Restaurantes en Cartagena para darse un capricho
Cartagena es una ciudad única, una ciudad esencial para entender nuestra historia. Fundada hace más de 2.200 años, por sus calles han pasado civilizaciones como los romanos (descubre el Teatro Romano de Cartagena), los bizantinos, los visigodos o los musulmanes, llegando a ser reducida a escombros por los alanos y los vándalos. Todo ello se ve reflejado en cada uno de sus rincones y, como no podía ser de otra forma, también en su gastronomía.
Os traemos una selección de cinco restaurantes que han conseguido destacar no solo en Cartagena, también en el resto de la Región y más allá de nuestras fronteras. Lugares donde la cocina, el servicio y el entorno convierten sentarse en la mesa en una experiencia única. No son sitios para todos los bolsillos o donde poder ir todas las semanas, pero son propuestas perfectas para esas ocasiones especiales que uno quiere guardar en el recuerdo.
Restaurante Magoga
El restaurante Magoga, dirigido por la chef María Gómez y el sumiller y responsable de sala Adrián de Marcos, posee la primera Estrella Michelin de la ciudad de Cartagena. Abrió sus puertas en 2014 y apuesta por una cocina contemporánea y asentada en el recetario y los productos locales, buscando el equilibrio entre vanguardia y tradición. Su objetivo es que todo el que entre en Magoga sepa que está en Cartagena. Ofrece una colección de más de 300 referencias de vinos y más de 50 tipos de quesos distintos, tanto nacionales como de importación. Ha pasado de nacer como una casa de comidas a ser uno de los mejores restaurantes del país.
Barrio de San Roque
El restaurante se encuentra en antiguo almacén situado en un edificio protegido de Cartagena, un restaurante de cocina mediterránea en el corazón de una ciudad trimilenaria con una cuidada y original decoración. Su apuesta es la cocina tradicional murciana y española, añadiéndo toques innovadores de la gastrononmía internacional. Apuestan por una materia prima seleccionada de primera mano por José Antonio Nieto, alma mater del restaurante, con productos de proximidad y km 0 para elaborar unos platos de máxima calidad, con todo el sabor de la ciudad.
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La Catedral
A los pies del Teatro Romano y la Catedral de Santa María La Mayor se encuentra este restaurante que ofrece unas vistas únicas en la ciudad. Más que un restaurante es un pedazo de historia de Cartagena; abrió sus puertas en 2011 tras nueve años de restauración en la que se llegaron a utilizar restos arqueológicos como piedras del propio teatro o sillares de canteras romanas. También cuentan con suelos de cristal que dejan a la vista uno de los muros del Teatro Romano o un antiguo pozo de extracción de agua. En su cocina, al igual que su edifico, se dan la mano la tradición y la modernidad, platos elaborados con productos de proximidad donde destaca el pescado.
Este restaurante actualmente se encuentra cerrado por problemas de filtraciones en el edifico.
La Cerdanya
El chef Juan Regis abrió este restaurante a las afueras de Cartagena tras llegar a estar al servicio en la cocina de la Casa Real de España. El objetivo de su cocina es mirar al pasado y recuperar sabores de antaño, platos elaborados a la antigua usanza, tradición que continúan sus hijos al frente de la cocina. El chef define su propuesta como «arqueococina», un concepto culinario basado en las técnicas y conocimientos del pasado. A las las seis de la mañana se encienden sus fogones cada día para ofrecer el máximo sabor en sus platos. El restaurante tiene una decoración rústica que te hace viajar durante la comida a La Cerdanya que le da nombre, un precioso valle pirenaico a medio camino entre Cataluña y Francia.
Casa Beltrí
Las aguas del Mar Mediterraneo y el Mar de Japón se fusionan en el Huerto de las Bolas. Casa Beltrí se encuentra en un edificio modernista construido a principios del siglo XX, considerado bien de interés cultural de la ciudad de Cartagena. En mitad de un precioso jardín al que han llegado a llamar “El parque Güel de Santa Ana”. Su cocina se caracteriza por unir la cocina tradicional mediterránea con la gastronomía japonesa, una propuesta que tiene dificil estar a la altura del entorno pero que lo consigue de forma sobresaliente.
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