Sé que somos pocos los que cada semana ponemos a parir a “John Muñecodecera Snow”, pero no deja de ser realmente curioso lo que ha ocurrido en “High Sparrow”. Parece ser que en el muro mujeres no hay, pero internet sí, y que por casualidad ha acabado en C´mon, y por más casualidad aún en mis seguimientos. Parece que Snow ha decidido devolverme mis comentarios con un chiste de pelirrojos.
MUY GRACIOSO Snow, en serio. Si no he tenido bastante ya a lo largo de mi vida con la incesante e increíblemente imaginativa lista de insultos al color de mi pelo, ahora Juego de Tronos se une a ello. Y todo eso estando enamorado de una pelirroja. Bravo, un aplauso en serio. Después ha cortado una cabeza, o ha jugado al Candy Crush (por la cara que pone al hacerlo podría ser cualquiera de las dos)… ¡Aprende a sentir y luego hablamos!
La venganza que se forja poco a poco
Pero dejemos de teletransportarnos a mi infancia y pasemos al capítulo. Cersei, todos nos hemos reído de tu cara cuando la grandísima, enorme, gigantesca Margaery (desde ya una de mis favoritas) te ha hundido en el fango. Una pelea de gatas con las garras muy largas que ha acabado en lo que parecía una declaración de guerra.
Cuando su propio hijo le ha propuesto, literalmente, que se largase de Desembarco del Rey, Cersei se ha terminado de venir abajo. Pero entonces ha surgido lo que, al parecer, una ocasión para resurgir con… ¿el gorrión supremo? A ver, que no quiero reirme pero es que… el gorrión supremo. ¿Qué será lo siguiente? ¿La tórtola magna? ¿La palomica reina?
La vengaza de los Stark
Arya no parece adaptarse demasiado bien al misterioso lugar en el que se encuentra. Está claro que los no lectores no entendemos mucho de esos rituales que tienen lugar dentro. Arya se encuentra incómoda ahora que conoce un poco más del destino de un «sinrostro». Pero en el fondo es lógico: si no eres nadie, nadie va a llorarte, no puedes desaparecer, no puedes ser recordado.
Arya está ciega de venganza, tanto es así que está dispuesta a perder su identidad. Pero aún se resiste, la matapalomas no ha podido deshacerse de Aguja (recordemos que se la regaló el puñetero Snow), y hasta que no lo haga no dejará de ser Arya Stark. Y yo ardo en deseos de que nunca deje de serlo porque, en el momento en el que olvide quien es, ¿qué sentido tendrá su venganza?
En los límites de las tierras salvajes Snow ha rechazado la oferta de Baratheon por pura lealtad a la guardia de la noche. Pero la mano derecha del rey más pesado de los siete reinos le ha hecho ver que en la verdadera batalla no se está cociendo en el muro, sino en el Norte, en su reino, en el reino que le fue arrebatado a los Stark. La venganza personal de Snow también parece ver la luz.
Otro Stark que espera en las sombras su momento para ajusticiar a su madre y su hermano es Sansa. Hay mucho hater de Sansa, y no me extraña, pero esta vez rompo una lanza a su favor. Ha aceptado casarse con el que seguramente sea la persona más desagradable de todo el reino cuando ha escuchado de la boca del venenoso Petyr la palabra venganza, su temple ha cambiado y su forma de pensar también. ¿Entrará ya en el juego o seguirá permitiendo que la manipulen?
Juntos, los tres, (sin contar con el tullido, que seguro que dará mucha guerra), están forjando una venganza muy poco a poco. Y todo esto me lleva a una reflexión: la venganza de los Starks es el hilo conector de (casi) todo. Todas las historias han girado, giran y girarán en torno a ellos, a sus miserias y, esperemos, a su resurgir. Un resurgir que debe ser el final de la historia.
Cuando la doncella que acompaña a Sansa a su habitación le dice “El Norte recuerda”, los pelos se me han puesto como escarpias. Porque es cierto, El Norte, el reino más noble de todos, recuerda todas y cada una de las traiciones. Por eso hay pocos Starks, por eso están desperdigados en cada punto de los siete reinos, porque las historias de venganza se basan en la paciencia.
Juego de Tronos es una historia de venganza, ahora lo tengo más claro que nunca. Dicen por ahí que la serie se ha desvinculado de los libros, que en realidad Snow no insulta a ningún pelirrojo. Y aunque este último dato me lo haya inventado, desde aquí quiero que entréis en www.pelirrojosvssnow.com y firméis la petición para que le corten la cabeza al Stark y comprueben si, al menos eso, es capaz de sentirlo.
Ya lo veréis, por más cruel que el juego sea, el momento del renacimiento del Norte está llegando, le joda a quien le joda. En cuanto a vosotros, nos leemos la semana que viene, y prometo no ponerme tan serio (a no ser que sigan jodiendo a Tyrion, que yo creo que ya está bien…).
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