Viernes 28 de marzo, sala 12&Medio, una nueva sesión del Microsonidos comienza. Trepàt es el primero en salir. Este grupo granadino, casi todo compuesto por chicas y con un EP más LP como trabajo, tiene un sonido en principio indie, pero si te descuidas entre trago y nota te encuentras con temas más de post punk o en plena movida madrileña. A veces distorsionados, otras envolventes y fluidos. Muy interesante.
El siguiente es Crudo Pimento, el dúo murciano que está empezando a oírse en cada vez más medios, comienza su gira justo ahora con la salida de su segundo disco. La verdad, lamenté mucho no haberme puesto en las primeras filas, debí haber intuido que aquel no sería un concierto estándar, pues ya desde el principio se percibe que el escenario está algo desordenado, con demasiados trastos para tan sólo dos músicos.
Entonces un señor – Raúl – llega con una camiseta de Burzum y encima lo que parece ser una camisa de estilo hawaiano, se sienta en una silla flamenca, guitarra clásica en mano, y comienza a tocar “La hija de Juan Simón”. ¿Un fandango? No, espera, la de Antonio Molina no era así. ¿Quién osa coger este clásico y mezclarlo con… black metal? – Ahora entiendo lo de la camiseta de Burzum –. Error, la pregunta debería ser: ¿y por qué nadie más se atreve?
Como decía, Raúl elige un fandango para abrir el concierto: triste, profundo y desgarrador. Luego coge el diddley bow – el palo para los amigos – y continua con “Macumba”. Inma agarra un mástil que llega hasta el suelo, elegantísimo como un contrabajo, aunque solo tensa una cuerda. Ambos tienen percusión de todo tipo a mano. Así abandonan el fandango gutural para pasarse a algo más blues con pellizcos latinos.
Para la siguiente, “Enoquia dadá”, deja el diddley bow, se arma con guitarra de nuevo, esta vez con una, dos, tres… ¿Cuatro cuerdas? Y mucha garganta. Sus manos no paran quietas, nuestros pies tampoco. Él con esas guitarras que parecen salidas del almacén blindado de Wall-E, ella con palos, maracas, calabazas… Solo son dos, pero si cierras los ojos podrías contar muchos más. ¿Y si en medio del concierto, rodeado de tantos trastos, él se da cuenta de que ha olvidado la cejilla? Pues se levanta y va a por ella. Inma continúa tocando sin ningún problema.
Los temas van fluyendo, canciones como “Me voy con ellos”, “Aquí, allí, gato”, «Pipe full of palm wine«, “Suffocation and a bow” nos trasladan desde la España profunda hasta Noruega y desde allí a las Antillas. Después de todo lo visto uno deja ya de sorprenderse – aunque los ojos se abran un poquito cuando saca el ukelele versión eléctrica para “Tic, tac, toc” que suena tan bien. Más adelante, nos pide ‘gritar como almas en pena’ a modo de introducción para “La fin du monde”, que además fue aderezada con la actuación improvisada de Paco Frutos. Un lujo.
Pero para verdadera locura: el bis. La canción de base es “Cruza diablo”, la que abre el disco de Fania Helvete. Sin embargo, la envuelven con una atmósfera escalofriante personificada por David Moretti, el cantante de Bosco. Este sube al escenario, ya para entonces oscuro, con una vela y un libro. Comienza a recitar una serie de versos que no había oído nunca – curioseando un poco descubro que son claves enoquianas, muy utilizadas en rituales satánicos – y que me ponen los pelos de punta porque todo lo desconocido siempre asusta un poco. Después, Moretti , muy metido en su papel, rompe las hojas del libro y las lanza una por una mientras termina la canción y con ella el concierto. Inma y Raúl se despiden. Las luces se encienden. El sueño acaba un poco de golpe.
No, no ha sido un concierto estándar. Después de conocerlos me pregunto en qué momento pude pensar que un grupo así (que mezcla fandango, jarocho y metal extremo en unos minutos, que fabrica sus instrumentos en casa y que los cambia en cada canción) ofrecería un concierto normal. La música de Crudo Pimento resulta terriblemente insólita, pero si hay algo para, de verdad, quitarse el sombrero es su directo. Es ahí donde comprendes su razón de ser y donde terminas por enamorarte del todo de este grupo: el escenario es su hábitat natural.
No Comments