Un año más estuvimos en el SOS 4.8 Festival y un año más volvimos a pasarlo genial. Para qué vamos a negarlo, es difícil pasarlo mal en un festival de música.
Los Aperitivos SOS fueron uno de los grandes aciertos de esta edición. Sabemos que se vienen celebrando desde hace unos años pero parece ser que, por fin, han encontrado el mejor sitio para ello. La Plaza de la Merced consiguió congregar a más gente que nunca en los Aperitivos a pesar del clima infernal de esos días. Aún no sabemos cómo no tuvo que acudir la ambulancia a asistir a ningún grupo, para el próximo año no vendría mal un poco de sombraje. Pero como decimos, todo un acierto tanto el lugar como los grupos escogidos, una combinación de grupos nacionales como Los Fresones Rebeldes, Correos o Bëlop con grupos murcianos como Los Últimos Bañistas, Viva Suecia, El Bueno, el Feo y el Mena, The Lawyers o Neuman.
Y es que ese ha sido otro de los aciertos del festival: apostar por la música murciana. Un festival abanderado de Murcia como es el SOS 4.8 no puede permitirse que los grupos locales en su cartel sean mera anécdota como ocurría en ediciones anteriores. Este año por fin han cobrado mayor importancia, tanto en los Aperitivos como en el propio festival donde grupos como Perro, Murciano Total, Crudo Pimento, Nunatak o The Purple Elephants (ganadores del TalentoSOS) demostraron que la música murciana vive el que puede ser su mejor momento.
El público se agolpaba para ver los conciertos de Nunatak o Crudo Pimento en el escenario JägerMusic y es que este escenario podemos sumarlo a la lista de aciertos del festival. Un escenario que apuesta por las bandas emergentes y que perfectamente podría haber sido un festival alternativo solo con los grupos que se subieron a tocar en él. Crudo Pimento y Nunatak fueron la representación murciana pero merece la pena nombrar a otros grupos como Sen Senra, The Parrots, Juventud Juché, Disco las Palmeras!, Der Panther… lo dicho, un festival alternativo en toda regla. Y de calidad.
Fue un festival sin grandes sorpresa. Aquellos de los que se esperaba un buen concierto lo dieron, ninguna decepción destacable como ocurrió otros años (nunca olvidaré ese concierto de MGMT…). Hubo conciertos que destacaron por encima del resto como Temples, Glass Animals, Palma Violets o Years & Years. Y conciertos más que correctos, tal y como se esperaba, de The National o The Vaccines. Pero si algo me sorprendió fue ver el tirón que grupos como Lori Meyers o Supersubmarina siguen teniendo a pesar de haber pasado por Murcia (y por el resto de festivales) en tropecientas ocasiones, aunque también hay que reconocer que sus conciertos estuvieron a la altura del número de personas que había viéndolos, especialmente Lori Meyers.
Pero si algo estuvo por encima de lo demás fue Morrissey. O la polémica alrededor de Morrissey. Las restricciones en la comida durante su actuación debieron ser lo más comentado del festival. Supongo que a nadie le pillo por sorpresa, los rumores y las bromas llevaban semanas repitiéndose por las redes sociales. Si alguien quiere saber mi opinión es muy simple: durante tu espectáculo puedes hacer lo que quieras, tal y como él hizo con sus proyecciones que a más de uno le hicieron girar la cara; pero más allá de tu concierto… al final no creo que sirva de nada. Pero son sus condiciones y si el festival las aceptó, cualquier replica debería ser para el festival y no para Morrissey.
Cualquiera que haya ido a varias ediciones del festival sabrá que hay algo que se repite año tras año: los problemas de sonido. Y es que me sigue pareciendo increíble que desde la primera fila del escenario Radio 3 estés escuchando el concierto del escenario principal. El escenario Estrella Levante se come el sonido del resto de festival, no sé cómo podrían arreglarlo pero deben hacerlo. Si a eso le sumas los problemas durante los conciertos (perdí la cuenta de las veces que a Dave Bayley de Glass Animals se le cortaba la voz) pues ya tienes una mezcla más que criticable.
En cuanto a asistencia las cifras oficiales dicen que todo fue genial pero cualquiera que pasara por el festival se dio cuenta que la asistencia era menor que en otros años. Vale que durante Morrissey o Lori Meyers el recinto estuviera hasta arriba pero durante el resto del festival la cosa cambiaba. Creo que ha sido la primera vez que no he tenido que hacer cola para el baño, ni para cambiar tokens, ni para pedir en la barra. Era un gustazo, la verdad, pero las cifras oficiales siempre son engañosas.
Hablando de baños… ¿algún día dejarán de rodear el Escenario Radio 3 con filas de baños? No está entre mis cosas favoritas ver un concierto oliendo a orina. Y siguiendo con cosas desagradables cabe mencionar la suciedad del suelo. Si te haces llamar un festival sostenible actúa como tal. Recuerdo cuando fui por primera vez que si recogías los vasos de plástico te los cambiaban por regalos. Tampoco sé cuál es la solución para la suciedad (ni me pagan por saberlo) pero también tienen que ponerse las pilas.
Una edición del SOS 4.8 Festival en la que volvimos a disfrutar, con sus aciertos y sus cosas a mejorar que esperamos que corrijan de cara a 2016 (no perdemos nunca la esperanza). Y es que como ya he dicho al principio, es muy difícil no disfrutar en un festival.
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