Lo primero que me queda patente en la puerta de la Sala REM es que el género se está abriendo. Puede parecer una obviedad que se viene viendo desde hace ya varios años pero delante de mí tengo pruebas fehacientes. La primera es que hay más cabezas sin gorra plana que con ellas. Joder, gracias. Hasta hace relativamente poco era habitual ver a gente que se sentía “extranjera” en un concierto de rap (por lo hermético que ha sido el género, sin duda) que pedía prestada alguna gorra a alguien cercano. También aprecio que no hay una ausencia resaltable de “viejos escuela” que vistan uniformes más clásicos. Muchos han venido al concierto. Esta parte del rap, más abocada al inmovilismo, ha castigado duramente a Tangana desde que allá en 2011 “Kind of red” se erigiera como impulsor de una de las revoluciones más importantes que ha vivido el género en la última década y Tangana decidiera cerrar su “época Crema”. ¿Lo que se le achaca? Entre otras cosas, todo el trabajo que hay detrás de él. Parece que lo que molesta en estos círculos, es que el rap haya dejado de ser cosa de un tipo con pantalones anchos encerrado en una habitación machacándose a escuchar cintas y escribiendo las suyas propias. También me llevo la grata sorpresa de que hay mucho público femenino. Los hombres seguimos siendo una mayoría pero ya no somos 8 de cada 10 asistentes al concierto. Antón ha logrado igualar un poco más la proporción llevándola hasta un menos preocupante 60-40%.
El ambiente dentro del concierto es de nerviosismo. Expectación. Parece que quien va a salir al escenario no es el Puchito que estuvo aquí hace tres años con Agorazein al completo. Ahora es una suerte de ídolo o gurú y la gente tiene un nudo en la garganta. La parte a la derecha del escenario está prácticamente vacía, lo que me refuerza esa impresión. La gente no ha venido a bailar la música de Tangana, ni a escucharla. Estamos aquí para verle. Queremos un trozo suyo. No me sorprendería nada ver a gente tras el concierto vacilando de que les ha caído su sudor encima. Para que luego vengan algunos a despreciar el poder del marketing.
Cuando Fabi e Ignacio salen al escenario se produce el revuelo que lleva horas gestándose en silencio. Me he fijado antes en el detalle de que Ignacio toca el MPC con baquetas de batería. No tengo ni idea de si es por funcionalidad o por estética pero queda genial. Que Fabbiani tenga a ambos lados dos ordenadores, una mesa de controles y más aparatos que no puedo distinguir desde aquí me obliga de nuevo a pensar en lo que hay detrás de C. Tangana. Mucho trabajo y muy bien hecho. La tempestividad es algo que siempre han manejado muy bien. El primer corte en sonar es “Drama”, de su bombazo mediático y sonoro (lo uno vino por lo otro) “10/15”. Cuando sale a escena se le vitorea. Sin disimular, entona Antón mientras de fondo suena el estribillo. Al acabar, una de las primeras cosas que pide es calor. La sala responde. Dice literalmente “no tengo ni idea de dónde coño estoy pero quiero calor, gente”. Nadie le grita que está en Murcia. La gente le da lo que pide con creces. Como a un joven cesar.
El siguiente tema, de “Love’s” es otro bombazo. Tanto por la actitud de Tangana, risueño, cómodo, exigente y seguro, como por el trabajo impecable que llevan a cabo Fabi e Ignacio a su espalda. El sonido de la REM es una gozada y responde. Un nivel que mantiene durante casi todo el concierto, afeando un poco en un tema en el que devuelve ruido y Tangana tiene que alejarlo un poco. El directo prosigue y nos deja joyas de “Love’s”, “C. Tangana” (su álbum homónimo) e incluso algún inédito como “100k pasos”, su remix de “ke kiere ase” o “Balas Perdidas”. Y, por supuesto, “10/15” al completo. Con implícita y graciosa referencia a Nega antes de que suene “Nada” incluida.
Durante todo el concierto el trabajo que mantienen a su espalda (Fabi e Ignacio) y a la mía (los técnicos) es soberbio. El peso del concierto recae sobre ellos mientras Tangana hace lo que mejor sabe; ponerle a dicho trabajo la cara, la actitud y los gestos. En algunos cortes prácticamente deja sonar el tema mientras se dedica a soltar las frases más importantes o apela al público a que interactúe con él y la cante a grito pelado. Y, tal y como hizo antes, funciona. A los 40 minutos (aproximadamente) de concierto se retira. Hay gestos de asombro. Todos sabemos que viene el bis, claro, pero creo que nadie se esperaba un show tan corto. Algunos amigos me lo comentan. No sé qué responder así que me limito a encogerme de hombros y recordar en voz alta que la gira es para promocionar una mixtape de 5 temas. Y que ha cantado íntegra, claro, a excepción de “C.H.I.T.O.”, que es la que va a caer en el bis. Cuando vuelven a subir se escucha a Biggie decir aquello de “i’m sewing tigers on my shirt and alligators”. Nos volvemos literalmente locos entre el público. Los dos bombazos que vienen ahora son de cuidado.
Sigue sonando “Alligators”. Hay ratos en los que veo que Tangana está rapeando al micro pero, la cantidad de gente coreando a gritos el tema íntegro es tal, que prácticamente parece una voz de fondo. El concierto es lo que nosotros sintamos y él lo sabe. Lo sabe porque es como nosotros. Cuando hay que llamarle “joven rey” y enchufa el micro en nuestra dirección respondemos. Quiere calor y Murcia de eso tiene de sobra. El segundo bis es, claro, Puchito Puchito. Otra gozada para el público, que también la canta entera. Cuando el show acaba pongo la oreja en los distintos grupillos de gente. Todos dicen lo mismo: “¿Que corto, no?”. Sí que ha sido corto, unos 45 minutos más o menos, pero si esa es la mayor pega que se le puede poner al concierto… a gusto del consumidor lo dejo. Habrá quienes piensen que “lo bueno si breve…” y otros, como oí a varios aquel día, que le reprochen que “si el concierto va a ser así de corto ponga la entrada más barata”.
A mí me ha encantado y sigo apegado a esa sensación en el estómago que me dice que la gente no está percibiendo la magnitud del trabajo que hay detrás de Tangana y que muchos se van con la sensación de que han visto un concierto más y punto. Yo no lo digo en voz alta, pues no me atrevo, pero sigo con ese nudo en la garganta que me dice que esto es mucho más. Que en el rap van a pasar cosas muy gordas estos años y la gente aún no se ha enterado.
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[…] más entrar a la sala REM, donde en un par de horas actuaría C. Tangana, me encontré a un chaval tranquilamente sentado en un taburete de la barra, con la […]
[…] siguientes en salir fueron L’Avenida. Después del desastroso bolo que hicieron pre C. Tangana, su evolución natural ha sido cambiar de corista, aprenderse las […]
jonas disse:baa o meu sonho e ser policial federal pode ser o agente nao me inporto com o salario esso e oq eu gosto e se eu comsegui eu quero faser isso por vomtande .e esse otario que ficam ai rendcmaalo sao ums merda vao estuda e ver ce vcs vao ser algo na vida
Hejsa. Vil ufatteligt gerne vide, hvor halskæden i guld er fra? Den du har på på to billeder men som også vises alene?Håber virkelig at du kan hjælpe mig!Kh
[…] Crónica y entrevista del último paso de C. Tangana por Murcia. […]