Rufus T. Firefly se han convertido en una de las bandas más queridas del indie nacional. Y lo han hecho gracias a buenas canciones que les han llevado a conectar de una forma especial con su público. Su música y su actitud desprende sinceridad y compromiso con la música, con lo que realmente es la música, y ésta poco a poco le va devolviendo todo lo que ellos le están dando. En sus primeras visitas a Murcia la banda liderada por Víctor Cabezuelo y Julia Martín-Maestro apenas conseguía llenar media sala 12&medio pero ya nos convencieron para contar con ellos en nuestro #CmonFest, ahora vuelven en su mejor momento y llenando Sala REM. Hemos aprovechado para hablar con Víctor Cabezuelo.
En una entrevista reciente con Alternavivo dijiste que hay ocasiones en las que la gente cree más en vosotros que vosotros mismos, ¿no da esto un poco de vértigo en algún momento? ¿El miedo a defraudar existe?
Supongo que aquí entra en juego la personalidad de cada uno y no se puede generalizar, pero en mi caso te aseguro que ese miedo existe. No es miedo a defraudar a la gente, es miedo a no estar a la altura de las circunstancias. Soy muy consciente de la inmensa suerte que nos ha traído hasta aquí. Hemos trabajado muchísimo pero no más que cualquier otra banda así que nunca me gusta hablar de méritos en este sentido, porque el mundo de la música no es justo y no gana el que más lo merece, desgraciadamente. Puedes estar trabajando mil años, hacer música increíble y aún así pasar desapercibido. Es triste pero es una realidad a la que nos tenemos que enfrentar y por eso, si tienes la oportunidad de poder trascender, tienes que estar a un nivel alto, por respeto a la música ya a todos los grupos que no llegan a tener esa oportunidad.
Quizá aún no seáis uno de los grupos más seguidos del país pero vuestro público crece con cada concierto y tengo la sensación de que el público que os sigue lo hace de una forma especial, lo hace con el corazón y porque siente vuestra música como parte de ellos, ¿sentís vosotros también esa conexión desde el escenario?
La verdad es que ya hemos llegado muchísimo más lejos de lo que pensábamos que íbamos a llegar. Nunca hemos tenido más pretensiones que las de liberar ciertos sentimientos a través de la música y todo lo que nos está pasando es increíble. Notamos mucho esto que dices, la gente que nos sigue lo hace porque cree de verdad en lo que hacemos. Es algo que para nosotros es muy importante. No creemos en la inmediatez, creemos en el camino lento pero firme. Puedes hacer una canción que conecte con la gente y eso está muy bien, pero no puedes condicionar tu carrera a esa canción porque acabarás muerto musicalmente hablando. Que una canción tuya sea un éxito, debe ser sólo una anécdota en tu carrera y hay que dejar claro al público que no vas a ser complaciente con él, que todo esto parte de la libertad creativa y a veces saldrán unas cosas y otras veces otras muy diferentes. Si me quieres me tienes que querer cuando estoy feliz, pero también cuando estoy jodido.
Me imagino que esa confianza y apoyo de la gente también será vital para no tirar la toalla cuando todo se vuelve más oscuro.
Absolutamente y si no fuera por eso ya lo hubiéramos dejado hace tiempo. Mantener un grupo con vida hoy en día es una odisea. Al final es el público el que decide si una banda puede seguir tocando o no. Como decía antes, creo que no hay que ser complaciente, pero tampoco endiosarte y pensar que estás por encima de todo. Digamos que siempre intentamos dejar claro que estamos muy agradecidos de que el público muestre interés por nuestra música haciendo lo que nos da la gana todo el rato, nos hemos llevado el premio gordo.
¿Todo va tan rápido que nos olvidamos de la verdad y de disfrutar esos breves e insignificantes momentos que al final dan sentido a todo lo demás? ¿Deberíamos pararnos más a mirar dónde estamos y lo que nos rodea y aprender a disfrutar de ello?
Deberíamos. Pero creo que no va a pasar. Todo se va cada vez más y más a la mierda. Sólo importa el beneficio, la inmediatez, petarlo…se menosprecia todo el rato la felicidad de lo cotidiano. Parece que eres un fracasado si necesitas poca cosa para ser feliz. Ya hemos exprimido el planeta, a todos los seres que viven en él y como ya no queda nada que exprimir, nos exprimimos a nosotros mismos.
¿Se echan mucho de menos durante las giras momentos como los que describe la canción?
Las giras a veces son difíciles. Pasas muchas horas metido en una furgoneta y a veces eso saca lo peor de uno mismo. Si encima en cuanto llegas a casa te tienes que poner a currar toda la semana, la cosa se pone muy cuesta arriba. Ese es uno de los motivos por los que vamos a parar un tiempo. Creo que para hacer un buen disco tienes que tener la mente despejada. Con agobios y presión es más fácil cagarla. Necesitamos parar, alejarnos de las redes un tiempo y volver a encontrarnos con todo eso que comentas. Hasta que no pase, no haremos ni una sola canción nueva.
