El Festival Internacional de Cine de Murcia (IBAFF) celebra su novena edición del 2 al 10 de Marzo. Enric Albero (Cocentaina, 1980) es el programador de esta nueva edición. Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universitat de València, estudió guion en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, y forma parte de la primera promoción del máster de crítica cinematográfica impulsado por Caimán Cuadernos de Cine. Periodista y crítico de cine, ha trabajado para El Periòdic d’Ontinyent y Las Provincias y actualmente ejerce como colaborador de la revista Caimán Cuadernos de Cine.
Hemos aprovechado estos días de preparativos de cara al comienzo del festival para compartir un rato con él, intercambiar impresiones sobre el festival y los nuevos frentes que encara el mundo del cine.
¿Cómo se presenta el festival? ¿Cómo estáis viviendo estos días previos?
Está siendo una semana intensa de rematar los últimos detalles, de que todo cuadre, de lograr que todo esté en orden… es el colofón a un año de trabajo. Creo que las cosas se han hecho bien y falta solo coordinar un poco todo. Las cosas van por el buen camino dentro del estrés que supone organizar un festival de este tipo.
¿Qué crees que marca la diferencia en esta nueva edición?
Desde que entré a formar parte del proyecto, justo al final de la pasada edición, tratamos un poco de darle la vuelta al festival pero sin perder de vista todo lo que había sido el IBAFF hasta ahora: un festival con una programación ambiciosa, que había contado con Kiarostami o Pedro Costa, a medio camino entre la ficción y el documental…
Intentamos seguir esa senda y, al mismo tiempo, buscar de qué manera hacer que esa línea se prolongara y ofreciera nuevas alternativas. Para mi era algo fundamental viendo el contexto audiovisual de hoy en día y como está influyendo en la distribución y exhibición de cine.
Viendo como el cine y las series han empezado compartir contexto, intercambiando autores y compartiendo plataformas y maneras de ver, y teniendo en cuenta que el IBAFF es un festival donde otras manifestaciones artísticas relacionadas con lo audiovisual habían tenido su hueco, hemos seguido ese camino. Y claro, hemos tenido la suerte de contar con Movistar+, que quieren marcar la diferencia en la ficción nacional y prueba de ello son sus últimas producciones.
Al final buscamos crear diálogo entre las distintas formas de creacción y los diferentes formas y ver qué puede salir de ahí.
Comentáis que os estáis intentando alejar de la competitividad que reina en los grandes festivales de cine, ¿preferís apostar por otra forma de trabajar?
Tengo una manera de pensar sobre los festivales bastante diferente a la que yo he vivido cuando he trabajado como crítico. Es una manera de verlos que comparto con una nueva generación de programadores, o al menos más jóvenes que yo, que tienen una sensibilidad bastante afín a la mía.
Todo el tema este de las premieres, de exigir que las películas se estrenen en tu festival, intentar conseguir películas que otros festivales no tengan… esa rivalidad me parece que no lleva a ninguna parte. En el IBAFF no exigimos estrenos a ningún nivel, me parece absurdo que una película que se haya visto en Gijón o en Sevilla no pueda verse en Murcia.
Hay películas que se estrenarán en el IBAFF sin haberlo buscado, por pura casualidad, y otras que ya han pasado por festivales e incluso han ganado premios. Y no creo que eso suponga un problema. Siempre he sido partidario de establecer una cierta «fraternidad festivalera», trabajar con otros festivales y así establecer lazos y que un cine que no tiene sitio en los circuitos comerciales acabe circulando por todo el país.
¿Qué crees que aporta el IBAFF a Murcia?
Para mi es una ventana, para Murcia y para cualquier ciudad. Una ventana a maneras diferentes de pensar y de ver el mundo que habitualmente el aficionado al cine no tiene.
En Murcia tenemos el circuito comercial y la Filmoteca, el bastión del cine en la ciudad con una programación que mezcla lo clásico con propuestas más diferentes. El IBAFF cumple esa función complementaria al circuito comercial y a las filmotecas, buscando por donde pueden ir los tiros de la creación de cara al futuro, y apostando por más pluralidad en la creación artística audiovisual, ofreciendo cosas que sin un festival o una muestra de cine el público no encontraría.
¿Cómo ves al público murciano? ¿Crees que responderá bien a esta nueva edición?
Esta será mi primera edición y ese es el reto y el miedo de todo programador, ver cómo va a responder la gente a tu selección. El año pasado estuve de jurado y tengo que decir que había bastante público. Incluso hubo quien aguantó las 8 horas de la película de Lav Díaz, por lo que en Murcia sí que hay un público con aguante cinéfilo y hasta receptivo a propuestas extremas como esa.
Creo que público debería plantearse el IBAFF como un reto cinéfilo personal.
Este año habéis abierto al festival a las series de televisión, ¿a qué se debe esta decisión? ¿qué os parece el momento que viven actualmente las series?
