que a mí me parece una cosa grandiosa, y es que, desde el primer momento, improvisa vocalmente dando forma a una letra. Es decir, a nivel instrumental es más sencillo ir probando y que surjan melodías, pero en el terreno de letrista es algo que me parece casi imposible. Y él lo hace, tiene ese don. Lo que le transmite una música determinada lo transforma en la letra de una canción. Y algo similar ocurrió con este tema.
A continuación aparece ‘Tijeras’, una canción que, al menos a mí, me parece el momento más cercano al rock duro del disco, llegando incluso a tener una violencia sonora muy marcada.
Antonio: Es violenta desde el principio, totalmente, e incluso te diría que la hemos llegado a bajar de intensidad en ese sentido. La influencia de esa canción está en Idles, que no pueden ser más duros. Es un tema muy enrabietado. A ver, cuando pedimos ‘Trae tus tijeras nuevas y afílalas’ no es para cortar papel, sino para cortar carne (risas). Es así de macabro. Y la música tenía que estar en esa línea. De hecho, creo que el final de ‘Tijeras’ es lo más rockero que hay en ‘La Noche’.
Con el siguiente tema del disco, ‘A lo oscuro’, ha pasado una cosa muy curiosa y es que se ha ido convirtiendo poco a poco en una de las grandes favoritas del público. ¿Os sorprende ese culto que va acumulando el tema desde que salió ‘La Noche’?
Antonio: Personalmente lo noto mucho en el directo. Es una canción que disfrutamos mucho interpretando y con la que la gente se vuelca mucho más en los conciertos. Ahí se entienden más los matices del tema, el porqué del estribillo o el motivo del cambio en la parte final.
Daniel: Creo que está pasando con varias canciones del disco. La mayor sorpresa para nosotros, por ejemplo, es ‘El beso’, que es un tema que no es que hiciéramos de menos, aunque un poco sí (risas), pero es verdad que nos damos cuenta de que está creciendo mucho.
Puede que esa nueva corriente de cariño hacia ‘El beso’ se base en parte en su condición de momento más cercano al pop melódico dentro de ‘La Noche’, ¿no?
Antonio: Es una canción con la que buscábamos que el disco respirara después de los primeros cuatro temas. Imaginábamos que la historia iba avanzando de manera frenética y, cuando llega el momento crucial del contacto visual, entonces se vuelve íntima. De repente, el mundo y la gente que está bailando alrededor dejan de importar y la mirada se queda con los protagonistas.
Hemos hablado mucho de ‘Dangerous’ pero, además de su estribillo ganador, es un tema que cuenta con una fantástica letra repleta de referencias culturales, juegos de idiomas y, de nuevo, frases memorables. ¿Cómo fue el proceso de escritura? ¿Hubo muchas versiones previas y modificaciones?
Antonio: Qué va, salió del tirón. Creo que le he cambiado dos palabras. Puede ser de las letras más seguras que he escrito para el disco. Además, con ‘Dangerous’ estaba claro al venir de una metáfora muy concreta que aparece en la canción: ‘Tú tan Kanye West y yo tan inexperto’. Todo surgió el día en el que vi un anuncio de colonias que utilizaba el tema ‘Flashing lights’ de Kanye y me propuse tocarlo a la guitarra. Empecé a jugar con los acordes y, posteriormente, fue lo que entre todos terminamos convirtiendo en ‘Dangerous’. El tema se construyó prácticamente entero de golpe.
Tengo la sensación de que ‘Millennial’, por la forma en la que habláis de ella desde el principio y la forma en la que la tocáis en directo, es un tema especialmente importante para vosotros.
Antonio: Sí, desde luego. Creo que es la letra que más y mejor resume el disco. Es el paradigma de ‘La Noche’: las dudas de lo que soy y lo que estoy haciendo, el origen de las cosas que me hacen disfrutar y sufrir, la razón por las que las padezco de una determinada forma y, al final, darte cuenta de que lo que quieres es una persona concreta. Y entonces toda la mierda del rock, la música, la política y el trabajo es indiferente porque lo que de verdad te hace feliz es una relación humana. Eso para mí resume el disco entero, el estar ante una historia de amor.
Un amor que termina de explotar de una manera muy emocionante en ‘Tan alto como tus dudas’, un tema lleno de muchos de los conceptos que hemos estado citando como la inseguridad, la épica y el vértigo.
Antonio: Es uno de los primeros temas que escribimos para el disco. Existía hace mucho tiempo y se adaptó para formar parte de ‘La Noche’, sin transformar su esencia.
Daniel: Al principio era igual musicalmente y lo que cambió fue la letra.
Antonio: La duda está todo el tiempo presente en la relación que se cuenta en el disco y en nuestra forma de enfrentarnos al mañana, que es otro de los grandes temas de ‘La Noche’. El futuro y el amor. Al final, las cosas que nos ocupan como cuatro chavales de veintitantos son estas dos cosas. Y ambas son una incógnita.
