Mensaje para los estudiantes de Murcia

Supongo es difícil. Tu  vida, me refiero. Dieciocho, o veinte años.  Te levantas cada mañana con un extraño calor que no hace más que confirmar tus sospechas. Vives en Murcia, blanco de bromas de “El Mundo Today”, generador de chistes que, quizás, te convencerán de una mentira antes de que te des cuenta: no eres afortunado.

Si quieres te lo confirmo yo también. Y añado, por si quieres un poco más de diversión: no eres especial.

Pero eh, tranquilo. A partir de ahora, la cosa se pone peor.

No vives en una metrópolis como Madrid. Mientras algunos de tus amigos disfrutan de la cultura andalusí de tapas y cervezas, otros viven cerca de la encandiladora Barceloneta, o la Giralda. Y  tú estás aquí: atrapado en una carrera que, para más inri, no tendrá nada que ver con lo que pensabas que iba a ir.

Seguramente algo habrás oído de una crisis que hubo en España, de jóvenes desempleados. No es una leyenda urbana. Te corrijo: cuando termines la carrera, seguirá siendo devastadoramente real. Da igual quien esté en el poder.

Así que, mientras tanto… Levántate temprano. Aprende a hacer cosas. Y refina tus gustos. La mayoría de los descubrimientos serán por accidente. Huye de los grupos de entendidos, de las reuniones que no acababan en nada claro.  Si te gusta leer Bukowsi, lee Bukoswi, pero no hace falta que lo demuestres con una foto en Instagram. (Sé realista: ¿Bukowski haría eso?) Y por cierto: leer Asimov, Prachett o King tampoco son placeres culpables.” (¿cómo puede ser un placer aquello que te hace sentir culpable? Si te sientes mal por leer algo que consideras que no es “cultura”… chico, aclara tu cabeza tu definición de cultura).

 Desconfía de otra frase envenenada: “es una película para desconectar el cerebro”. Te lo aseguro: si desconectas el cerebro, literalmente, te mueres. Si te quedas dentro de la sala, al menos date a ti mismo una razón.

Focaliza. Aprende a usar tu energía y tu tiempo (la educación debería ser eso, ¿no? Aprender a pensar y qué no pensar.)

Y también te recuerdo algo: si te gusta bailar bachata o Beyonce, baila bachata o Beyonce. Los ritmos latinos también son buenos, créeme.  Al contrario de muchos intelectuales y modernos con la guitarra al lomo mucho más inteligentes que yo, bailar en una discoteca hasta las ocho de la mañana es un bien necesario. Un secreto: no significa que tengas que saber bailar  para bailar bien. ¿Lo entiendes?

(Sobre los bares de Murcia; visitad La Boca del Lobo; Refugios y Troyas van y vienen, pero hay templos que aún permanecen de pie)

Tenlo claro: en la vida sólo te cansará aquello que no disfrutes. Pero para disfrutar algo, necesitas apartar el ruido.

El ruido tiene formas extrañas: cosas que te intentarán poner triste o hacerte enfadar. La lista es larga y los elementos en ella muy diversos: la nueva frase del presidente del gobierno, dolor de muelas, esa barba que está de moda y no te sale, la cola en la fotocopiadora, ese último WhatsApp que te han enviado por la noche y que no habrá visto o sí y que habrá querido decir porque entonces….

El ruido quema, así que te lo repetiré: sólo te cansará aquello que no disfrutes. Aparta el ruido y quédate con esta idea, simple y concisa: tú eres la única persona con la que tienes que vivir. La peor locura posible es la de aquel que cree que sin cambiar nada todo será diferente. Si algo no te gusta, sé sincero contigo mismo. Cuando se apague la luz, todo se habrá ido.

Sobre ser murciano….Ignora cualquier comentario que revele el nivel intelectual de una persona con demasiada rapidez. Desconfía. Y ya que estamos; aprende de la historia del lugar  donde te encuentras. Siéntete orgulloso de estar en la ciudad donde estás estudiando. En serio.

Y por último, tenlo claro: nadie tiene idea de dar consejos, todos estamos solos y moriremos de la misma manera. Así que mientras la luz esté encendida lee mucho, no tengas miedo, y  sobre todo, aprende a querer y amar de manera adecuada. Sólo así apartarás el ruido y el miedo a la muerte de tu cabeza; sólo así tendrás siempre ganas de vivir.