Tras su debut con en la aldea de Oz, Él optará este sábado por el mismo plan que todo ser ‘muerto viviente’ en la noche del 31 de octubre. Mientras Ella, es decir, una servidora, decide calzarse las botas rojas e ir al Teatro Circo. No es una outsider, ni una hipster. Solo que el plan para Halloween de este año ha salido de esta manera: una obra de Shakespeare en Versión Original –subtitulada-. Al menos en la lengua máter de los intérpretes, que vienen de la capital del imperio exsoviético.
Sí, señores, Ella va al Teatro Circo de Murcia a ver ‘Medida por medida’ de William Shakespeare, cuya adaptación corre a cargo del dramaturgo británico Declan Donellan, su compañía Cheek by Jowl y el Teatro Pushkin de Moscú. Todo un exótico cóctel para disfrutar desde la butaca.
Cinco cubos rojos, decenas de lámparas colgadas de la estructura metálica del techo. Neblina. Desde el patio puede apreciarse el ladrillo desnudo del edificio, y justo desde su asiento el violonchelo tras uno de los dados carmesí. Quedan tres minutos y sigue preguntándome qué fue lo que se le pasó por la cabeza a esa gente de alrededor para escoger ir al teatro esa noche.
El argumento de la pieza gira en torno al personaje del Duque, que no está encarnado en Miguel Ángel Silvestre, sino en el actor Alexander Arsentyev, quien siente que no es capaz de impartir una buena justicia en la ciudad. Una metrópoli oscura, sucia, ‘pecadora’, que suena –y si pudiera prestarse al olfato, olería- como una verdadera cloaca. Por ello, intenta trazar un plan: desaparecer durante unos días como si se hubiera ido de misión diplomática a Polonia mientras que se hace pasar por un fraile entre la plebe para saber cómo viven sus ciudadanos y cómo todos hacen caso omiso de la ley. En la puerta de los burdeles ya no pone ‘Burdel’ pero siguen siendo lo mismo, llega a decir uno de los personajes.
Durante el tiempo que el Duque se ausenta, toma las riendas del gobierno el más recto e impasible de los sustitutos, Angelo, en la piel de Andrei Kuzichev, a quien el presunto fraile vigilará desde la sombra para, en apariencia, inspirarse en una rígida forma de gobernar. Sin embargo, el Duque se lleva una sorpresa cuando se entera de que su delegado ordena la ejecución de Claudio, Petr Rykov, un noble que acababa de dejar embarazada a una joven –en la obra original es su prometida-, bajo el paraguas de la legislación que castiga todo encuentro amoroso fuera del matrimonio por lascivia y lujuria.
Es entonces cuando Isabella, una cándida novicia interpretada Anna Khalilulina, entra en acción porque Lucio, un amigo de Claudio, la avisa de que su hermano está en la cárcel bajo pena de muerte. De modo que ella, con toda la gracia divina se ve en la tesitura de intentar convencer al temido Angelo de que no ejecute a su hermano. Solo se podrá hacer una excepción de la ley, cuando el gobernante la viole. Precisamente con lo que la monja no cuenta, que el delegado se encapriche de ella hasta el punto de chantajearla: su virginidad por la vida de Claudio.
En torno a esta cuestión se desarrolla un enredo de época al más puro estilo de shakesperiano. Cuya principal moraleja que podemos encontrar es que vivimos en una sociedad corrupta que aún se rige por la Ley del Talión. Ojo por ojo, diente por diente, y, como el propio Shakespeare terminó bautizando esta historia, medida por medida.
Dije enredo de época, ¿cierto? Pues me gustaría apuntar que ni el Duque, ni Angelo, ni tan siquiera los funcionarios de la prisión llevan un florete típico, tampoco capa, ni sombrero con pluma. Las prostitutas no llevan vestidos largos, sino cortos de cuero y ceñidos. Juraría que Anna Wintour también hizo una aparición como madame con un abrigo y sus enormes gafas de sol.
Ya no solo el vestuario ayuda a la sumersión a una obra, en apariencia, tan atemporal para nosotros, la transformación escénica y ambiental, así como la lengua utilizada por los actores –en ruso- forman un todo con el que Cheek By Bowl reelabora un clásico del siglo XVII.
Ni qué decir que haber visto el trabajo del director Declan Donellan en directo sobre las tablas del Teatro Circo de Murcia es un verdadero privilegio. Donellan ha dirigido numerosas obras de teatro y actores muy reconocidos. Entre ellos Tom Hiddelston –seguro que os suena Loki, el hermanastro malvado de Thor-, quien hizo su primer trabajo sobre las tablas con la compañía británica, y ahora se lo rifan en Hollywood; o Uma Thurman y Robert Pattinson a quienes dirigió en la película ‘Bel Ami’ –esta vez con un dudoso resultado-.
Aunque la mención especial se la merece el reparto al completo. Esos trece actores rusos, que en su idioma natal y a ritmo de waltz han dotado de tanta fuerza a los personajes dejando a un lado la lengua de Shakespeare.
Esta ha sido mi primera obra de teatro en V.O.S. –Versión Original Subtitulada-, y a pesar del dolor de cuello por estar mirando hacia arriba para leer los sobretítulos, fue toda una experiencia.
Ahora Ella le deja a Él el relevo del teatro con los títeres de ‘Erecciones y escafandras’ el próximo miércoles 11 de noviembre. ¡No dejéis de leerlo!
Fotografías promocionales de Johan Persson en Cheek By Jowl.
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