En «Final Fantasy» hay una frase que me llegó especialmente: «¿Cómo pretendes salvar el mundo desde Aranjuez?». Siendo de Murcia muchas veces me he sorprendido menospreciándome a mi mismo por el simple hecho de ser de una ciudad como esta, ¿crees que vivimos un poco acomplejados fuera de las grandes ciudades?
Sí, es justo eso. Ese complejo creo que existe pero en mi caso ya lo tengo bastante superado. Me siento un bicho raro total porque cada vez me intento alejar más de todo eso. Estoy feliz alejado de todo. Sé que no podría vivir en Madrid, acabaría muy pronto en el hospital por cualquier cosa. No hay que avergonzarse de lo que te haga sentir bien, cada uno es como es y a mí me encantan los pueblos y los lugares solitarios. Desde nuestro pueblo, no es que hayamos cambiado el mundo de la música, evidentemente, pero hemos conseguido infinitamente más de lo que se podría esperar de unos chavales de Aranjuez y eso es algo que me hace sentir muy orgulloso.
Vuestro disco «Ø» fue muy importante para mi, apareció en un momento en el que supo reflejar muchas de las cosas que sentía y tenía guardadas dentro que siempre será algo especial por ello, ¿os ha pasado alguna vez a vosotros con algún disco? ¿Con cuál? ¿Y llegasteis a pensar que vuestra música pudiera acabar cambiando, de alguna forma, la vida de alguien?
Me alegro de que sintieras eso con ese disco. A mí me ha pasado muchísimas veces eso con mil discos, de hecho, es el motivo por el que me dedico a esto. Creo absolutamente en el poder de la música porque lo he vivido en mis propios huesos. Ha habido discos que me han volado la cabeza, me han cambiado y han condicionado mi vida, así que creo que cualquiera puede hacerlo. Yo no pretendo cambiar la vida de nadie, pero sí que quiero transmitir con mi música las cosas tan increíbles que otras canciones me transmitieron a mí antes.
Vuestra música y vuestras letras han cambiado mucho desde «Ø» a «Loto», habéis pasado de la oscuridad a la luz, del negativo al color, y curiosamente, cuanta más luz desprendían vuestras canciones más éxito han tenido, ¿creeis que ha tenido algo que ver? ¿Vivimos días en los que tanta oscuridad nos rodea que buscamos algo de luz?
La verdad es que no tengo ni idea de por qué ha pasado esto. No creo que Nueve sea mejor o peor disco que Magnolia por ejemplo, sin embargo, la diferencia de repercusión es descomunal. Hay algo que sí me he dado cuenta y es que la gente necesita esperanza y por supuesto me incluyo. Imagino que poner al amor, al arte y a la naturaleza como pilares fundamentales de una obra es esperanzador, es el presente que muchos querríamos. No deja de ser un sueño pero a veces, cuando te despiertas después de haber soñado algo increíble, de alguna manera condiciona tu día y la forma de afrontarlo. Supongo que ahí está la clave de todo lo que nos ha pasado.
¿Y es posible desprenderse de esa «oscuridad» o siempre permanece ahí agazapada? ¿Cómo se lucha contra ella cuando sientes que «sigue dentro de ti retorciéndote el corazón»? ¿Os ha ayudado vuestra propia música a ello?
Hay una frase del disco que resume esto muy bien: “Creo que ahora mismo voy ganando la lucha interna”. Toda la vida luchamos contra nosotros mismos. Las personas no somos de una manera u otra, todos tenemos sentimientos oscuros y también luminosos que son los que van determinando nuestras acciones. A veces afloran unos y a veces otros. En mi caso, puedo decir que lucho cada día contra esta parte horrible de mí mismo que odio. Creo que lo de aceptarse a nivel moral no funciona. Si eres una persona de mierda tienes que hacértelo mirar y luchar contra ello. Por supuesto, la música me ayuda constantemente en esa lucha, no sé qué sería de mí sin ella, la verdad.
¿Eras más feliz en el momento de escribir «Magnolia» que cuando escribiste «Ø»?
Sin duda y creo que se nota. Cuando escribí Ø venía de una etapa jodida. Hay cierta esperanza en ese disco y creo que el mensaje final no difiere demasiado al de Magnolia, pero es cierto que todo está escrito desde un punto de vista muy oscuro y deprimente. También creo que reconocer dónde te encuentras y soltar fuera toda ese odio y frustración es el primer paso para poder cambiar.
