Queridos Melchor, Gaspar y Baltasar, creo que este año me he portado bastante regular, para qué os voy a engañar. Muchos días me he dejado la cama sin hacer, he comido demasiadas patatas fritas y se me olvidó estudiarme los phrasal verbs. Pero también he leído mucho. Así que quiero que le traigáis a mis amigos todos estos libros. Para mí sólo quiero uno, pero no os doy ninguna pista. Quiero que sea sorpresa.
Cicatriz, Sara Mesa (Anagrama, 2015)
Llegando incluso hasta las últimas consecuencias, diríamos que te mando libros simplemente como pago por tu existencia.
Una joven que quiere ser escritora acaba conociendo a un hombre por Internet con el que comenzará una relación extrañísima, asfixiante y sin precedentes: él le envía libros, perfumes caros, ropa de Chanel y lencería de La Perla robados sin pedir a cambio nada más que los gastos de envío. Una historia llamativa, diferente y escrita de forma hipnotizante.
Porn & Pains, Elisa Victoria (Esto no es Berlín, 2013)
El porno no me parece algo penoso. Por el contrario, es el único refugio cálido que nos queda a los dolientes.
Una curiosa amalgama de reflexiones que devienen en relatos muy poéticos inspirados en numerosas actrices porno. Una suerte de fichas en las que se incluye categoría porno, nombre, nacimiento, películas recomendadas y datos relevantes a las que le sigue posiblemente, el homenaje más inesperado y visceral que alguien le ha podido hacer a la pornografía.
Vuelo doméstico, Carmen Camacho (El Gaviero Ediciones, 2014)
Tenía un problema: se le coagulaban las palabras
La mítica editorial El Gaviero dice adiós y sus marineros dejarán de cuidar su gavia, aunque en su corazón nunca puedan dejar de hacerlo – una vida entera dedicada a la poesía no salta-. Para no dejar vuestras estanterías vacías de estos libros mimados, os recomiendo Vuelo doméstico, un libro de poemas que se convierten en cuentos que te convierten en pájaro asustado que vuela allá donde acaba el mar.
Nadie es más de aquí que tú, Miranda July (Seix Barral, 2009)
La gente necesita un poco de ayuda porque está demasiado acostumbrada a no amar.
Esta artista, música, directora de cine, actriz y escritora de ojos profundísimos e imparables como su producción, recopila aquí una serie de relatos alocados, cotidianos, sugerentes y alguna vez casi incomprensibles que en ocasiones te hacen reír y siempre te hacen pensar. Las relaciones son raras. Las personas somos raras. Pero estamos aquí y, en ocasiones, nos da por querernos, o algo así.
Acontecimiento, Javier Moreno (Salto de Página, 2015)
Sabemos lo que somos porque una compañía nos patrocina. Sabemos que hemos sentido algo cuando alguien lo retuitea o lo megustea.
Parece que la vida ya no es vida si no hay tecnología, si no compartimos con el mundo cada una de nuestras impudicias. Javier Moreno escritor y profesor de matemáticas (sí, dos más dos es igual a libro) teje una hábil y aguda reflexión sobre esta nueva manía nuestra de exhibirnos para buscar la aprobación, unida a la no menos peligrosa pero sí antigua manía de emparejarnos para buscar el amor. Qué egoístas. Qué egocéntricos.
El instante de peligro, Miguel Ángel Hernández (Anagrama, 2015)
Sólo podemos ver aquello que hemos perdido. El resto, lo que creemos tener, es invisible. Incomprensible.
Miguel Ángel Hernández, el murciano finalista del prestigioso Premio Herralde de Novela de 2015 propone una novela en la que disecciona el arte y las relaciones a partir de unas fotos borradas y unos amores borrosos. Una carta-novela-obra artística es lo que leemos en un instante de peligro del que podemos (o no) salir airosos. Solo apto para temerarios.
Alta fidelidad, Nick Hornby (Anagrama, 2007)
Al día siguiente, en la tienda, una mujer me pregunta si tengo algo de soul, de “alma”. Me entran ganas de responder que depende: unos días sí, otros no.
La novela mítica de los amantes de la música pop que seguro vieron en su día a John Cusack lloriquear por las esquinas de su tienda de vinilos en la peli del mismo nombre. Definitivamente estamos tristes porque escuchamos música pop. ¿O era al contrario? Para salir de dudas y conseguir uno de los mejores mapas de canciones poperas de la historia, Alta fidelidad. No hay duda.
Delirium Tremens, Katy Parra (Raspabook, 2015)
Escribo aunque ya todo parece estar escrito y listo para ser ejecutado.
Una antología de poesía siempre es motivo de celebración y más si es de una poeta murciana como Katy Parra, que lleva dejándose el alma en sus poemas desde hace años. Una edición elegante y a la altura de las circunstancias es la que propone Raspabook, inaugurando así una una colección dedicada a la poesía que lleva por nombre Malanoche.
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