Entre el Hospital de La Vega y el Parque Fofó, casi escondida a simple vista, se encuentra la Pizzería Alemana. Un local pequeño, discreto, sin lujos ni pretensiones, pero con un buen puñado de fieles seguidores que llevan años cruzando su puerta en busca de unas pizzas que no siguen la norma.
No esperes aquí las clásicas pizzas de franquicia ni una imitación de las napolitanas de moda. En Pizzería Alemana tienen su propia manera de hacerlas. No son enormes, pero vienen bien cargadas. Hay 16 variedades en carta, pero también puedes personalizar la tuya a tu gusto.
Si solo pudieras probar una, muchos te dirán que vayas a por la Diabolo, una opción potente para los amantes del picante. Además de pizzas, el menú ofrece algunos entrantes como la lasaña boloñesa, el pan de ajo y algunas ensaladas. Todo a precios razonables, con una media de 11€ por pizza.
Lo primero que debes saber antes de ir es que aquí no hay reparto a domicilio ni tampoco puedes consumir en el local. Es un local de recogida, y punto. Puedes llamar para encargar, pero tampoco te extrañes si el teléfono no responde. Detrás del mostrador está Ricardo, el dueño, que prácticamente siempre lleva todo el negocio solo.
El horario es otro detalle a tener en cuenta: solo abre por las noches. Y si un día llegas y te lo encuentras cerrado sin previo aviso, tampoco debería pillarte por sorpresa. Forma parte del encanto (o del desconcierto) del sitio. Tampoco esperes página web ni redes sociales, solo un teléfono: 968235205.
A pesar de llevar años en Murcia y ser un referente para muchos, Pizzería Alemana nunca ha alcanzado el nivel de fama de otros locales de la ciudad. No es un lugar que busque atraer a las masas ni siga tendencias. Es un clásico en su propio nicho: clientes fieles que saben lo que vienen a buscar y lo encuentran sin artificios. Eso sí, si eres de los que valoran un trato esmerado y una sonrisa tras el mostrador, puede que aquí te lleves una sorpresa. La atención es directa, sin adornos.
Al final, Pizzería Alemana es lo que es: un sitio pequeño con personalidad, donde las pizzas tienen su sello propio y las normas las marca Ricardo. Si te cuadra, repetirás. Si no, igual sigues buscando. En cualquier caso, es una pizzería que se mantiene firme en su identidad, sin preocuparse demasiado por las modas o la competencia.
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