Albert Pla subió al escenario sin que apenas nos diéramos cuenta, fueron los aplausos de aquellos que lo veían pasar a su lado por el pasillo que conducía a las tablas quienes avisaron al resto de que el concierto estaba a punto de comenzar. Pla es un personaje desconcertante, uno no sabe qué pensar de él pero lo que todos teníamos claro es que iba a ser un concierto memorable. Y no nos equivocábamos.
Con un simple “Hola, soy Albert Pla y canto canciones” comenzó un concierto a medias entre la actuación y la canción con el que consiguió ganarse a un Teatro Circo prácticamente lleno. Un espectáculo sencillo, encima del escenario solo había dos guitarras, unas luces, unos altavoces y una silla para su acompañante en esta gira de “Tenemos un problema”, Diego Cortés, que junto a su guitarra española se convierte en el acompañamiento perfecto para el de Sabadell.
Albert Pla hace lo que le da la gana y cómo le da la gana y eso es lo que el público buscaba. Y lo encontró. A sus 46 años parece conservar algo de ese espíritu de niño que consigue hacer sonreír a todos los que van a verlo y es que las carcajadas no dejaron de oírse en ningún momento del concierto… aunque también hubo sitio para los erizones de piel. Incluso alguno no pudo evitar levantarse de su butaca y arrancarse con las palmas y a bailar al ritmo de la guitarra de Diego Cortés.
Sus temas más conocidos como «Corazón», «La Diferencia», «Añoro», «Carta al Rey Melchor», «Joaquín el Necio», «Veintegenarios», “La Colilla” o «El Lado más Bestia de la Vida» sirvieron para hacer que no dejáramos de disfrutar en ningún momento. Canciones amenizadas con los monólogos de Pla entre cada una de ellas, monólogos que son prolongaciones de las canciones, de esas historias que tiene en su cabeza y que, quizás, ni él mismo consigue entender del todo. Tampoco faltó “Soy Rebelde”, la versión de la canción de Jeanette que le vimos cantar en la película Airbag, una versión que consigue cantar con una ternura bastante extraña y desconcertante.
Diego Cortés también tuvo su momento protagonista cuando Albert Pla se marchó del escenario para dejarlo solo. Y el guitarrista catalán no defraudó, se arrancó con una versión un tanto libre de «Entre dos aguas» de Paco de Lucía y acabo animándose y poniendo voz a los acordes haciendo que el público no dejara de aplaudir en un buen rato.
Tal y como entro, por el pasillo principal del Teatro y sin hacer mucho ruido, Albert Pla se marchaba mientras seguía sonando la última canción (aunque él ya no cantaba, haciendo estallar la última carcajada de la noche) entre los aplausos del público. Un público encantado con lo que había visto y que, sin duda, no se arrepentía de haber empezado la noche del viernes acompañado de ese duende que es Albert Pla.
Muchas gracias a tanto a Ninona Produciones como a Teatro Circo Murcia por el buen trato.
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