Bajo la inmensidad estrellada del Santuario Romano Cueva Negra, Fortuna celebró el pasado sábado 21 de junio la experiencia gastronómica ‘Stella’, una velada única que fusionó patrimonio, gastronomía, misticismo y arte en un enclave histórico inigualable. Cerca de 90 comensales participaron en esta cita promovida por el Ayuntamiento de Fortuna y 1001 Sabores Región de Murcia (Instituto de Turismo de la Región de Murcia, ITREM), dentro de la nueva marca de eventos experienciales del municipio: Tempus Fortuna.
La propuesta, organizada por la agencia Lalumier Eventos & Comunicación y habitual en el formato experiencial de YAAAS, mantuvo la incertidumbre hasta el último momento: los asistentes fueron citados en un punto cercano, sin revelar la ubicación exacta. Una vez reunidos, fueron conducidos hasta la Cueva Negra, un conjunto de abrigos rocosos que antaño fue santuario romano y que conserva más de cien inscripciones latinas conocidas como tituli picti, únicas en España por estar pintadas directamente sobre la roca.
Bajo el lema “Caelum Nocturno”, los asistentes acudieron vestidos en armonía con la temática: dorados, plateados y azules profundos que evocaban la elegancia y el misterio del cielo estrellado. Allí les esperaba la guía espiritual de la noche, interpretada por la actriz Myriam Villalobos, quien encarnó a una chamán, una sacerdotisa y una maga a lo largo del evento, ofreciendo una narrativa envolvente que conectaba lo terrenal con lo sagrado.
La propuesta culinaria corrió a cargo de la chef Ester Cánovas, del restaurante Salabores, con una cena-cóctel maridada con cervezas de Estrella de Levante y Vinos DOP Jumilla, seleccionados por el sumiller Ismael Galiana. El menú incluyó una marinera de autor, un eclipse de tomates con garum, gazpacho estrellado con pepino alfijoz, panipuri de chipirones, chato murciano estofado con cerveza tostada, y una torrija borracha con helado. Todo ello acompañado por el pan artesano de Pan Moreno y ambientado con la música de Plutonita deejay, que aportó una atmósfera de conexión entre lo mágico y lo terrenal.
Durante la cena, los asistentes ascendieron simbólicamente hacia la cueva guiados por la sacerdotisa, en una invitación a conectar con el lugar desde lo místico. El colofón llegó con un ritual final en el que las piedras de la Cueva Negra se convirtieron en receptáculos de deseos, culminando una noche que, como sus organizadores destacaron, “no se repetirá jamás”.
‘Stella’ no solo fue una celebración de la gastronomía y el patrimonio, sino una experiencia irrepetible que consolidó a Tempus Fortuna como una apuesta firme por la valorización de la identidad local a través de propuestas culturales inmersivas y transformadoras.
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