Nunatak vive su mejor momento, se nota en sus canciones, en su directo y cuando hablas con ellos. La banda de Cartagena lleva años caminando pero ha sido con su último trabajo, «Nunatak y el tiempo de los valientes», cuando las oportunidades y los resultados se han visto más claros que nunca. Tras su paso por el festival Welcome de Estrella de Levante hemos podido hablar con Adrián Gutierrez, voz y líder del grupo, y repasar todo lo que están viviendo desde que fue publicado el disco.
Escuchando «Nunatak y el tiempo de los valientes» percibimos canciones como «Romper el cielo» o «Nadie nos va a salvar» que tienen más facilidad de llegar al gran público que en vuestros trabajos anteriores, ¿es algo en lo que habéis trabajado o que ha surgido así?
Creo que el cambio más consciente que hemos dado ha sido a nivel de mensaje. Nos hemos desnudado más en las letras, hemos dejado atrás los laberintos literarios y nos hemos dejado el alma en cada letra. Necesitábamos hacerlo.
Con otras como «A miles de kilómetros» uno sí que nota ese «boniquez», como vosotros decís, que caracterizaba más vuestros comienzos ¿creéis que estas canciones son parte de la identidad de Nunatak?
Creo que esa “boniquez”, esa ingenuidad, formó una parte vital de nuestros inicios, y sigue siendo parte de nuestra forma de ser y de entender la música y el directo. Creo que en otros discos había o mucha o muy poca boniquez y en este hemos sabido crear un plato muy bien equilibrado, con todos nuestros sabores y texturas representados en su justa medida
¿Qué canción del disco creéis que representa mejor el momento que vive Nunatak?
Creo que «Aún Respira». A nivel de producción, sonido y directo, es puro Nunatak. Tiene garra, nos emocionamos sin límite cada vez que la tocamos, da igual cuándo, cómo y dónde sea, pocas canciones consiguen hacer eso después de tantas y tantas repeteciones. Creemos que nos ha enseñado una nueva parte de nosotros mismos, un nuevo camino estilístico que seguir, y estamos deseando recorrerlo
-Si echáis la vista atrás a la grabación y los conciertos con vuestro primer disco, ¿cómo ha cambiado todo con este último trabajo? ¿cómo habéis cambiado vosotros?
Ni te imaginas cuánto. Pese a llevar años tocando antes de Nunatak, todos estábamos muy verdes así que el crecimiento personal a nivel profesional ha sido agigantado, tanto en composición, en actitud, en dominio de nuestro instrumento. Con todo esto en mente, últimamente tengo el pensamiento recurrente de que este último disco, huele a primer disco, huele al final del prólogo y comienzo del primer capítulo de las aventuras de Nunatak-
¿Y cómo está siendo trabajar con Warner además de con Sonbuenos? ¿Os ha roto muchos mitos de las multis?
Totalmente. Este es otro de los puntos en los que hemos crecido. En conocimiento de nuestro oficio, de la industria y de cómo funciona. En nuestra experiencia, nuestro equipo de trabajo de Warner desde el principio nos ha dejado bien claro que apuestan por nosotros como banda en desarrollo, nos dejan hacer y suman su experiencia a nuestro trabajo. La verdad que estamos encantados.
La inspiración o los cambios pueden venir desde uno menos lo espera. Hemos leído que PJ Harvey fue una influencia clara en cómo Nunatak está haciendo las cosas ahora, ¿cómo fue aquello y por qué os influyó?
Todo salió del penúltimo disco de PJ Harvey, y el tratamiento de los coros. Nosotros queríamos captar más de nuestro directo, que esa garra y potencia se sintiera en las grabaciones de estudio. En Bilbao tuvimos la suerte de compartir festival con ellos, y les pudimos ver en acción. Fue revelador y sobrecogedor al mismo tiempo. Estábamos en mitad de grabación y decidimos intentar llevar al terreno Nunatak esa concepción de los coros, y de ahí surgen momentos corales como Bestias Sedientas o Aún Respira.
Durante estos últimos meses también ha habido un cambio muy comentado… ¿qué ha pasado con las camisas hawaianas?
(Risas) Buena pregunta. Ya no nos sentíamos cómodos con ellas en directo. En Nunatak la ropa es una manera más de expresión, y no deja de formar parte de nuestra teatralidad y puesta en escena. Cuando comenzamos la nueva gira, ya no nos sentíamos cómodos con esas camisas, y además sentimos que se estaban ligando demasiado a estilos y referencias musicales de las cuales queríamos diferenciarnos.
