Desapariciones: Imágenes del cuerpo en la colección Newcastle es el nombre que lleva la muestra con la que abre las puertas al público la que tal vez sea la institución artística más pequeña del mundo: la Fundación Newcastle. Y es que la sede se encuentra en un casa de muñecas, como la que muchos quisimos en nuestra infancia, pero que ahora encierra obras de Carla Andrade, Tatiana Abellán, Juan Zamora, Cristina Garrido, Irene Cruz, Daniel Silvo, Javier Núñez Gasco, José Luis Serzo, María Sánchez, Julia Fuentesal, Pablo Muñoz de Arenillas, Sergio Porlán y Elisa Terroba.
Arte en miniatura que habla de cuerpos que desaparecen. Ya sea por la fugacidad del tiempo inscrito en los huesos de un niño macabro que juega a morirse- en la obra de Juan Zamora– o un desaparecer ante la inmensidad de un paisaje, donde los blancos de la nieve vencen la partida al negro del cuerpo que camina hacia el infinito- caso de la imponente fotografía de Carla Andrade. Las desapariciones también pueden ser un vuelo, como los pies de Irene Cruz que no quieren pisar el asfalto. Cuerpos en forma de pájaro. Donde elevarse, aunque sean sólo unos pocos centímetros del suelo, ya es sinónimo de magia. Pero de los cuerpos siempre quedarán las huellas. La impresión de una vida sobre el papel. “Fuisteis yo” nos recuerda Tatiana Abellán, que debajo del borrado siempre quedará la mancha. Quedará el espacio en blanco de Tamara Feijoo donde el culpable es un insecto que nos reencuentra con lo natural.
Obras que caben en la palma de nuestra mano como ese billete arrugado de Daniel Silvo. Los ojos de George Washington que nos reconocen que no son los suyos los que sostienen estos muros, sino una idea muy loca, de un tipo como Javier Castro Flórez, que con esfuerzo e ilusión nos ha demostrado que con poca pasta se pueden construir cosas así de bellas. La fundación lleva el nombre del modelo de esta casa de la marca CHAVES, de dimensiones diminutas, 34 x 40 x 75 cm, pero de posibilidades gigantes. Un proyecto que nace con el objetivo de financiar a creadores y apoyar al arte contemporáneo, ya sea a través de becas o con exposiciones temporales como ésta.
La Fundación Newcastle se encuentra en un sitio privilegiado, un piso en el centro de Murcia donde convive con cientos de libros, o tal vez miles, que llegan hasta el techo; una gata llamada Misha, que ocupa el cargo de vigilante de seguridad; un sofá de dos plazas situado frente a la casita para sentarse a contemplar las pequeñas obras. Y una lámpara que ilumina la estancia dibujando un mapa lunar. Una casa dentro de un hogar.
Han sido muchas las estrategias desde las que repensar el museo en la historia del arte contemporáneo con el objetivo de democratizar la experiencia artística. El acercamiento del arte encarnado en el museo imaginario de André Malraux, donde en un espacio-tiempo infinito cada persona podría plantear su colección personal a modo de álbum fotográfico donde el hilo conductor era el afecto, revive ahora en Newcastle. Una fundación que también tiene alma de viajante, como la famosa “Caja en una maleta” de Marcel Duchamp donde se pone el acento en el museo portátil. De ahí pasamos a las instalaciones de Daniel Spoerri, Boltanski o Mark Dion y a la idea misma de las Wunderkammer.
Y es que Newcastle es una cabina de las maravillas. Un lugar donde esconder tesoros y hasta fantasmas, en un ático que guarda todo lo que todavía queda por venir.
Fotografía: Javier Castro Flórez
Desapariciones: Imágenes del cuerpo en la colección Newcastle
Murcia del 1 de octubre al 3 de diciembre. Visitas previa cita.
Contacto: fundacionnewcastle@yahoo.es
3 Comments
Una de los mejores artículos que he leído en esta página. ¡Felicidades a la autora!
[…] Javier Castro, coeditor de Micromegas y creador de la Fundación Newcastle […]
[…] de la Fundación Newcastle. Ya os hablamos aquí del museo más pequeño del mundo, el mismo que ahora crece con la inauguración de la biblioteca […]