El festival Ventepijo de Pozo Estrecho celebró el pasado fin de semana su cuarta edición. Tras un año descanso que aprovecharon para decidir qué camino seguir con el festival, el Ventepijo volvió y lo hizo con su mejor edición hasta el momento.
Fueron más de 12 horas de música por las que se dejaron caer más de 1.200 personas, manteniendo un buen ambiente desde la apertura hasta el cierre. En otras ediciones sí que hubo momentos en los que el festival se quedaba más desangelado, especialmente en las horas de la siesta, pero eso este año no ha ocurrido y la afluencia de gente se ha mantenido durante todo el día.
La variedad de estilos y el dejar a un lado las etiquetas, algo que ha caracterizado al festival en sus tres ediciones anteriores, volvió a ser el late motiv del cartel. Así pudimos ver a Kracauer, que confirmaron en directo que su nuevo disco va suponer un punto de inflexión para el grupo y que estamos ante una de las bandas más a tener en cuenta de Murcia; Karmacadabra, que ofrecieron el concierto más especial de la noche gracias a su colaboración con la SAM Santa Cecilia que consiguió atraer a mucha gente del pueblo y conectó con ellos de una forma brutal; Claim, que están viviendo su mejor momento y volvieron a protagonizar otro momento inolvidable para el festival con la invasión del escenario por gran parte del público que quiso bailar con ellos; Kessels, que han vuelto tras un periodo bastante inactivos con nueva formación y aunque necesitan coger más tablas sobre el escenario dejaron ver que cada vez se acercan más a su propio sonido y cuando lo hacen suenan mejor que nunca; Laura Uve, también estrenaba nueva banda en el festival y dejó ver por donde iría el nuevo y prometedor camino del grupo alejado más que nunca de la canción de autor; Río Viré, sorprendió con la conexión entre la banda y el público que no dudó en arrancarse a bailar a pesar de la hora y el calor; y She Robin, ganadoras del concurso de bandas del festival que fueron las encargadas de inaugurar esta cuarta edición.
Las encargadas de impedir que la música parara en ningún momento fueron Carrie Palmer, que se ha convertido en una de las djs de referencia de Murcia gracias a su apuesta por nuevos estilos y sonidos; Women Beat, con el indie y la electrónica más bailable; y Dr. Wise, que aportó el punto más reggae.
También ha sido su edición más familiar, fueron muchos los pequeños que correteaban por el festival y acompañaban a sus padres durante los conciertos. Buena parte de la culpa fue de la pequeña guardería que pusieron a disposición de todos los asistentes para que los niños también disfrutaran y se divirtieran durante el festival. No sería mala idea que siguieran apostando por ello.
La gastronomía también tuvo su papel importante y es que en un festival durante todo el día es necesario ofrecer buenas opciones para comer y que el público no se vaya fuera. Los bocadillos, sencillos pero con elaborados con buenos productos, volvieron a ser grandes protagonistas. También la oferta de fruta con sandía y melón fue un éxito. Quizá deban mirar un poco más lejos y de cara a la próxima edición intentar dar una vuelta a su oferta gastronómica y llevarla un paso más allá (con más opciones, platos más elaborados…) y así llamar más la atención en este aspecto.
Sin ninguna duda otra de nuestras partes favoritas del festival son sus precios. Su entrada ya es barata, llegando a costar solo 5€ durante su lanzamiento, pero las barras también lo son. Poder pasar un día entero comiendo y bebiendo sin llorar al día siguiente al pensar en todo lo que te has gastado siempre se agradece. Y es que los precios de sus barras son populares de verdad y el público responde, hasta el punto que es imposible ver a nadie haciendo botellón en los alrededores del festival.
No podemos hacer otra cosa que alegrarnos por el éxito de esta cuarta edición del Ventepijo. Un festival hecho simplemente por amor a la música y al pueblo donde han nacido y crecido, sin pensar en dinero ni beneficios. Volvieron a demostrar que hay otra forma de hacer las cosas y solo nos queda aplaudirles y seguir acompañándoles.
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