Fiona Gallaguer
La protagonista indiscutible, el personaje central, el centro del universo construido por Paul Aboutt. Sin Fiona no existe Shameless, así de simple. También es la que ha tenido la evolución más compleja, de manera hasta retorcida. Podría dedicar muchos artículos a la madre coraje de todos y aun así me dejaría cosas en el tintero.
Fiona Gallagher comenzó siendo una víctima que se dedicaba en cuerpo y alma a su familia, y en eso se centraba su drama. Nosotros veíamos como sufría y como su condición la privaba de toda paz. Pero poco a poco comenzó a mostrar más matices. De una forma tímida pero contundente, la verdadera Fiona hizo acto de presencia, y descubrimos que, con o sin ataduras, su pasión por el caos estaba en su sangre, en sus genes, en su cerebro de forma inherente.
Ahí comenzaron sus penurias, su pinito en la cárcel, sus comportamientos autodestructivos, sus revelaciones personales devastadoras (¿Quién no se sentiría devastada si se diese cuenta de su gran parecido con Frank?) Fiona ama el caos, y la gran mayoría de nosotros también. Sin caos la vida es predecible, y si queremos una vida predecible es porque no tenemos el valor de desear otra cosa.
Esto me hace estar completamente enamorado del personaje de Emmy Rossum (por cierto, una de las actrices más guapas de la televisión). Soy un cobarde sin remedio, un ser angosto que se atranca en el primer barrizal que pisa porque le aterra el pensar en una vida sin desorden. Y esto es muy fácil de explicar, en el momento en el que el caos de nuestra vida acaba, comenzamos a tenernos solamente a nosotros.
¿Os habéis enfrentado alguna vez a vosotros mismos? Yo sí, y Fiona también, y os puedo asegurar que es lo más duro que alguien puede vivir. Y ahí está Jimmy para corroborar esa personalidad. Fiona lo quiere porque él representa esa vida tan aleatoria, porque cuanto más aleatorio es algo, más fácil es encontrar una salida para escapar, ¿verdad?
No es fácil hablar de Fiona Gallagher, al igual que no es fácil escribirlo. Pero no se puede rebatir que, parándose a pensar muy poquito, ella solita transforma Shameless en algo más que una tragicomedia al uso. Es una cebolla con tantísimas capas, tan finas, tan difíciles de ver, que es fácil perderse. Estaremos muy atentos a su actitud y sabremos interpretarla perfectamente al final, ya lo veréis.
Frank Gallaguer
Frank genera en mí un sentimiento muy difícil de definir, aunque seguro que muy común entre los fans de Shameless. Lo odiamos, lo amamos, lo aborrecemos y lo añoramos. No queremos que muera, y de hecho esa es una de las incógnitas más grandes para el final de esta serie: es difícil imaginar una situación en la que, cuando el camino se cierre, Frank pueda seguir vivo. Y a cada temporada la teoría se hace más fuerte.
Si la evolución de todos los personajes de Shameless ha sido brutal, Frank no ha cambiado ni un ápice, y hay que agradecerlo en cada episodio. Que esta temporada se dedique a aprovecharse de los transtornados padres del niño que cedió su hígado a Frank (para que este pudiese seguir bebiendo, eso sí, con cinta métrica), no es algo que nos parezca para tanto.
Nos hemos acostumbrado tanto a su forma de actuar, que si ahora mismo se convirtiese en un ser racional, compasivo o socialmente aceptable, nos daría muchísima pena. Y si nos sentimos tan afines y tan asqueados al mismo tiempo es porque, en el fondo, sabemos que Frank es libre. No es libre de una manera figurada, lo es al ciento por ciento, y eso es envidiable.
No mira por nadie, no vive para nadie, le da exactamente igual el funcionamiento de una sociedad podrida de por sí. Sólo piensa en él, y podría gritarte esto a ti, a sus hijos o al mismísimo Dios, como ya hizo en su momento: “¡No puedes con Frank Gallagher!” Comenzamos a pensar que puede que sea cierto.
