Tienen 7 discos y representan el «neo-indiependentismo». Sidonie son una de las bandas más consolidadas y asentadas del pop alternativo en la escena de nuestro país. Han pasado por varios estilos y épocas. Pero ahora están en una etapa que mezclan sus canciones amorosas y la electrónica mas marcadamente. Y así fue como presentaron su último trabajo, “Sierra y Canadá” 2015 en la Sala REM el pasado viernes.
Mi historia con los Sidonie viene de largo. Recuerdo cuando me descargué un disco por internet. No sabía muy bien de que iba esto del “Indie”, pero había una canción de los Cycle y de los Sidonie. “Apple Tree” de los madrileños. Y la gran “Fascinado”, respectivamente.
En mayor o menor medida, sus dos primeros discos, en inglés, están inundados de psicodelismo. Del facilón, pero con convicción. Referencias a Syd Barrett, coletazos del principio psicodélico de los Rolling Stones y mucho “beatelismo”. Hasta el punto de que una de sus canciones de “El Fluido García” (Sony, 2011), sin duda su mejor trabajo, tiene un tema solo con letras de varios álbumes de The Beatles.
Así que por fin los pude ver en sala, porque en festivales, el trío se diluye de todo lo que quieren mostrar. A poco que te guste una o dos canciones de los barceloneses, sus arrolladores directos te van a gustar. Copón, si desde que se juntaron en el 2000 y no han parado de tocar. Están en casi todos los festivales. Siempre. Todos los veranos. La gente los reclama.
En directo antes iban con David Ginzo de Tuya. Pero ahora son cinco. Al trio original se unen un guitarrista y un teclista. Suenan muy fuerte, pero nítidamente a la vez. Los coros de los cuatro son base fundamental para sus melodías. Salvo el batería, todos cantan bien. Estas melodías están construidas alrededor de los acordes sencillos de Marc, pero a los que añaden muchos arreglos. A veces de folk, a veces psicodélicamente hippies, y ahora con teclados.
Un fondo con una hoja de arce y una sierra. Empiezan con “Das Model” de Kraftwerk de fondo. Unos neones rosas con sus nombres en el escenario. Zas, la primera ya la noto moñas. Pero me sorprendo a mí mismo cantándolas todas. Me se muchas canciones de Sidonie de memoria. Mierda. En realidad, insisto, los mejores pasajes y sobretodo las melodías son puro Beatles. Por eso son buenos. Porque han reciclado, redirigido y dulcificado las composiciones del cuarteto de Liverpool. Los tres ponen morritos mientras dejan de cantar.
El Fran va y me dice que el batería, Axel, se parece a Pau Gasol. Y yo, pero que dices tío, no se parece nada. No tío, al Pau Gasol de cera. Me enseña la foto. Me descojono. No para de hacer muecas al aporrear su set de tambores. Y le tiro un triple.
Me sorprende que toquen la genial “Feeling Down”. Y que saquen sitar y bongos.
Hay una pareja sin parar de moverse, en un espacio reducido. No paran de darme y de restregarse entre sí. Pesados. Por cierto, que esto es porque los catalanes habían agotado entradas. De ahí las estrecheces.
El bajista va contento y se cree el negro de Boney M contoneándose. Tiene los dedos índice y anular pegados con esparadrapo. Joder, me resultaría imposible tocar así. Pero no solo lo hace con facilidad, sino que parece que hasta está acostumbrado. Además lleva un pantallón Ampeg de 8 altavoces, grande para tocar con su Precision en salas medianas, y hace atronar la REM.
Marc se sube a hombros de unos de los técnicos con los que viajan. Y va cantando por el publico “Un Día de Mierda”. En otras se sube a las barras y esquiva 90 veces un proyector. Se bebe un chupito. Ojo. Otra pareja magreándose. Otras dos señoras nos arrollan, cubatas en mano. Pero los Sidonie a lo suyo.
Tocan una buena mezcla de todos sus trabajos. Se van al camerino para el ritual de los bises y vuelven bailando. Se han puesto unas chaquetas tipo pandilleros como las de Grease. Odio a Grease. Pero a la gente le encanta. Presentan por enésima vez la banda. No seáis pesaos. Acho. El cantante hace una con el ukelele. Odio la moda de los ukeleles. Pero lo hace ameno. Eso sí.
La gente ha tenido su ración de ñoñería edulcorada y yo estoy algo satisfecho ya que han tocado algo de psicodelia. Y “El Bosque” y “A Mil Años Luz”. Todos contentos. Alicia me dice que es que conectan mucho con la gente. Ya, pero es que no paraban de hacer amiguicos. Y en esta vida, se puede ser de todo, menos pesado y (o) de Ciudadanos, como dijo aquel.
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