Veo desaparecer grupos como Nudozurdo, para mi una de las mejores propuestas de la escena nacional, y me pregunto qué podemos hacer desde los medios para ayudar a dar a conocer a grupos como ellos que creamos que realmente merecen la pena y si es posible que alguien que disfruta con la música que suena en Cadena Dial pueda conectar con una canción de Havalina.
Tristemente, no estoy seguro de que los medios podáis hacer mucho en ese sentido. En los medios que yo leo, no dejáis de hablar de discazos y de grupos increíbles de este país. Lo hacéis con todo el amor y con todo vuestro esfuerzo, pero aún así sigue y seguirá pasando que grupos como Nudozurdo o Autumn Comets terminen desapareciendo. El capitalismo lo ha engullido todo. La música yo no se disfruta, se consume. El oyente pone estrellas a los grupos y escucha una media de 10 segundos si la canción es desconocida o tarda en arrancar. Siempre nos hacemos la misma pregunta ¿Ha sido el público el que ha condicionado a la industria o la industria la que ha condicionado al público? Creo que a veces pasa lo primero pero generalmente es lo segundo, o más bien, la industria se adueña de una tendencia fresca y la convierte en algo horrible, repetitivo y acartonado. También me parece que como oyentes deberíamos exigirnos más a nosotros mismos. La gente que conoce a Nudozurdo por ejemplo, ha tenido que hacer el esfuerzo de indagar y estar abierto a conocerlo y no todo el mundo quiere ni sabe hacer ese esfuerzo. Me encantaría que Havalina sonara en Cadena Dial. No tienen ni puta idea de lo que se están perdiendo.
Han pasado casi 6 años desde que hablamos por primera vez. En aquella entrevista hay una frase que sigo recordando y decía que «vivimos para sentir, no para ganar dinero, y tocaremos hasta que se nos caigan los brazos», ¿sigues pensando así? ¿Crees que es una forma de pensar que últimamente escasea en la música?
Absolutamente sigo pensando lo mismo y eso me ha traído muchos problemas a medida que el proyecto ha crecido. Después de 13 años tocando puedo decir que las dos peores cosas que nos han pasado en la música han sido no ganar dinero y ganarlo. He sentido todo el tiempo que el dinero nos condicionaba, primero porque al no tenerlo no podíamos hacer lo que queríamos y después porque al hacer lo que queríamos dejábamos de tenerlo. Esto lo odio con todas mis fuerzas, no puedo con ello. Yo no quiero ser rico, me la pela absolutamente. Yo quiero hacer grandes canciones. Mis sueños musicales tienen como culmen obras maestras, no WiZink Centers. Por supuesto, hablo de mí. Cada uno debe tratar su carrera musical como le de la gana y yo no quiero dar lecciones de nada. Simplemente, no quiero que nadie se confunda conmigo.
Nunca habéis sido un grupo de callarse nada, de fingir o de mantenerse al margen de la realidad que vivimos, ¿os ha perjudicado en algún momento? ¿Creeis necesario aprovechar el «altavoz» que os ofrece Rufus T. Firefly para intentar cambiar las cosas?
La verdad es que dentro del mundo de la música no le caemos bien a todo el mundo y lo entiendo. Hay cosas en las que creemos y que son la base de todo lo que hacemos. Si algo de lo que pasa delante nuestro choca directamente con esas cosas lo vamos a decir y me da igual que seas el director del mejor festival del mundo, el presidente de la discográfica más poderosa o la entidad que controla todos los derechos de autor del universo. En cualquier caso, la única forma de cambiar las cosas es cambiándolas. Quejarse por algo te posiciona y te define políticamente. Creo que eso está guay como punto de partida, pero si realmente quieres cambiar algo tienes que trabajar más y hablar menos.
Me gustaría preguntar a Julia cómo se siente al ver que es considerada como una referencia para las chicas que empiezan en la música (y las que ya llevan tiempo dentro), si cree que su papel con Rufus T. Firefly ha ayudado de alguna forma a animar a otras a adentrarse en la música.
Julia: Nunca hubiera pensado que me tomarían como referencia o influencia y es algo muy bonito y especial. Cuando empecé a tocar todas mis referencias eran masculinas y eso me enfadaba mucho, porque buscaba, compraba revistas de baterías y percusión pero me costaba encontrar alguna. De hecho, recuerdo cuando leí en Batería Total por primera vez el nombre de una chica batería, Patti Ballinas (aparecía en una parte muy pequeña de la página explicando que venía a hacer a España unos clínics) y después el de Cindy Blackman. Me alegró mucho que las cosas empezaran a cambiar, esto fue hace 8 años más o menos. Ahora hay muchas más referencias y grupos en los que te puedes fijar y de los que puedes aprender mucho. Creo que Rufus ha puesto su granito de arena y en cierta manera ha ayudado a que todo esto siga cambiando poco a poco, al igual que muchas otras bandas feministas que aman la música y la igualdad.