Bromas aparte, ¿os sentís más cómodos ahora que nunca sobre el escenario?
Totalmente. Yo en concreto soy una persona bastante vergonzosa y con un miedo absurdo a hacer el ridículo. Con el tiempo me he dado cuenta que se solo se trata de un ejercicio de honestidad, y de dejarse el alma en el escenario. La teatralidad y la actitud sin complejos en directo eleva las canciones a otro nivel y completa su significado.
Estuvimos en vuestro concierto del Sonorama Ribera y tuvimos la sensación de estar presenciando un momento que no ibais a olvidar nunca, ¿cómo lo vivisteis?
No recuerdo haber estado tan nervioso en tiempo. Pese a ser nuestra cuarta vez en Sonorama, era la primera vez dentro del recinto, y la primera vez que tocábamos en un escenario principal de un gran festival con un buen horario. Recuerdo salir al escenario como el que sale de un túnel, cegado por la luz al ver tanta gente, y reaccionar soltando algo que solía decir mi padre “madre mía, sois más que en la guerra” (risas), fue un momento inolvidable para toda la familia Nunatak.
¿Y ha habido algún concierto más de la gira del que guardéis un recuerdo especial?
Tenemos un recuerdo especial de nuestro paso por el Cooltural de Almería. El día anterior tocamos en León y recorrimos medio país por la noche “durmiendo” en la furgo. Fue tal paliza, que al llegar a Almería sobre las 12:00, éramos la versión zombie de Nunatak. Ese estado de “no-muerto”, nos dio una seguridad y relajación increíble, la energía y la conversación con el público fueron la ostia. Lo recuerdo con mucho cariño.
Para mi lanzarse a la carretera y llevar vuestras canciones a rincones del país donde no sabes si el concierto funcionará o acabarás perdiendo dinero me parece de valientes, ¿es el público consciente del esfuerzo detrás de una gira?
Creo que no. Al menos yo no lo era antes de alistarme en esto. En cualquier caso, la conversación creo que debería estar menos en la pena que damos los pobre músicos que trabajamos muy duro con poca recompensa y más en la educación cultural, en enseñar a la gente a apreciar y valorar el arte como algo que genera riqueza, que da empleos y que tiene un valor. En España la gratuidad y la piratería son las maneras más comunes de relacionarse con el arte en las últimas décadas, y quien esté libre de pecado que tiré la primera piedra (yo incluido). Como en casi todos los aspectos que importan, la solución pasa por más y mejor educación.
Tras los festivales del verano, que son un escaparate sin comparación, ¿hay ganas de volver a las salas?¿Cómo convencerías al público para que asista a las salas y no solo a los festivales?
Nos morimos de ganas, hemos trabajos con mucha ilusión este nuevo repertorio de salas, y no vemos el momento de subirnos a la furgo. Para mi las salas son un agente cultural vital en las ciudades. Son punto de encuentro, crean tejido cultural y humano, descentralizan la hegemonía cultural de las grandes ciudades y sobre todo abren puertas a nuevos talentos creativos. Creo que las ciudades con un tejido artístico público y privado sano, son ciudades más vivas, mejores.
¿En estos días que vivimos ser valiente es un acto de rebeldía o de amor propio?
Me gusta mucho la pregunta. Pues creo que es una mezcla sutil de ambas. En el tiempo de los valientes nosotros hemos entendido la valentía como una mirada interior imprescindible para enfrentarte a tus miedos y frustraciones, pero también para salir fuera y regalar una vida mejor a los que te rodean, y dado el nivel de acoso egoísta y consumista al que nos vemos sometidos cada día, me parece una actitud de pura rebeldía.
Damos por hecho que escribir suele ayudar en momentos jodidos, ¿pero subirse a un escenario también? ¿Se hace difícil hacer frente a un concierto cuando los ánimos están bajos o el directo hace de autoterapia?
Se hace complicado a veces. Malos días tenemos todos, y lo bueno y lo malo de cantar canciones, es que hablan de sentimientos y no siempre tienes el mejor estado anímico para hacerlo. Pero sí que es cierto que tras la tercera o cuarta canción todo se olvida, entras en dentro del trance del directo y la adrenalina hace el resto. Es realmente revitalizador tocar, puede solucionar un día de mierda, incluso quitar una resaca de pelotas (patente en trámite).
Decís que sois un grupo de valores y no de ideología, ¿no os parece que es algo que últimamente estamos anteponiendo la ideología de cada uno por encima de los valores más básicos y humanos?
