Y se acabó, por ahora, pero nos volveremos a ver. Eso dicen, y eso creían todos los presentes en la gira despedida de La Raíz. Aún así se dejaron en alma en la despedida y para entonar cada verso de la banda. Entregados, y ante un concierto que llevaba el setlist entre el ritmo más festivalero y el sabor a despedida.
Pero solo el sabor, porque lo que vimos fue un concierto enérgico y dinámico. No se paró prácticamente en ningún momento. Aunque el aforo del Parque Fofo no se llenó, la intensidad de los fieles permitió sentir el mismo calor. Las ollas se repitieron, el centro del auditorio se convirtió en un campo de batalla y el sudor, las zapatillas y los codos volaron. Con cariño siempre, como logra inspirar La Raíz en sus canciones.
El amor de los seguidores de la banda es más que palpable. Pocas veces se siente tan real el agradecimiento de los músicos a sus fans como cuando Pablo y compañía lo dicen desde el escenario. En esta ocasión, aún fue más pronunciado el embelesamiento con el que los presentes seguíamos cada detalle. Había que guardar los detalles hasta la próxima vez.
Porque ya sabéis, nos volveremos a ver.
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