Tras más de dos meses sin salir prácticamente de casa, esta semana con el inicio de la Fase 2 de la desescalada en Murcia nos decidimos a volver a retomar una de nuestras costumbres favoritas: cenar fuera. Y para ello elegimos The Agus Gastromusic, un nuevo restaurante que abrió sus puertas junto a la Gran Vía de Murcia solo tres semanas antes del comienzo del estado de alarma.
The Agus Gastromusic apuesta por la cocina internacional de autor, un servicio de cocina de 12 horas ininterrumpidas, los cócteles y la música. Un sitio donde podrás comer o cenar y después tomarte un cóctel mientras un dj se encarga de amenizar el ambiente con música.
Nada más llegar a la puerta del local a uno le queda claro hasta qué punto se han tomado en serio las normas de higiene, limpieza y precaución. Un gran cartel anuncia las prnicipales medidas que han tomado: atención por reserva, separación entre mesas, uso de mascarillas y guantes, desinfección del local, carta digital… Y una vez dentro nos recibió una máquina para desinfectarse las manos en apenas segundos que no habíamos visto nunca hasta ahora.
El trato de todos los camareros fue cuidadoso y atento, haciéndote sentir que todo está bien pero sin ser excesivo. En ningún momento vimos a nadie sin mascarilla y se les podía ver continuamente desinfectando tanto el material como las mesas. Los cubiertos se servían desinfectados y enbolsados, el pan iba en su propia bolsa para evitar tener que tocarlo… todos los detalles parecían cuidados. En ningún momento tuvimos sensación de preocupación o inseguridad y eso es algo que se agradece y se necesita de cara a la vuelta a la normalidad.
La mezcla de cocinas del mundo se ve reflejada en sus platos, especialmente en el que fue nuestra propuesta favorita de la noche: la catalana de pan de algas, salmón, salsa coreana, pico de gallo y emulsión de wakame. Otro plato que nos gustó especialmente fueron las pakoras hindúes con crema semipicante de coco.
Tampoco se olvidan de la gastronomía murciana en platos como la ensalada de tomate, piparras, mejillones y anchoas que nos sirvieron antes del plato principal. Ni de apostar por el producto local como el cordero segureño confitado a baja temperatura que protagonizaba el plato de carne.
Completaron el menú el cangrejo de concha blanda tempurizado en tempura envuelto en atún y salsa kimchi y las alcachofas al josper con panceta ibérica, crema de puerro, trufa rallada y un humo al bourbon que le daba una presentación llamativa y atractiva.
Terminamos la cena con un milhojas relleno de crema, piña y coco del que no nos habría importado repetir varias veces.
En su web puedes consultar la carta completa.
Más allá de la comida, los grandes protagonistas de su carta son los cócteles. Podrás encontrar prácticamente todos los cócteles que ya conoces y, además, descubrir nuevas propuestas creadas por sus propios cocteleros que dudarán en acercarse a tu mesa, preguntar por tus preferencias y ayudarte a elegir el que mejor encaja con tus gustos.
Cuentan con una carta muy extensa diferenciando entre cócteles para el aperitivo, para acompañar la comida y para poner la guinda final a la experiencia. Nuestra recomendación es que os dejéis aconsejar por el coctelero o la coctelera que se encargue en ese momento, con nosotros acertó.
El local llama la atención nada más atravesar la puerta. Es amplio y con una decoración que recuerda a propuestas más propias de grandes ciudades, un ambiente sofisticado pero informal, un sitio donde tienes la sensación de poder tener una cenar romántica con tu pareja y tomar unas copas con tus amigos. El ambiente es oscuro y luminoso al mismo tiempo, más cerca de un local de noche que de un restaurante, donde el dorado, el negro y los neones reinan.
La música acompaña en todo momento gracias a un dj que es un pilar más de la propuesta, pero durante la cena en ningún momento nos suspuso un impedimento para charlar tranquilamente. No se convierte en una molestia sino en un maridaje que encaja sin problema.
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