«Tú que eres tan guapa y tan lista….». Así empezaba el estribillo de la canción que más fama le dio a Miguel Ángel Hernando, alias Lichis, «La lista de la compra». Seguro que pensarás que esta canción está más dada de sí que unos calzoncillos de tercera mano. Imagínate lo que pensará de ella su autor. Tras la disolución definitiva de La Cabra Mecánica, Lichis ha comenzado una nueva etapa en la que, agarrado a su guitarra acústica, ha dirigido su punto de mira musical al otro lado del charco. Al folk, al blues rock, al country…. a los arpeggios y ritmos de gente como Jhonny Cash, Neil Young o Townes Van Zandt. La jugada le ha salido redonda: ha contado para la grabación de su «Modo Avión» con leyendas como Marc Ribot o Pete Thomas, además de haber contado con el reputado Joe Blaney como productor. Con un discazo bajo el brazo y todo un nuevo camino por recorrer, Lichis se encuentra en un punto de madurez y redescubrimiento musical. Hablamos con él sobre esta nueva etapa, su dilatada experiencia como músico y la grabación de su nuevo disco con un plantel de músicos de primer nivel.
Modo Avión es tu primer álbum sin la marca «La Cabra Mecánica», una especie de nuevo inicio, ¿Cómo surge la oportunidad de grabarlo con Joe Blaney y con un plantel tan imponente de músicos?
La idea, cuando comenzamos, era grabar con Ricky Faulkner, alguien a quien admiro mucho y con quien me gustaría trabajar en el futuro. Hablando de fechas teníamos que esperar un poco a que él acabara un par de curros. En el proceso de plantear el disco miramos la posibilidad de mezclarlo luego en Nueva York con Joe Blaney. Poniéndome en contacto con Joe, de un día para otro, nos pusimos a hablar de los músicos que a mí me gustaban, de la onda del disco. Lo escuchó y me dijo: mira tío, si te vienes ahora, Marc Ribot está en Nueva York, está también Pete Thomas, muchos de los músicos que te gustan están ahora mismo en Nueva York en las jams entre Enero y Febrero. Además hay muchos estudios libres, no se graba mucho en esta época. Me cuadró. Hablé con Ricky y le dije: «me ha surgido esto, sería para irme en dos semanas», y para allá que me fuí. Me había surgido la oportunidad de trabajar con Pete Thomas, con Jim Campilongo y ,sobre todo, con Marc Ribot que es mi guitarrista favorito. Esta oportunidad fue muy determinante.
Los músicos con los que trabajaste han trabajado para artistas que admiras y que son parte esencial de tus influencias, ¿Cómo fue la experiencia de que trabajaran a disposición de tus canciones?¿Crees que han aportado elementos a tu sonido que no hubieras podido conseguir con músicos de aquí?
Bueno, creo que en España hubiéramos hecho también un muy buen disco. Es paradójico el hecho de que en el momento en el que más crisis hay en este sector, mayor es el nivel musical que hay en España. Seguro que hubieramos podido hacer algo muy grande. También es verdad que de los músicos de los que estamos hablando son historia viva del rock, son gente que ha grabado con Bob Dylan, Tom Waits o Elvis Costello. Aparte de ese enorme currículum son gente muy personal en su forma de tocar, te dan un rollo muy particular. Cuando grabaron el disco no se cambió prácticamente nada, ni estructuras, ni casi arreglos: simplemente cada uno aportó su toque personal tocando. Eso es lo que yo creo que marcó la diferencia.
Tu nueva etapa se centra en estilos que ya se dejaban entrever en La Cabra pero de manera más velada gracias al mestizaje con otros estilos; country, folk, blues-rock… Esta nueva etapa, ¿es una desvinculación definitiva de estilos que adoptaste anteriormente como la rumba, el reggae o el funky?¿Te planteas volver a flirtear con estos estilos?
Yo creo que con La Cabra ya hubo bastante. No me siento ahora con ganas de volver a ello pero porque creo que se dijo lo que se tenía que decir y se acabó. Particularmente, casi todo lo que oía en estos estilos me parecía bastante estereotipado y repetitivo y creo que es un buen momento para dejarlo descansar. Yo, de hecho, veía que con La Cabra iba a los conciertos y cualquier intento de componer o de aportar una canción nueva era un esfuerzo estéril porque lo que estaba esperando la mayor parte del público es que volviera a repetir por enésima vez «la lista de la compra», «felicidad», etc, etc. Son temas a los que les guardo mucho cariño, pero ya no había magia. Llegados a este punto, lo mejor era dejarlo descansar.
Empezaste en la música con el bajo como instrumento de cabecera y te pudimos oír con él en la pandilla… ¿Cuál es tu relación actual con este instrumento?