Creo que la incorporación de las series nos ayudará en cuanto al público. El mundo de la ficción televisiva está cambiando, también está llegando al mundo del cine. Tal y como leí el otro día a Quim Casas hace unos días, la nueva película de Scorsese, con un presupuesto de 105 millones y que se estrenará en Netflix e igual no vemos en cines, nos dirá cómo estamos.
Con las series está pasando igual, están entrando en los festivales de cine como el de Cannes, Berlín, San Sebastian… estamos asistiendo a un momento de cambio que no sabemos qué nos deparará ni hasta dónde llegará, pero ya hay un trasvase de autores, formas, riesgos y maneras de entender la ficción entre el cine y las series.
Twin Peaks, The Leftlovers, Hannibal… las series están explorando caminos que hasta ahora no trataban. Nos movemos hacia un contexto de hibridación en todo, en estilo, distribución, exhibición… ¿dónde estaremos en unos años? Ni idea, pero lo que es evidente es lo que estamos viviendo y los festivales tienen que estar al día de todo ello y ser receptivos.
También hay grandes cineastas que critican nuevas plataformas como Netflix, HBO o Movistar y su relación con el cine, ¿qué os parecen todas estás críticas? ¿Realmente el cine está definido por su formato y su proyección?
Tengo muchas dudas, lo que más tengo son dudas. Hay muchos cineastas que ya están trabajando con estas plataformas como Scorsese, Almodóvar, Woody Allen… Duncan Jones acaba de estrenar su nueva película en Netflix.
El propio Jones comentaba hace unos días que hay una producción media, desde el punto de vista estadounidense, que se mueve entre los 20 y 50 millones de dólares, que hoy en día las grandes corporaciones cinematográficas ya no producen. Estamos en un extremo en el que se hace cine muy barato o muy caro, y todo lo que hay en medio está encontrando su hueco en estas nuevas plataformas de streaming.
En cuanto a la proyección, Mariano Llinás en su seminario del IBAFF defendía que la proyección es lo que marca que algo sea cine o no. Yo cada vez estoy más convencido de eso. Una serie vista en un cine es cine y una película de Marvel vista en tu dvd es televisión. Creo que es un poco la liturgia cinematografica de la sala oscura, la pantalla, los tamaños, el sonido… creo que eso es lo que marca la diferencia.
Otra pregunta sería cómo enfocan los creadores su trabajo, si está cambiando la puesta de escena en función de dónde se proyectará. Creo que habría ir caso por caso para poder opinar.
En esta edición rendís homenaje a Lucrecia Martel, ¿qué nos podéis contar sobre ella? ¿por qué ha sido la elegida?
Creo que es una mujer que no para de plantearse retos dentro de su obra, que trabaja el sonido como pocos cineastas lo trabajan hoy en día y con una poética sobre el deseo muy particular. En su última película, que veremos en la clausura festival, da un giro a lo que su obra había sido hasta ahora. Creo que es una cineasta fundamental de nuestro tiempo.
Me interesa la manera que tiene de entender el cine. Es una cineasta iconoclasta en un sentido casi religioso, se cuestiona mucho que lo que estamos viendo es una construcción y plantea muchos retos al espectador. Me gusta su manera de componer, como trata el espacio y los personajes, cómo habla de la sociedad que los envuelve a partir de la forma pura…
Además tiene una opinión muy férrea sobre las series de televisión, bastante contraria, y me gustaba ese contraste que se producía con la llegada de las series al festival. Eso ayuda a generar debate y eso es lo que único que nos ayuda a evolucionar, mejorar y encontrar caminos de confluencia.
En el festival encontramos películas de países como Bulgaria, Afganistán o Irán, ¿somos consciente de la cantidad de buen cine que se hace cada año?
Es que se hace mucho cine, igual que se publica mucha música y literatura.
Pero al final nos quedamos con las películas de la cartelera y poco más.
Claro, los festivales se están convirtiendo en un circuito de exhibición alternativo al comercial y su función es mostrar esa cantidad de cine ingente que se hace y que de otra manera no podría llegar.
Es una pena que los festivales de cine no computen en cuanto a espectadores, están fuera de las estadísticas. Es una pena, sería interesante que esos datos se conocieran. Me gustaría saber cuánta gente ha visto esas películas que pasan por festivales de todo el mundo e incluso son premiadas, igual nos llevaríamos alguna sorpresa.
¿Qué película fue la que te hizo ver el cine con otros ojos, la que despertó algo dentro de ti?
Hay muchas pero problamente sea «El Dorado» de Howard Hawks, la película que más veces he visto y que veía de pequeño con mi abuela. Es una película que me vuelve loco y me apasiona cada vez que la veo.
Si cuando tienes 5 o 6 años ves cine habitualmente, es ahí donde se despierta la pasión y te dejas llevar. Más adelante ya te intentas formarte, leer, ver aún más cine… pero si tuviera que elgir la primera película, sería esa que veía de niño.
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