Desde bien pequeña me ha encantado ir a todos los conciertos habidos y por haber. Recuerdo que mi reacción al ver a una persona famosa era como si hubiera visto al mismo Dios. Palpitaciones, dolor de estómago…vamos, lo que vienen siendo nervios de toda la vida (no he sido ni seré nunca una fan loca, tranquilos) Conforme he ido creciendo esa sensación se ha transformado. Supongo que gracias a la profesión que he escogido y las oportunidades que me ha regalado, esas personas que parecían inalcanzables te das cuenta que pueden ser las más mágicas del mundo y llegas, incluso, a tener la sensación como si la conocieras de antes. Algo así me ocurrió al ver a Rozalén en el Auditorio Parque Almansa de San Javier.
Murcia puede considerarse su segunda casa por todo lo que ha vivido en ella, tiene una conexión muy fuerte y sabía que el reencuentro con su público iba a ser muy especial. Vino a regalarnos un pequeño adelanto de lo que será su segundo disco ‘Quién me ha visto…’, el cual presentará íntegramente el 8 de octubre en el Teatro Circo de Murcia. Durante casi 2 horas de concierto repasó su breve pero intensa carrera musical, canciones que la han llevado a lo más alto como ‘Saltan Chispas’, ’80 veces’, ‘Comiéndote a besos’, ‘Alivio’ o ‘Susurros de papel’ de su primer disco ‘Con derecho a…’. Acompañada de su grupo y su inseparable Bea (para quien no la conozca es su intérprete de lenguaje de signos) se atrevió con todo, hasta imitar a la misma Sarita Montiel. Sus instrumentistas se convirtieron en sus bailarines y transmitían todo su buen rollo al público. He de decir lo mucho que me gusta que Bea la acompañe en los escenarios, el que un artista haga posible que su música traspase todas las barreras y sea accesible para todo el mundo la hace demasiado grande.
En ningún momento dejó de estar pendiente del público, haciéndonos partícipes de su creación y esperando aprobación por nuestra parte. Presentaba sus nuevas canciones, como su recién estrenado single ‘Vuelves’, con la coletilla final de «a ver que os parece». ¿Y qué nos iba a parecer? Pues que más de uno se quedó con la boca abierta y babeando. Te trasladaba a otra dimensión, hacía que te inundaras de lleno en sus letras, te identificaras con ellas y las hicieras incluso tuyas.
Como ya he comentado anteriormente, Rozalén adapta su música a todo tipo de personas, no solo a discapacitados auditivos. Los más pequeños también tienen su protagonismo en cada actuación. En ‘Las Hadas Existen’ se bajó del escenario y reunió a todos los peques que había en el Auditorio para cantar y bailar con ellos. Los niños, como niños que son, sintieron ese momento mágico de poder tocar a uno de sus ídolos y saber que sí era de carne y hueso, y a mí me hizo trasladarme a mi niñez también. En todo momento hizo alarde de su buen humor y nos contó algunas de sus anécdotas que hizo que nos partiéramos de la risa en más de una ocasión.
Y, cuando menos te lo esperas, la intensidad se va elevando de forma gradual y te vuelve a cortar la respiración con canciones como ‘Berlín’ (BSO de la película Perdiendo el Norte) o ‘La Belleza’ (Versión de Luis Eduardo Aute) Rozalén rompe con los mitos tanto dentro como fuera del escenario, es de la que te deja con ganas de más. Ama su música y así se la transmite a su público desde principio a fin.
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