Aparte de lo último de Cala Vento, ¿qué otros grupos os han llegado dentro últimamente?
Hay muchísimos grupos por aquí haciendo cosas de puta madre: Ambre, Mow, Solo Astra, Calavera, Lázaro, Barbott, Pan, The Crab Apples, Mourn, Iseo, Alice Wonder… algún día haré una lista porque siempre me parece injusto nombrar sólo los que recuerdo en 5 segundos.
De todas vuestras canciones, ¿cuáles creéis que se merecen mucho más reconocimiento del que tienen? A mi me parece una pena que canciones como «Subir por aire» o «La gran mentira» no hayan llegado a tanta gente como se merecen.
Cómo comentaba antes, intento dejar a un lado el mérito en todo esto porque si no me pego un tiro. Digamos que estamos absolutamente orgullosos de cada una de las canciones que hemos sacado a lo largo de estos 13 años y por eso precisamente las hemos sacado. Hay canciones que 10 años después pueden sonar un poco ingenuas o no están todo lo bien interpretadas que podrían, pero la realidad es que cuando las grabamos, para nosotros eran lo máximo que sabíamos hacer y de cían justo lo que queríamos en ese momento. Estábamos siendo 100% sinceros con nosotros mismos y en ese sentido, Río Wolf no me parece una canción mejor que Incendiosuicida por ejemplo.
En estos últimos meses hemos visto cómo proyectos como el de Rosalía o Amaia han ocupado portadas, han protagonizado cientos y cientos de noticias, han aparecido y sonado en todos los sitios… Sin entrar a juzgar su talento, parte de su éxito es innegable que se debe al marketing y la publicidad, a una inversión enorme en ellas. ¿Cómo veis desde dentro el apoyo que reciben estos proyectos por parte de los medios? ¿Creéis que, talento aparte, son un producto perfecto a explotar y por ello están obteniendo ese reconocimiento? ¿La música ha quedado en segundo plano?
Sí, la música ha quedado en segundo plano, pero en el caso en concreto de Rosalía me parece que de alguna manera le ha dado la vuelta a todo y ha sido para bien, porque con la excusa del marketing, le ha colado a las masas un disco increíble que nos ha dejado a todos locos a nivel de concepto y producción y eso me parece buenísimo para la música porque nos enriquece a todos. Ha jugado a su juego y se lo ha pasado entero. Yo no tengo ninguna palabra que no sea de admiración para lo que ha hecho.
En el caso de Amaia me pides que no hable de talento pero no lo puedo evitar, porque creo que es talento puro y duro. Lo que me da rabia es que todos la hayamos conocido por ese programa que no tiene nada que ver con la música. Creo que a alguien como ella no le hacía falta tomar ese camino. De todas formas, me parece una persona con una personalidad muy marcada y difícil de moldear así que igual esa industria que buscaba un producto en ella, se acaba encontrando ahí a su peor enemigo. Como ves, me encanta montarme películas. Todo tiene que ver con lo que te comentaba antes, necesito creer que hay esperanza.
Han pasado años pero «Ya de niños odiaban la música» sigue estando de actualidad, ¿se nos olvida que los de arriba no son nadie sin nosotros? ¿Nos hemos entregado ya o todavía estamos a tiempo de reaccionar?
Estamos a tiempo. Hay mucha gente que dedica su vida esta lucha y siempre la habrá. Cada una de esas personas vale por 100000 que no hacen nada. La solidaridad, la defensa del débil y la empatía por todo aquel que está sufriendo no pasan por su mejor momento, pero este es sólo un pequeño e insignificante momento en la lucha por la dignidad y los derechos de todos los seres que habitamos en este planeta.
¿Qué ha significado para vosotros veros en televisión en prime time en «La Hora Musa»?
Aún no me explico que quisieran contar con nosotros. Fue precioso ver como se nos fueron de las manos las redes sociales ese día. Nunca habíamos tenido tantas menciones y fue muy bonito que el vecino que no sabe ni que tocas en un grupo te diga “ayer te vi en la tele” y a partir de ese día siempre que te ve te sonría. Es una maravilla que al fin haya un programa así, ojalá sea sólo el principio.
En Murcia habéis pasado de tocar en salas para apenas 20 personas a agotar en Sala Musik o prácticamente llenar Sala REM con un concierto gratuito. Ahora volvéis y todo apunta que Sala REM, con un aforo de hasta 600 personas, volverá a llenarse y esta vez pagando entrada, ¿os sentís arropados aquí?
Hemos tocado muchas veces en Murcia sí. Creo que es la ciudad después de Madrid que más veces hemos tocado y la verdad es que siempre nos hemos sentido muy queridos, en gran parte por vuestra culpa.
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