Parecían la potencia que Black Sabbath nunca le había dado a sus canciones, el “duro” de la palabra rock que en este país sigue sin surgir, aquel ruido de música melódica que James Hetfield le encantaría tocar.
“Química libre a punto de hacer reacción”. Cuando hablamos de grupos que pasean en el limbo entre el rock y heavy, su evolución a lo largo de los años es difícil de percibir, todo puede parecer monótono. Uzzhuaïa no se libra, pero Santos&Diablos denota la madurez que este grupo valenciano ha sabido ganarse con el paso de las noches subidos en un escenario. “Tus ojos y ese tequila no son de fiar”. Y en cada canción, el riff por antonomasia hacía que su hard-rock tuviese alma, esencia en esa música que nunca se apaga. Letras difíciles de seguir, metáforas en un aire viciado, con whisky, cerveza y agua de por medio.
“Sube el contador, baja la presión, vamos a brindar por el rock&roll”, la guagua no funciona, el guitarrista se pone histérico. Pau reparte sus bienes alcohólicos entre el público. Suena La Chispa Adecuada, May salta de alegría, Pau la señala, le dedica la canción, una versión de una versión, ella se emociona, alguna lágrima salta. Sigue el concierto y el ruido no deja la sala, una deuda pendiente se va saldando poco a poco.
Pau decía que la gira no iba mal, pero podría ir mejor. Al público le costaba responder siempre en cada concierto, los amantes del rock no se gastaban 10 pavos por verles partir el escenario. Muy diferente son las cosas aquí, sorprenden, cada vez que vienen llenan la sala y esta vez no fue una excepción.
Suena Santos&Diablos. May se lanza y acaba con la botella de Jack Daniel´s, dice que ese último trago era para ella. Ellos se despiden dejando un buen sabor de boca, pocos se atreven con el rock duro.
Deuda saldada…
Fotos: May Carrión
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La chispa adecuada ‘versión de versión’?