La semana pasada me acerqué a la facultad de Bellas Artes para asistir a la conferencia que impartía la profesora M. Laura Rosa: Feminismo y género en el arte contemporáneo argentino 1990-2014. M. Laura Rosa es Doctora en Historia del Arte, profesora en la Universidad de Buenos Aires e investigadora.
A pesar de mi condición de homosexual y de tener muy buena relación con mujeres feministas, lesbianas feministas y lesbianas psicólogas feministas (para rizar el rizo) nunca he encontrado atractivo en el arte feminista y de género, muy al contrario de lo que me ocurre con la teoría queer, que ha llenado muchas de mis noches de tertulia. Pero soy de los que piensa que no hay que cerrarse puertas así que me acerqué a escuchar a esta ponente, una de las máximas teóricas del tema: todo un lujo.
La charla -M. Laura Rosa nos ha dejado claro desde el principio que más que una conferencia aburrida, quería que fuese una charla- ha tratado, como su nombre indica, sobre el arte de género y del arte feminista en el caso concreto de Argentina desde los antecedentes contextuales y sociales:
La brutal dictadura militar en los años 70 y su abolición de todo tipo de libertades; la “efervescencia democrática” en los 80, una década de recuperación de las libertades perdidas en la dictadura y de disfrute y desarrollo personal en contraste al conservadurismo norteamericano y europeo y los 90 con la crisis del SIDA y la irrupción del conservadurismo y de las políticas neoliberales que acabarían con una tremenda crisis económica y social en el nuevo milenio.
María Laura Rosa comentó la diferencia entre el Arte feminista y el Arte de género: el Arte feminista, es un arte activista que toma la calle y el Arte de género se centra en mostrar la construcción del género, los roles y la visibilización. Cronológicamente, el Arte feminista surgió en los años 70 como arte reivindicativo: las mujeres tomaban la calle intentando derrocar el patriarcado. El Arte de género cobra importancia en los años 80 y 90, siendo en esa última década cuando se introdujo el concepto dentro del ámbito académico y llegando a convertirse una moda.
Pero ¿qué sería una charla sobre arte sin artistas? Comenzamos con Grupo Feminista de Denuncia, tres mujeres que en los ochenta se manifestaban todos los sábados en las avenidas con más afluencia. Se quedaban quietas, con carteles y haciendo el símbolo feminista con las manos (hay que juntar los dedos índices y pulgares formando un hueco con forma de vulva) con el único objetivo de generar entre los viandantes un diálogo. Lo más interesante de este grupo es que no era una acción artística, sino reivindicativa. Lo que ocurrió fue que eran susceptibles de ser analizadas desde un punto de vista artístico por la manera de actuar que tuvieron. Por desgracia no se conserva nada de documentación de este grupo y sus acciones.
Podemos nombrar a más artistas, como Marcelo Pombo con sus Disco (1956) y Winco (1986) donde exploraba sobre la identidad sexual. Ilse Fusková buscaba recuperar la imagen del cuerpo femenino para la mujer después del significado que ha adquirido tras siglos de patriarcado, además de explorar el deseo de una mujer por otra. Fue una de las fundadoras de los Cuadernos de Existencia Lesbiana, fanzines creados para dar visibilidad a las lesbianas invisibles en el mundo feminista.
En los noventa tiene lugar la irrupción del “Centro Cultural Ricardo Rojas”, fundado en la Universidad de Buenos Aires y dirigido por Jorge Gumier Maier. En este centro se realizaron mesas redondas sobre el género recogidos en la revista Ramona. Además, se gestaron artistas como Rhod Tothfus, quien se reía de la masculinidad pretenciosa de los artistas geométricos. Feliciano Centurión con Flores del mal de amor de 1996 mostraba la cruda realidad de la pérdida de libertad a causa del SIDA, que cobró muchas vidas en la década de los noventa.
Y ya en este milenio, desde el 2003 hasta la actualidad encontramos “Mujeres Públicas”, quienes se autodenominan “Grupo Feminista de Activismo Visual”. Conjugan el arte visual y activismo político para hacer llegar su mensaje.
M. Laura Rosa es la mayor teórica de este grupo y su conferencia forma parte de “Acciones públicas para saberes realmente útiles”, un conjunto de actividades, exposiciones y conferencias que se inaugura el día 28 de octubre en el Reina Sofía, así que os pilla por Madrid, id a escucharla.
El feminismo y el género no están de moda porque nunca fueron una moda. Estando en la conferencia ví muchos paralelismos sociales entre Argentina y la España que ahora nos toca vivir como la limitación de derechos e implantación de leyes neoliberales, e incluso el resurgimiento del SIDA.
Por si no lo sabéis, el VIH está aumentando sus contagios en Europa y EEUU por prácticas como la Ruleta Rusa (orgías con al menos un miembro con VIH) y otro tipo de prácticas con un alto riesgo de contagio llevadas a cabo por el morbo. Los movimientos feministas y queer deben continuar con su labor de reivindicación y visibilidad, desde defender el aborto hasta (re)concienciar sobre el SIDA. Fui a la conferencia de M. Laura Rosa y aprendí y quiero que ahora vosotros os informéis (me habría gustado que hubieseis ido también a la conferencia) y aprendáis, porque el Arte feminista y de género, no es sólo la obra o la acción, es el mensaje y lo que quiere cambiar, y hace lo imposible por hacerlo.
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