Lip Gallaguer
Lip Gallagher es el personaje más tópico de todos, pero solamente por el simple hecho de ser el más normal de la familia. O el único normal si lo preferís. Lip es inteligente, hábil y conquistador. Es el pandillero brillante que va a la uni, es al final algo que todos hemos visto cientos de veces en la pantalla. Pero por razones que desconozco, las sensaciones son mucho más únicas que todo esto.
Puede que sea por su interacción con la panda de desequilibrados que le ha tocado por familia, puede que sea por su relación de amor-odio con el gueto, puede que sea por sus ojos, que son tan saltones que creo que un día van a traspasar la pantalla y van sacarme alguno de los míos. No lo sé, pero me gusta Lip, y me entretiene cada vez más.
Su normalidad nos ha dado momentos inmensos, como ese tira y afloja con Fiona. Cuando se convierte en voz de la razón es un personaje muy complejo también. Además, sus relaciones nos han brindado algunas de las mejores escenas de la serie (esa salvajada de Mandy que no desvelaré, pero que nos dejó a todos con el culo muy torcido).
Ian Gallagher
Ian es la gran víctima de Shameless, era el chico más responsable de la familia, y el más cuerdo, pero por más pobre, desgraciado o invisible que seas, la vida no te devuelve ningún favor. Ian es bipolar, la anterior temporada nos lo confirmó hacia su recta final, y ahora estamos viendo las desastrosas consecuencias de una enfermedad terrible.
Para comprender a Ian es necesario remontarnos atrás, cuando apareció ese tornado llamado Mónica destrozando todo lo que encontraba en su camino. Aún siento escalofríos cuando recuerdo la escena de la cena y el intento de suicidio, la única chica que ha enamorado de verdad a Frank nos estaba advirtiendo de lo que iba a suceder con Ian.
Pero aun así, la sensación de ver la terrible mirada de Ian siendo ingresado, que decía miles de cosas sin decir nada, y que ninguna de las cosas auguraba nada bueno, fue realmente impactante. Y lo vuelvo a repetir, es el miembro de la familia (exceptuando a los niños, claro está), que menos se merece ese tormento.
No puedo dejar el tema sin hablar de su romance, claro. No es que hablemos de El diario de Noah precisamente, pero no deja de ser una historia preciosa, tormentosa y tortuosa que, aun pareciendo imposible, deseas con toda tu alma que acabe bien. Mike e Ian deben acabar juntos al final, porque esto no es Juego de Tronos y, porque joder, los espectadores nos lo merecemos.
Carl, Liam y Debbie Gallaguer
Los chicos aún son demasiado jóvenes para tener conflictos psicológicos complejos, así que se dedican a aportar el toque de humor inocente a la serie. Pero en esta serie el humor inocente se basa en vender cocaína vestido de niño rico o violar a una persona mucho mayor que tú.
Algún momento crítico hemos vivido también, con Liam y su consumo accidental que nos puso un poco los pelos de punta. Pero ahí sigue, igual de… igual de raro. Confieso que estoy deseando saber de qué manera su familia y hogar van a afectar a su personalidad. ¿Será drogadicto, esquizofrénico, zoofílico…?
En términos generales, Debbie es una adolescente sobrehormonal que necesita una cantidad de amor propio gigantesca, y Carl un delincuente en potencia que conocimos torturando muñecos. Se mantienen los dos fieles a su naturaleza de momento, aunque también es cierto que, como todos los personajes de Shameless, son volátiles y en algún momento explotarán con fuerza.
La volatilidad que precede a la explosión
En resumidas cuentas, en Shameless todos los personajes son como una gran bomba de relojería con un cronómetro de tiempo indefinido. No sabemos de qué manera, ni cuándo, pero explotar explotarán. Y cuando ello ocurra ahí estaremos nosotros. Pero para eso aún nos quedan muchos años llorando como unos descosidos, y riendo también, que para eso estamos hablando de Shameless.
1 Comment
Mi familia favorita seguida de los Botwin y los Fisher. Espero después escribas sobre las parejas, Mike (personaje al nivel de Fiona), Sheila y Mandy.