Totalmente de acuerdo. Vivimos un momento de crisis global, el liberalismo ha fracasado y dejado en la cuneta a los de siempre, y como en todas las crisis de la historia, las posturas se extreman basándose en ideologías estériles que no ayudan a la gente y que malgastan el tiempo y la ilusión en disputas sin salida, mientras que los ricos se hacen más ricos, y los pobre más pobres. Verdaderos movimientos basados en valores, como el feminismo o el ecologismo, son la única salida hacia un futuro más justo y humano.
Sabemos que estáis preparando un trabajo muy especial con colaboraciones como las de Rafa Val que ya hemos podido escuchar, ¿cómo surgió la idea? ¿Nos podéis adelantar algo?
Queríamos darle una nueva vida a algunos temas de nuestro último disco y devolver el protagonismo a las canciones en su versión más pura. Para ello, nos hemos rodeado amigos y artistas que admiramos como Rafa Val o Iván Ferreiro. Aún no podemos desvelar los otros dos temas, pero si podemos decir, que estamos encantados y que está siendo una experiencia muy enriquecedora.
Junto a grupos como Viva Suecia o Perro formáis esa generación de bandas que siguió la estela de Second, M-Clan o Neuman y volvió a poner a Murcia en el mapa e hizo que se hablara tanto durante un tiempo de la «escena murciana», ¿cómo ha cambiado la percepción que la gente tiene de Murcia durante estos años?
Se ha convertido casi en topicazo aquello de “pero bueno, ¿qué pasa en Murcia?”. Yo siempre digo, que el talento siempre estuvo allí, solo que ahora el foco está puesto en nosotros y gracias a eso el resto del país nos ha “descubierto”. Solo el tiempo nos dará la perspectiva y canas suficientes para tener una respuesta más fiel a la realidad.
¿Creéis que ahora es más fácil llevar tu música fuera de Murcia que hace unos años?
Fijándonos simplemente en lo que costaba una guitarra eléctrica y un ampli decente en los 70-80 y la gente que podía acceder a ello, nos podemos hacer a la idea. Si a esto le añades que grandes bandas murcianas han salido fuera y nos han puesto en el mapa, si creo que ahora, pese a haber mucha más competencia, vivimos un momento privilegiado.
La música en la televisión está de actualidad gracias a La Hora Musa. En Murcia no podemos decir lo mismo ya que la música apenas tiene hueco alguno en la televisión pública, ¿cómo veis la desaparición de programas como Con Ciertos Marcianos y la falta de apuesta por la música en nuestra televisión?
Me remito al tema de la educación cultural. No sé donde leí que Buenafuente tuvo que mover la actuación en directo de su Late Motiv al final porque la gente cambiaba de canal al ver que había una banda tocando. Somos un país con poco arraigo de música en directo más allá de intérpretes vocales, así que, estos nuevos programas reabren el buen camino de la tele pública de los 80, pero queda mucho camino por hacer.
Acabáis de compartir cartel con MGMT, un grupo que saltó a la fama gracias a hits como “Time to Pretend”, “Kids” o “Electric Feel” pero el resto de su discografía es prácticamente desconocida para el público general, ¿cómo se lucha para que eso no os pase?
No sabría responder a esta pregunta, estoy totalmente de acuerdo con tu afirmación y la verdad es que es complicado gestionar una carrera artística cuando unos temas tuyos tienen ese éxito tan arrollador en comparación con el resto. Creo que yo en su caso intentaría ser honesto conmigo mismo y seguir haciendo la música que me surja en cada momento, sin dejarme guiar por nada más.
En ocasiones hemos leído a más de un músico quejarse de la falsa de honestidad y humildad por parte de los grupos que parecen empeñados en mostrar solo éxito y éxito, aunque no se asemeje del todo con la realidad. Está claro que uno no va a dedicarse a contar todo lo que falla o va mal, ¿pero creéis que existe un exceso de “marketing”, por decirlo de alguna forma, en la comunicación de los grupos hoy en día?
Sí, totalmente. Es una estrategia muy común la vender siempre éxito y sold out. Supongo que es parte del juego y más de una vez nosotros hemos caído en la trampa, pero creo que es totalmente estéril. Las burbujas son solo eso, burbujas, y si las inflas demasiado acaban explotando. Entiendo que entre echar fotos sin que se vea el público porque fueron 5 personas y un discurso victimista y desolador, hay un equilibrio honesto y motivador, y creo que ejemplos como el de Berri Txarrak y su comunicación del concierto en Francia para una persona, son pura valentía.
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