Nuestro momento del verano que está llegando a su fin fue, sin duda, el Creamfields Andalucía 2012. Empecemos por el principio: todo surgió el día anterior al inicio del festival y de manera precipitada por lo que nos fuimos con lo justo. El viaje, desde Cartagena a Jerez (800 Km), ya prometía. Con la mochilla que llevaba toda la comida olvidada en casa nos embarcamos hacia el infierno, pues nos coincidió el festival con la ola de calor. El viaje fue en todo momento tranquilo, haciendo paradas por Murcia y Puerto Lumbreras, pero la cosa cambió cuando llegamos a Granada. Dos punkis se pusieron detrás de nosotros y nos ofrecieron en todo momento “anís del mono” y además caliente, lo que se juntó con nuestras ganas de desfasarnos. Como para negarles algo. Con todo esto llegamos al Circuito de Velocidad de Jerez de la Frontera, recinto donde se celebraba el festival. Nos esperaban dos noches que nos dejarían sin fuerzas pero con un gran recuerdo (al menos lo poco que conseguimos recordar de aquellas noches).
Nada más bajar del autobús vimos como el asfalto echaba fuego y nos negaban la entrada por no haber reservado en el camping. Tras varias discusiones logramos convencer a la chica y nos dejó entrar. El camping parecía acogedor y contaba con buenas instalaciones y varias fuentes para que no te diera una insolación y unas duchas bastante buenas en las que poder refrescarte. Montamos, bueno nos ayudaron a montar la tienda y empezamos a preparar el cuerpo para los conciertos. He de decir que tanto los vecinos como el resto de acampados fueron personas muy simpáticas y en todo momento nos ofrecían comida, bebida… bueno, de todo.
Ya viernes por la noche nos decidimos a entrar al recinto (había que andar unos muy alegres 4kms hasta llegar a los escenarios) y por el camino había un túnel en el que la peña siempre soltaba los cánticos característicos “lololololololo” o la nueva “ponte una raya bien gorda”. Nada más llegar estaban actuando los Cyberpunkers, grupo en el cual teníamos muchas esperanzas puestas. Craso error el de la organización que los puso en el escenario pequeño y no logró llenarse del todo. Con la gente superentregada no faltaron temas como Cabala, I Needed To Go, Epic o Are you ready motherfucker. Pero donde de verdad la gente se volvió loca y empezaron las ollas fue con su tema más famoso Fuck the System, un concierto que resulto bestial.
Con el cuerpo lleno de moratones por los golpes de las ollas y sudando como pollos nos dirigimos a ver los míticos The Chemical Brothersen el escenario Alhambra Open Air. Contó con una buena entrada el concierto que en realidad dejó mucho que desear, al ser DJset pierden frescura y la gente que disfruta la música electrónica eso lo nota. Pero eso no evitó que el público vibrara al ritmo de sus canciones y se lo pasara de puta madre. Conforme avanzaba la actuación aparecían las canciones más famosas hasta que llegó la famosa Star Guitar, canción que el público esperó en todo momento y supo agradecer, uno de los mejores momentos del viernes.
Pero la noche no acabó con los míticos Chemical, cansados de estar todo el día sin parar decidimos ver el recinto entero y más bien atraído por las imágenes de un demonio con una guitarra y una melodía mínimal descubrimos al grupo Feed Me. La verdad es que estaba lleno de peña, pero lo que no sabíamos es que resultaba el típico grupo de música dubstep para comidos a altas horas de la madrugada. Cansados y con frio decidimos irnos a descansar para recobrar fuerzas y poder darlo todo el sábado.
Tras haber descansado más mental que físicamente, amaneció con los 45 grados a la sombra que tan bien nos sentaban, sin ningún tipo de comida apostamos por una dieta alcohólica, así que decidimos empezar a beber desde muy temprano, cosa que nos animó para la hora de los conciertos. Con el sol bajando y tras haber preparado el cuerpo para lo que estaba por llegar nos embarcamos hacia el mejor día del Creamfields.
Un fallo, si se puede considerar así, fue que el sábado pusieron la mayoría de los mejores grupos para actuar y nos surgió un dilema a la hora de elegir. Nos decidimos Crookers, Popof, Steve Aoki, Knife Party y Tiesto, casi nada, aunque nos hubiera gustado ver alguno más.
Empezamos por los Crookers, el primer concierto del sábado, lo cogimos con muchas ganas y nos pillo con todo el subidón en el cuerpo, lo que hizo que fuera más eufórico. No faltaron sus clásicos We are prostitutes, Hummus y la versionada de los AC/DC Thunderstruck en la que yo mismo organice una olla y me dieron por todos lados.
Con el cuerpo mal herido y lleno de moratones necesitábamos un poco de relax y que mejor que disfrutar del mínima de Popof, algo más tranquilo que el resto de lo que sonaba en esos momentos. Lo habíamos visto ya en otros festivales como el Tecnhosys, en la que se marco una sesión muy buena y teníamos grandes referencias de él, por lo que su visita era obligatoria. Con unas imágenes de unos niños moviendo las cejas al compas de su mítico Do you want Me y Toxic Love nos ganó profundamente, uno de los mejores momentos del sábado, sin duda.
Eran las 5:30 de mañana y nosotros teníamos más ganas de fiesta, después de que mucha gente nos invitara a cubatas y otras cosas que no recuerdo muy bien nos dirigimos a ver al gran Steve Aoki, a la noche le quedaba todavía mucha fiesta. La verdad es que nos sorprendió bastante su sesión, nada tuvo que ver con la que hizo en el SOS 4.8 Festival, que resultó ser muy pésima. En esta se marcó temas de otros grupos que se echaron de menos en aquella edición como New Noise o la desenfrenada Warp de los Bloody Beetroots. También pinchó sus temas más famosos Turbulence y No Beef. No se olvidó del público con sus características parafernalias que iban desde una barca para montarse entre la gente o estamparle a una persona una tarta en la cara, todo ellos acompañado de unas imágenes animadas de él. Antológico.
7:30 de la mañana, no podíamos con nuestra alma, pero no íbamos a rendirnos sin ver al grande y cabeza de cartel Tiesto, quien era el encargado de cerrar el festival. Con el miedo a que nos diera algo por el sol y con botella de agua en mano nos pusimos en primera fila. Tontos de nosotros porque un poco más y nos matan, pero mereció la pena. Apareció Tiesto con sus típicas gafas y con un solo movimiento de brazo puso a bailar a todo el festival. Por algo dicen que es el mejor dj del mundo. No recuerdo mucho sus canciones (no me culpéis, entre la hora que era, el calor… y todo lo demás, como para acordarse), pero sí perfectamente la última, Maximal Crazy, un auténtico subidón de adrenalina que me puso a bailar como si acabara de empezar el festival.
Con esta canción terminó el festival, uno de los mejores que he podido vivir, en el que no faltó nada: la mejor música electrónica del momento acompañada del mejor ambiente para disfrutar de ella. Una auténtica pasada que nos dejó con ganas repetir, pero eso sí, que no coincida con una ola de calor, por favor. Y que no se nos olvide la comida en casa.
Crónica por: Francisco Moya Parens
Fotografía y vídeo: Juan González
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Estoy cansaaaaaaaaaaaaaaaado