Detrás de Hoonine encontramos a Carmen Alarcón, a esta joven murciana ya la conocemos por otros proyectos como Estúpido Flanders y AA Mamá. Ahora recupera un proyecto que ya lanzó hace unos años pero que tras el lanzamiento de su primera canción permaneció en standby hasta hace unos días.
Un proyecto en el que Carmen experimenta y juega con la música, en el que deja correr sus inquietudes y en el que no tiene ningún miedo a probar cosas nuevas. Además se ha lanzado de lleno a la producción, poniéndose a si misma nuevos retos en cada una de las canciones en las que está trabajando. «Charco» es el primer single de esta nueva etapa de Hoonine.
Foto: David Salas
¿Cómo surgió este nuevo proyecto?
Hoonine nació en 2017, pero por circunstancias se quedó estancado en una idea pasajera. Hoonine surge como una inquietud. Llevo mucho tiempo queriendo experimentar con otros sonidos y queriendo enfrentarme a la música desde otro ángulo, y este año era el año de arrancar.
¿Qué buscas o esperas encontrar con Hoonine?
Creo que lo que más me gusta de Hoonine es que es un proyecto de presente, de hacer canciones que me gusten y con las que disfrute el proceso. No espero nada, solo que me siga haciendo feliz todo el tiempo que pueda. Tampoco voy a negar lo obvio, me encantaría que tuviese proyección y que llegase a gente.
Hace unos tres años que conocimos Hoonine con “Collapse” pero no ha sido hasta ahora cuando parece que empieza a andar de verdad. ¿Por qué ahora? ¿Qué ha cambiado en todo este tiempo?
Creo que la clave ha sido aprender algo de producción y contar con el apoyo de Son Buenos. El haber tenido tiempo para indagar sobre producción musical ha hecho que me pueda enfrentar a hacer mis propios temas sin depender de nadie más. Aunque luego busque ayuda para la mezcla o la producción, aprender sobre esto abrió un horizonte de posibilidades.
A eso se le suma que Son Buenos me animara a continuar con el proyecto. Que estuvieran apoyándome, ya no solo al proyecto, sino como artista, y que estuviesen dispuestos a trabajar conmigo y dar el salto de fe ha sido vital.
¿Han influido de alguna manera todos estos meses de incertidumbre que estamos viviendo?
Sí, de hecho, ha sido otra pieza clave. Durante la cuarentena me quedé en ERTE y en ese impasse decidí retomar el proyecto. Hoonine siempre ha estado ahí, pero la falta de tiempo no me permitía compaginarlo con otras cosas.
¿Y de dónde viene el nombre?
Soy terrible para los nombres, a las pruebas me remito. Lo guay de este es que no lo puede pronunciar ni el tato. Para la promo va genial. Con Hoonine quería encontrar algún nombre que no existiese en el imaginario común y que no se vinculase a nada. Lo metí en un generador aleatorio de palabras de Google, me gustó y así se quedó. Magia negra.
Además de poner voz, también te has encargado de las composiciones, de la música y de la producción. ¿Cómo ha sido enfrentarse a ello? ¿Ha sido una decisión propia o fruto de las circunstancias?
Es bastante emocionante empezar a producir una canción y verla crecer desde cero, y más cuando cuenta con tan pocos elementos orgánicos. Me costó empezar, sinceramente estaba muerta de miedo, siempre he compuesto por intuición y me abruma un poco el mundo de la producción. El enfrentarme a esto ha sido más una necesidad que una inquietud como tal.
¿Y qué ha significado para ti ver que “Charco” ya es una realidad y está sonando y gustando?
Aunque suene raro, que gustase o no nunca fue el objetivo. Quería hacer esto a mi manera, mostrar quién soy y qué llevo dentro. Demostrarme que era capaz de hacerlo era el premio. He disfrutado mucho haciendo esta canción y con los preparativos, me quedo con eso. Eso no quita que sea una pasada que esté gustando el tema, la verdad.
Tú sabes bien lo que es ser un artista emergente, ¿cuándo deja alguien de ser emergente? ¿Existe un apoyo real a los artistas que empiezan?
Supongo que vivir de la música de una manera digna podría ser una señal. Es difícil, no te sabría decir. Tengo la sensación de que hay grupos y artistas que llevan arrastrando esa etiqueta emergente toda la vida.
Con respecto al apoyo, sigo creyendo que ni el público ni la industria son proclives a descubrir bandas e ir a sus conciertos. Ojalá me equivoque. La mayoría de los agentes de la industria solo se acercan al artista si ya tiene un número de reproducciones o seguidores desorbitado. Existe poca gente dispuesta a apostar por un artista desde cero y trabajar con él. Ya da igual lo que canten, quiénes sean o qué proyección tengan.
El artista se ha convertido en un objeto de usar y tirar, surgen tantas nuevas propuestas al cabo del día que casi es comprensible que el público no termine de conectar.
Has contado con la colaboración de Lalo Gómez-Vizcaíno, al que conocemos por ser parte de Ayoho o su trabajo como productor para Arde Bogotá. ¿Qué te ha llevado a dejarlo entrar en este nuevo mundo tuyo?
Hablé con Toni de Son Buenos y me dio la idea de contar con Lalo para la producción. Yo lo conocía de haber coincidido con él en conciertos, pero nunca habíamos trabajado juntos. Había escuchado sus producciones y siempre me habían parecido una pasada, tanto con Arde Bogotá, como Ayoho o María de Juan.
Le pasé el tema y le gustó la onda. Trabajar con él ha sido un lujo, entendió desde el primer momento la canción y todo lo que aportó a nivel arreglos y mezcla encajó a la perfección. Creo que no me equivoco si digo que es el productor con más proyección de la Región.
Con Hoonine te alejas de lo que veníamos escuchando con AA Mamá, ¿qué artistas te han influido más para lanzarte a estos nuevos sonidos?
Tengo artistas de cabecera que están cerca de Hoonine como son: James Blake, Disclosure, Frank Ocean o Nao. Últimamente escucho mucho a Teyana Taylor, Sen Senra o lo último de The Weeknd.
¿Tiene para ti algún sentido seguir etiquetando la música hoy en día?
En cierto modo siguen existiendo las grandes etiquetas (rock, pop, r&B…), eso siempre va a estar ahí. Lo que me pone un poco tensa es la hipersegmentación que se pretende con absolutamente todo. No es necesario que clasifiques esa canción como “rock del pleistoceno con toques de folk noruego”.
¿Crees que hay más o menos prejuicios hoy en día en cuanto a música?
Siento que cada vez hay más libertad para crear y que el oyente está dispuesto a defender y escuchar sin tapujos todo lo que le guste. El otro día vi que Kiko Veneno estaba en el estudio con C. Tangana, cualquier pureta que viese eso tuvo que reventar por dentro. La música debe ser libre y la gente que la escucha tiene que sentir que es así.
¿Habrá pronto más música de Hoonine?
Esperemos, yo tengo ganas de seguir sacando canciones. Esa ilusión es lo más importante. Ya se está trabajando algo desde la sombra.
No Comments