A Tony Bennet le preguntaron por qué iba a trabajar con la Winehouse, si era una tipa intratable. Él cuenta que la razón por la que quería que ella formase parte de su lista de duetos con músicos contemporáneos es porque “era una verdadera cantante de jazz”. Para Bennet, Amy Winehouse estaba a la altura de deidades como Ella Fitzgerald o Billie Holiday.
Pero a quien intenta retratar el cineasta británico Asif Kapadia es a la chica que hay detrás de Amy Winehouse. Ya lo hizo con Ayrton Senna y consiguió que personas que no se interesaban tanto por el deporte, y menos la Fórmula 1, quedaran fascinadas con el documental biográfico del que fuera el piloto más rápido a bordo de un monoplaza.
Ahora con ‘Amy’, Kapadia nos descubre un retrato que no ha salido a la luz por la mera idea de justificar la vida de este personaje tan autodestructivo de la cultura londinense y la música popular de la última década. Pero, de una manera u otra, revela una faceta privada que se contrapone a la imagen que nos mostraban los medios de comunicación de la muñeca rebelde y malhablada del soul del momento.

ARCHIV: British singer Amy Winehouse poses for photographs after being interviewed by The Associated Press at a studio in north London (Foto vom 16.02.07). Es ist in der Geschichte der Popmusik traurigerweise ein bekanntes Drehbuch – Stars und potenzielle Stars, die sich allzu frueh aus dem Leben verabschiedet haben. Fast unmittelbar nachdem sich die Nachricht von Winehouses Todes nicht zuletzt ueber soziale Medien wie ein Lauffeuer verbreitet hatte, stellten Fans sie in eine Reihe mit anderen in jungen Jahren verstorbenen Talenten. Viele wiesen darauf hin, dass die 27-Jaehrige im selben Alter starb wie Jimi Hendrix, Janis Joplin, Brian Jones, Kurt Cobain und Jim Morrison. (zu dapd-Text) Foto: Matt Dunham/AP/dapd
La pieza comienza con una adolescente haciendo el ganso con sus amigas mientras canta feliz cumpleaños a una de ellas cual prodigiosa Marilyn Monroe. En otro momento, ante la cámara de uno de sus amigos de toda la vida, el productor Nick Shymanski, Amy confiesa que nunca tuvo intención de dedicarse a la música y espera no hacerse famosa con ello. Acababa de publicar ‘Frank’ y se dedicaba a hacer giras por las salas de Inglaterra cantando jazz acompañada de una Fender Stratocaster y un pianista.
Con una estructura lineal el documental muestran hechos de su vida más íntima desde que es una artista prácticamente desconocida en 2003, sus momentos con sus amigas en Mallorca, los primeros bolos, la relación con sus padres, sus flirteos con las drogas al salir de los clubes de Londres captados por la prensa, su encumbramiento (y descenso) como artista mundial hasta sus últimos días en julio de 2011.
Para realizar esta biografía Kapadia utiliza una serie de archivos que vienen de dos fuentes diferentes: los vídeos y fotografías cedidas por los amigos y la familia de Amy, y los documentos de los medios de comunicación como BBC, The Sun, Letterman, etc. para mostrar esa Amy que todos conocemos.
Un trabajo documental enorme que con los testimonios de las personas más importantes que han pasado por su vida componen una fotografía inusual de la cantante de ‘Rehab’. Sin embargo, Amy ya contaba su vida en sus canciones:
We only said good-bye with words
I died a hundred times
You go back to her
And I go back to black
(Solo dijimos adiós con palabras, he muerto cien veces, tú vuelves con ella y yo vuelvo a la oscuridad)
Algo más destructivo que el crack, la heroína o el alcohol era el amor. Su relación tóxica con Blake Fielder la hizo ascender a lo más alto para descender al mismo infierno. Componer era para Amy una forma de terapia, o de venganza, y tras su primera ruptura con Blake le dio tiempo componer su mítico y brillante ‘Back to black’ para vomitar una serie de sentimientos con ‘Tears dry on their own’, ‘Some unholy war’ o ‘Love is a losing game’. La canción que da nombre al álbum cuenta cómo se vio camino, a la depresión, cuando él dejaba a Amy para volver con su exnovia.
Pero claro, cuando salió ese exitazo, el bueno de Blake se volvió a enamorar para quedarse con Amy y ser de nuevo como el binomio Bonny & Clyde. Lo que no sabía ella era que su mayor adicción la llevaría hacia sus peores temores. Las persecuciones de los periodistas en la puerta de su casa y a la salida de los bares en Camden Town, sus colocones y sus pifias en grandes festivales por ir siempre pegada a una botella de whisky. No la querían ni en su propio sello discográfico. Se convirtió en una famosa cantante maldita y problemática.
Su temor a la fama es algo que se repite varias veces a lo largo de la cinta, ya sea de su propia boca o de sus más allegados, quienes también cuentan su impotencia a la hora de intentar ayudar a Amy a salir de ese abismo. Perseguida por su propio fantasma materializado en ‘Back to black’, la chica humilde y con carácter en el comienzo de su carrera musical se hizo cada vez más vulnerable y acabó ya como todo el mundo sabe.
Muchos especialistas han descrito la ‘Amy’ de Asif Kapadia como una obra maestra, otra más para el director británico, y como un retrato desgarrador y triste de uno de los personajes más pintorescos del siglo XXI. Sin embargo, es una película que a pesar de mostrar esa faceta privada de Amy Winehouse no resulta realmente innovadora. Ni siquiera del todo reveladora, todos sabíamos lo que pasaba en su vida gracias a los medios. Pero ese retrato “desgarrador” tiene también momentos entrañables, como el acercamiento de Tony Bennet, un conocidísimo cantante octogenario y del que la propia Amy Winehouse era fan, que tras las advertencias de la gente grabó con ella una versión de ‘Body and soul’ para deshacerse en elogios después.
Lo mejor del documental es que también puede ser un placer para nuestros oídos. Más allá del celebérrimo ‘Rehab’, suenan temas como ‘Stronger than me’ o ‘Some unholy war’ para ilustrar mejor algunas partes de su complicada vida. La mayor sorpresa es una grabación acústica de Amy Winehouse cantando ‘Moon river’. Sí, la canción que toca Audrey Hepburn apoyada en el marco de una ventana en ‘Desayuno con diamantes’. Una verdadera delicia.
En Murcia tuvimos la suerte de poder disfrutar de la película de Asif Kapadia en el ciclo Lunes de V.O.S.E. del cine Cenfrofama. Casualmente coincidió con su cumpleaños, el 14 de septiembre. Amy habría cumplido 32 años.
3 Comments
Buen artículo, me encanta Amy.
Muchas gracias! 🙂
Enhorabuena por el texto 😉 espero poder ver el documental