Ricky Hombre Libre es mensaje. Es pura conciencia social. Se le nota y se le escucha. Sabe y transmite, dirige sus canciones al público con intención de hacer un mundo mejor. Y lo consigue. Él no nos quiere, nos ama. Él no busca fans, da amor a los que le llegan por su trabajo bien hecho. Y todo esto lo apreciamos en la presentación de La estrategia de la Tortuga, su último disco. Para su primera actuación en Murcia se acompañó de los cada vez más interesantes TRK, y subió al escenario para la parte más bailable de su show a El Bezea.
Su directazo no es un bolo de rap al uso. Es un discurso acompasado al pesado ritmo del rap noventero. No hay florituras ni canturreos estridentes, hay rimas y rimas y más rimas. Con ello, levanta brazos desde el segundo uno y pone a botar con facilidad a toda la sala. Y mientras, también apela a las conciencias de todos y a su capacidad de voto y toma de decisión propia. En el rap, como con su vida, Ricky Hombre Libre lleva su propio camino, y en esta escena pocos son los que pueden presumir de ello.
La media sala seguía casi por completo los estribillos de Ricky, pero una primera fila entregada le hacia coros a todos y cada uno de los versos. Entrega pura por parte del público, que aún pequeño en esta otra punta del mapa para él, ya deja entrever hasta donde puede llegar este hombre. Por si acaso alguien pudiera achacarle algo al directo, el Hombre Libre contó con todo un clasicazo del dancehall español como El Bezea, y con solo dos temas animó hasta al más triste de la sala.
Para el final del bolo dejó la parte más animal y eléctrica, con Jack Desparramaflow primero entonando sus himnos, y con la TRK al completo después presentando en exclusiva un nuevo tema del cuarteto -Charly BCN llevaba toda la noche a los platos ya-, nacido de la amistad forjada en los últimos conciertos en los que los Títeres de la Rima Kallejera le han acompañado.
La TRK dio inicio a la noche, con un bolo que reduce Ciclos para dar entrada a sus últimos temas inéditos. Mantienen en constante movimiento al público. Se nota que los últimos conciertos seguidos les han servido para darle el toque que faltaba a su directo. Sin duda, un concierto especial por servir de hasta luego a Ñaño, que se va a estudiar a Madrid un año.
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