Txetxu Altube y los compás de Los Madison

“Sígueme despacio,
ya no hay quien nos pare,
voy sin rumbo fijo,
ando entre cristales.”

Txetxu Altube es esa especia de músico extinto, ese que vive y muere por sus canciones, ese que pierde el aliento en los escenarios. Ese Born to Run en esencia, ese sonido apagado y divertido de Brad Paisley. De lo que se come se cría, de lo que se escucha se compone diría él, nunca oculta de dónde vienen sus canciones, qué influencias tiene ni ese parecido en voz a Carlos Goñi, ni esas guitarras a Los Secretos o Quique González, un rock&roll lento servido con esas letras que no dejan indiferente, profundas y nacidas de metáforas tan grandes…”Arrepiéntome de todo…”.

Es de esos músicos que tiene amigos en todas partes, que siempre que va nunca está solo, su público fiel, amigos de verdad. Es esa intro con la telecaster en Jamás la que nos muestra qué son Los Madison, tipos duros que enamoran pronto y siguen su ruta con las luces apagadas. Para Txetxu sus canciones son a veces la forma de ver lo que le está pasando, su auto-análisis personal. No las hace para que sean impersonales, le tienen que afectar.

Sobreviven en los escenarios, y cuando hacen largos parones como el de ahora es Txetxu quien mantiene la llama encendida, en formato acústico, recogido, como los que hizo en su pequeña gira por el Levante. Explica que sobrevivir a la crisis con un grupo como Los Madison es complicado, tiene que ir ganándose al público poco a poco y pelear en cada ciudad. Es el único de todo el grupo que no tiene trabajo fuera de la banda y que por ello va por toda España volviendo a tocar una y otra vez el repertorio que le hace vivir.

Txetxu, cuando está con la sola presencia de su guitarra en el escenario, canta y toca como si tuviera a toda la banda detrás, como si tuviera un auditorio enorme delante, y eso impresiona, te pone los pelos de punta.

Por Alberto Sánchez de la Peña.