El miércoles día 20 de marzo, tuvo lugar en la Biblioteca Salvador García Aguilar, de Molina de Segura, la presentación de la nueva novela de Rubén Castillo, “El Globo de Hitler”.
Daba comienzo al acto el mismo autor de la obra, con el intento fallido de una exposición audiovisual del libro, en la que se podría disfrutar de un pequeño adelanto de lo que Rubén Castillo denominó una edición edulcorada del nazismo. Por suerte, he conseguido encontrarla por Internet, y aquí os la dejo para que disfrutéis de ella.
A continuación, Rubén, comenzó a explicarnos cómo surgió “El Globo de Hitler”. El hecho que dio pie a esta larga historia fue una simple noticia de actualidad, en la que se informaba de la subasta del globo terráqueo de Adolf Hitler canciller de Alemania entre 1933 y 1945. En el mismo momento en el que nuestro autor tuvo conciencia de esta información, supo que “ahí” había una historia. Una historia de acciones, de personas que buscan, que ayudan, que sufren; una historia repleta de sorpresas, y una historia que engancha. Y fue entonces cuando comenzó a escribir…
El escritor confesó que hasta “El Globo de Hitler” nunca había tenido la sensación de haber escrito una novela, y que experimentarla por primera vez lo llenaba de satisfacción. Hizo referencia también a lo mucho que disfrutó escribiéndola, y que haciéndolo había podido darse cuenta de que el ámbito literario de es
ta novela era sin duda, en el que ahora mismo se sentía más cómodo. Por todo ello, reveló que sus próximas obras se desarrollarían en esta línea.
Al final del acto, el autor pidió al público que interviniera e hiciera las preguntas que estimase oportunas. El también conocido escritor Manuel Moyano fue el primero en hacerlo, además, aportando una nota de humor a la noche. Definió la obra como una buena novela, que fácilmente podría convertirse en un best-seller, con la única diferencia de que ésta sí estaba bien escrita.
Con público y autor mucho más relajados, el ambiente de la sala se volvió más familiar y distendido. Rubén contó alguna que otra anécdota, y aproximadamente a las nueve y media, el acto se daba por finalizado.
El público se marchó a casa con el sabor de boca de que toda buena historia comienza con un “¿qué pasaría si…?”, La de Rubén, comenzó sin duda con un “¿qué pasaría si Hitler hubiera dejado un mensaje oculto dentro de su globo?”
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