Os tengo que confesar que siento debilidad por ‘El dorado’, una canción que me parece el culmen de esa mezcla de épica e inseguridad del disco. Además, creo que subraya con mucha emoción la importancia de mantener la esperanza alerta en todo momento.
Antonio: Con ‘El dorado’ ocurre algo similar a lo que comentábamos antes respecto al sentido de las canciones dentro del disco y fuera de él. En ‘La Noche’, la canción es una reflexión sobre lo que va a pasar cuando se separen los protagonistas y alejada del contexto del disco es una canción sobre Arde Bogotá. Es un tema que habla sobre lo que significa el proyecto, los esfuerzos que hacemos para que salga adelante, el lugar al que nos puede llevar, etc. Al final es una canción esperanzada y optimista porque así somos. Y es emocional porque es muy especial para Arde Bogotá hablar sobre Arde Bogotá.
Daniel: Yo me he dado cuenta con el tiempo de que el disco habla de nosotros. Cada canción. ‘Abajo’ podría ser un símil del momento en el que nos encontramos, ‘Cariño’ un reflejo de lo que disfrutamos tocando y ‘A lo oscuro’ es ese momento en el que vemos que la banda nos está quitando tiempo de otras cosas. En ese sentido, claro, las dudas están también presentes porque son inevitables. Y luego está acabar con ‘Exoplaneta’ que habla simplemente de soñar. Incertidumbre, futuro e irte todos los días a la cama pensando en la forma en la que va a reaccionar la gente en un determinado concierto o hasta dónde se puede llegar con este proyecto.
Ese cierre del disco es realmente impresionante. ‘Exoplaneta’ es una despedida llena de emoción desbordante que cuesta escuchar sin derramar una lágrima cómplice. ¿Recordáis lo que sentisteis en el momento en el que la escuchasteis terminada por primera vez?
Antonio: Me voy a ir antes de ese momento, porque estamos en una charla íntima y voy a contar cosas íntimas. La primera vez que tocamos ‘Exoplaneta’ en público fue el verano pasado en un evento en el Parque Torres en el que solamente podíamos estar Dani y yo, así que la interpretamos a guitarra y voz. La habíamos compuesto muy poco tiempo antes. Yo hice la letra entera y la línea melódica sobre unos acordes muy fáciles de guitarra y, después de enseñársela al resto, me dijeron que estaba muy bien pero que no la terminaban de ver.
Daniel: Yo recuerdo que era el final de un ensayo. Estábamos atareados con el tema de los tiempos de producción del disco y teníamos que irnos corriendo, estaba Lalo también, y le pedí a Antonio que tocara por favor ‘Exoplaneta’. Y ahí surgió el riff de guitarra.
Antonio: Y ese riff dice exactamente lo mismo que digo yo en la canción. Gracias a eso volvimos a ella.
Daniel: Efectivamente, sino es posible que la hubiéramos desechado.
Antonio: Exacto. Y volviendo al Parque Torres, recuerdo que mi padre fue a ese evento y se emocionó. Yo llevo muchos años haciendo mis pinitos como artista en muchas cosas y él me he apoyado siempre, pero nunca se había emocionado. Y escuchando ‘Exoplaneta’ en aquella ocasión lo hizo. Ahí me di cuenta de que el tema nos superaba, que hablaba de cosas más grandes de las que yo pensaba. Entendí que no es una canción de amor romántico, sino un tema de comunidad, familia, gente, tradición y lo que somos. Y a partir de ahí, todo lo que la canción no has ido trayendo está en ese escalofrío inicial en el Parque Torres. Lo mejor que me ha pasado como artista es haber tenido la oportunidad de estar en Arde Bogotá y hacer ‘Exoplaneta’. Además, en el estudio también pasaron cosas muy especiales con ella. Por ejemplo, la parte en la que canto ‘Incendiaré el Cartagonova en algún día especial’ lo hice por primera vez hilado en la grabación. Nunca antes lo había hecho. Y fue fruto de ese sentimiento especial que rodea a la canción.
Para terminar, está claro que obras como ‘La Noche’ nos han salvado a muchas personas de momentos complicados, ya sean relacionados con los sucesos del último año o con aspectos más personales, pero, ¿de qué os ha salvado este disco a vosotros?
Pepe: Nos ha salvado de nosotros mismos. De hacer algo que no querríamos hacer o de vivir en un tiempo que habríamos preferido no vivir.
Daniel: Históricamente, siempre se ha hablado de que los grandes conquistadores querían dejar algo que demostrara que habían hecho algo grande, y creo que ese sentimiento es humano y todo el mundo quiere tenerlo. Yo tengo la sensación de que mi cometido y el legado que voy a dejar, aunque haya más discos, es ‘La Noche’. Me ha salvado de ese sentimiento de ser una persona que no había hecho nada en su vida.
Antonio: De la abogacía. Quiero decir, aunque nunca pueda dejar de vivir del Derecho, ya lo que soy es uno de los cuatro autores de las diez canciones que forman parte de ‘La Noche’ de Arde Bogotá.
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