Pues el bajo de momento lo he dejado aparcado. Ahora mismo estoy con la guitarra. Hice algunos proyectos estos últimos años, pero por motivos personales he roto con mucha de la gente con la que estaba trabajando de bajista y ahora mismo lo tengo un poquito apartado. Me he volcado en la guitarra, que no es mi instrumento, y estoy ahí trabajando también muy duro. No sé si recuperaré mi carrera como bajista, la verdad es que en los últimos años estuve trabajando bastante duro con el bajo y creo que ha sido una manera amable de despedirme de él a nivel profesional. He sido muchos años bajista profesional, quizás más años que cantante de La Cabra. En el trabajo de estudio sí que lo utilizo para grabar. Y ,ahora que voy a volver al mundo de la producción, seguramente grabe yo muchos de los bajos que produzca, que es lo que he hecho siempre. Quizás esta vertiente de bajista estará más en el estudio que en el directo.
Has tocado multitud de palos y con maestría… por curiosidad, ¿Cuál fue la primera banda en la que estuviste , qué tocabais y con que edad?
El primer grupo que tuve, en el año 86 me parece, se llamaba Guay May -o algo similar fonéticamente- y éramos un grupo bastante curioso. Hacíamos una mezcla entre rock n´roll, punk, blues, todo este rollo; éramos una banda bastante atípica. Luego con el tiempo, durante esos primeros años, empecé también a tocar con muchas bandas de blues, de country, de bluegrass, de rock n´roll… Toqué algunos años con Montana, con Abuelo Jones…. Con grupos que tenían esa mezcla entre el rock n´ roll, el rockabilly y el country .
Aparte de la gira Modo Avión, ¿tienes algún proyecto a la vista, alguna colaboración?
No, me he vuelto a mudar a Madrid y estoy ahora mismo terminando de poner en marcha el estudio. Seguramente grabe un single, un pequeño EP, con las dos versiones que hago en directo de Gabinete Caligari y Antonio Vega, más una versión de Charly García y alguna cosita más así. De momento ahí estoy, preparando temas nuevos para el siguiente disco y volcado mucho en la gira. Tengo también algunas propuestas para producir un par de discos de cara al año que viene, que es algo que me apetece mucho y, bueno, en esas ando.
¿Cómo estás viviendo a nivel personal esta gira por salas? ¿Piensas que este formato, aunque más modesto de público y presupuesto, es más efectivo a la hora de intimar con el público de una forma más auténtica?
Es todo un reto. En primer lugar porque los cambios casi nunca son bien aceptados por el público en general. Entonces, de alguna manera, estoy reenganchando a la poca gente que seguramente haya quedado de La Cabra que también le haya gustado esto, ganando un público nuevo que siempre cuesta mucho ganarlo y aceptando el rechazo de otra parte del público al que los cambios no le gustan y se ha sentido de alguna manera traicionado. Es un cúmulo muy grande de emociones, para mí es prácticamente un empezar de cero, y si no de cero de uno o de dos, pero más o menos estamos allí. Cada concierto es un reto nuevo y lo vivo con ese vértigo con el que quizá vivía al principio de mi carrera como músico. Seguir madurando en este estilo también hace que yo en directo saque cosas de mi mismo que todavía tienen que salir. Por ejemplo la faceta de guitarrista acústico, que parece sencilla pero no lo es. En todos los sentidos es empezar de cero, desde hacer público hasta mejorar y pulirte como músico con instrumentos y conceptos con los que estás redescubriéndote.
En el concierto de Cartagena te vimos en un formato de tres guitarras… ¿Tienes previsto incluir más músicos en algún punto de esta gira?
Los bolos que podemos intentamos ir con banda, lo que pasa es que no siempre es posible. Ahora mismo hemos cambiado el formato y estoy yendo a cuarteto: yo a la guitarra acústica, Alex Olmedo a la guitarra eléctrica, un bajo y batería. Y ya este verano, de cara a los festivales, iremos en formato sexteto; con un teclista, y reengancharemos a Fernando que ahora mismo está de gira con Toreros Muertos. Prácticamente lo que hacemos es adaptar los formatos a lo que la realidad nos ofrece. Lo de los acústicos es algo que está muy de moda y al público le suele gustar, pero yo personalmente no me considero cantautor y siempre que he compuesto una canción estaba pensando en una batería detrás. Incluso cuando toco en acústico lo pienso así. Para mí lo ideal siempre es tocar con banda.
Me encanta la versión cashiana de «Felicidad» que has incluido para esta nueva gira… ¿Porqué escogiste este tema en concreto para transformarlo dentro de tu nuevo repertorio?
Porque creo que era la que mejor se prestaba. He recuperado temas de La Cabra que tienen que ver con el nuevo repertorio y que cuando los toco me doy cuenta de que podían haber formado parte del nuevo disco. Son temas menos conocidos de «Hotel Lichis» o «Carne de Canción». El de «felicidad» fue un tema que empecé a tocar en bares por aquí en Madrid cuando giraba haciendo versiones. De hecho en «Carne de canción» ya se apuntaba este rollo de tratar de versionar mis propias canciones. Y bueno creo que es un tema que al final queda muy chulo, le hemos dado un aire así mas maníaco depresivo en plan Johnny Cash y queda bastante bien. Por otro lado, hay una parte del repertorio de La Cabra que es más festivo, más procaz en el lenguaje, que no creo que pudiera traducirse al nuevo formato en este nuevo camino. Quizás esta versión de «felicidad» sea la única concesión que hago a lo que ha sido la parte de La Cabra más conocida.
No Comments