Es la pregunta que me hacen cada vez que intento hablar de “Porno”, la novela de Irvine Welsh. Y sí, la tiene. Y cojonuda además. Los catorce años que se llevan se le notan a la técnica del escritor. Con una prosa igual de gráfica, cruda y desgarradora pero más madura y pulida describe la historia de los mismos personajes diez años más tarde.
Una de las influencias más notables de esta secuela es sin duda la propia adaptación fílmica de su predecesora. Sin ir más lejos se hace referencia varias veces al dinero que Rents deja a Spud en la película pese a que en el primer libro apenas se alude a ello de pasada. La historia gira en torno a Sick Boy aunque como es habitual en la prosa de Welsh todos son protagonistas de sus capítulos y los narran desde sus propios ojos y con su propio vocablo e imaginario personal. Conseguidísimo esto último. Es irrelevante consultar el principio de los capítulos, en apenas cuatro líneas uno ya sabe quién es el protagonista, quien es “el que está hablando”.
Simon apenas ha cambiado en estos diez años. Está intentando hacerse rico, pero los trapicheos no le reportan el beneficio que espera y ansía pero nunca llega. Y entonces conoce a Nikki, una estudiante de cine obsesionada con su imagen, el sexo y con manipular a los hombres con la que obviamente congenia a muchos niveles. Y se le ocurre rodar una película porno con todo lo que ello implica: actores, dinero para la producción, un guión, escenarios… Por su parte Spud quiere escribir un libro sobre la historia de Leith y pese a que todo el mundo se burla de él emprende su particular lucha. Renton está viviendo en Holanda, va al gimnasio y no se droga. O al menos no con heroína, claro. Su relación con una chica alemana se está yendo a pique, lo que le obligará a enfrentarse a viejos fantasmas y volver a Leith a buscarse un poco a sí mismo. Begbie ha salido del “trullo” y va a ser padre pero es más violento y capullo que nunca. Dianne está escribiendo una tesis sobre pornografía. Todos acaban metidos en el mismo embrollo, por supuesto.
No quiero revelar más detalles sobre la trama pero es realmente fascinante. Sólo diré a modo de spoiler que sí hay encuentro entre Begbie y Renton después de lo del dinero. Y por supuesto Frank no quiere hablar. Un libro magnifico que revela cómo y hasta qué punto ha crecido su autor hasta consolidarse como el gran escritor que hoy es. Un libro imprescindible en cualquier biblioteca.
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