Ha llegado el momento de que los caballeros de Rohan cojan sus escudos, monten sus caballos y se dirijan al Castillo de Santa Bárbara (Alicante), donde la Asociación Española de Tolkien ha organizado una espectacular exposición sobre la Tierra Media. Todas las obras de Tolkien ambientadas en este maravilloso mundo tienen su lugar aquí, en «La Fortaleza del Anillo», donde durante todo un año podrán reuniserse los más acérrimos elfos, enanos e incluso hobbits que se atrevan a adentrarse en la cueva de Gollum.
Un elfo -al menos de orejas y nombre, no así de melena- nos guió dentro de la primera sala, tras un primer discurso lleno de referencias al mundo de Tolkien. Entramos a la Tierra Media y lo primero que nos encontramos es el Anillo Único, junto a un enorme expositor de armas, trajes de época, los bastones blanco y gris y un gran Uruk-hai, que parece no notar que lleva una flecha incrustada en su bicep izquierdo.
Un enorme mapa de la Tierra Media adorna una de las paredes, en frente la historia de J. R. R. Tolkien y en medio el mismo elfo contando las mágicas historias de cada una de las armas.
La segunda sala es mucho más diversa y cultural, nos alejamos por un momento de la Tierra Media para conocer la obra de la Sociedad Española de Tolkien, pero antes de darnos cuenta estamos observando cientos de ediciones de «El Hobbit» en un sin fin de idiomas -incluido el braile-, la historia del cómic dibujado por un español, las primeras adaptaciones a la pantalla de la Tierra Media y lo más sorprendente, la relación entre el mundo de Tolkien y la música de Led Zeppelin, entre otros.
El bar que frecuentaba Tolkien y en la tercera sala el escritorio de Bilbo Bolsón han sido recreados, la sala de Bilbo con un enorme grado de detalle, que requiere pararse durante largo rato para descubrir cada detalle, ambos creados por Juan Ponzó. Pero esta tercera sala cuenta además con un sinfín de exposiciones. Las obras de arte de Tomas Hijo, ilustrador salamanquino, adornan una de las paredes, mientras que un enorme expositor con incontables objetos de merchandising ocupa otra de las paredes.
En la misma planta se encuentran vitrinas con figuras de colección con todos los protagonistas de la Tierra Media, desde Gollum a Smigoll, pasando por el temible Balrog y lo más importante un photocall de la puerta de la casa de Bilbo Bolsón -si vas en grupo, alguien debe ponerse de rodillas para hacer de hobbit, por supuesto-.
El piso superior pertenece por completo a Ricardo Nuñez, diogramas -reproducciones de escenas a pequeña escala ¿Who said Warhammer?- elaborados desde finales de los años 80, con una enorme exactitud a lo que cualquiera puede imaginar al leer los libros o ver con las películas. Espectacular el grado de detalle que se encuentra a lo largo de la sala, no puedo explicarlo de otra forma, solo recomendaros que vayáis a verlo, y os detengáis un par de minutos en cada pieza, por pequeña que sea.
La última parada de la visita se encuentra bajo tierra. Tras bajar una pequeña escalera estamos en la cueva de Gollum, genialmente ambientada por Juan Ponzó, con sus estalactitas y estalagmitas, y sobre todo, con el propio Gollum buscando el Anillo Único y haciéndonos los maravillosos acertijos que padeció Bilbo.
«No puedes verla ni sentirla, y ocupa todos los huecos: no puedes olerla ni oírla, está detrás de los astros, y está al píe de las colinas, llega primero, y se queda; mala risas y acaba vidas».
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