Estábamos tan a gusto durmiendo en nuestra suite presidencial cuando una canción de Supersubmarina nos despertó. Parecía que el resto del camping, en su desgracia por no tener aire acondicionado, se había despertado pronto y había comenzado la fiesta en la piscina del camping. Al final no pudimos hacer otra cosa que unirnos y recuperar el sueño por la tarde… aunque la siesta se nos fue un poco de las manos.
Cuando entramos al festival Delafé y Las Flores Azules llegaba al final de su concierto. Creo que fue buen momento para entrar porque la fuerza y el entusiasmo que transmitían contagiaba a todo el que los escuchaba. Tenía ganas de ver un concierto suyo y el pequeño rato que pude hacerlo me dejó con ganas de más. La próxima vez prometo no quedarme dormido.
Tras Delafé era el momento de ver a uno de los cabezas de cartel de esta edición: Belle & Sebastian. Si algo destacaría de este concierto era la sonrisa que no se le quitó a ninguno de los asistentes mientras bailaban sus canciones. Stuart Murdoch consiguió conectar con el público de una forma que pocos lo consiguieron a lo largo del festival. Seguro que la chica que subió al escenario a bailar con él no olvidará nunca el concierto, tampoco otra chica de la primera fila que le pintó los labios mientras él le cantaba a solo un palmo de su cara, ni el grupo del público que vivió el concierto desde encima del escenario durante unos minutos. Lo pasamos mucho mejor de lo que esperábamos.
Portishead prometía ser el plato fuerte del festival y no quisimos perdérnoslos. Sabiendo cómo eran sus canciones y teniendo en cuenta que tampoco están entre nuestros grupos favoritos optamos por disfrutar del concierto desde la grada. Si os soy sincero os diré que nos aplatanamos allí como no hicimos durante todo el festival. Quizás fue por ver el concierto desde las gradas, quizás por el efecto somnífero de algunos tramos del concierto. Optaremos por achacarlo al primer quizás ya que el entusiasmo que emanaba la masa que había llenado el Escenario Budweiser parecía no verse afectado en ningún momento por el segundo quizás. El concierto fue acompañado de proyecciones que mezclaban imágenes del directo con secuencias grabadas que no sabríamos muy bien cómo calificar, pero lo que sí que sabemos es que la mezcla fue genial y se agradeció algo distinto al típico montaje que se suele emitir por estas pantallas. Hubo momentos en los que nos veíamos contagiados por el público pero no conseguimos meternos en el concierto. Definitivamente fue un error verlo desde la grada. Nunca más.
No había nadie mejor que Alice Glass para volver a animarnos por lo que volvimos a las primeras filas para ver a Crystal Castles. Ethan Kath debería estar en cualquier ranking de gente que mola, está quieto en el escenario, apenas se mueve, pero no le hace falta. Quisimos molar tanto como él pero no lo conseguimos así que empezamos a saltar como Alice Glass pero tampoco logramos igualar su locura, ella está a años luz de cualquier de los allí presentes. Buen concierto el que se marcaron capaz de hacer saltar hasta a aquellos que reniegan de la electrónica y de esa “música de modernos”. Y por fin pude escuchar “Not in love” aunque sin la voz de Robert Smith pues no es lo mismo.
La verdad es que para nosotros fue la noche más floja del festival, tras Crystal Castles decidimos volvernos al camping a dormir, aún quedaba un día más y queríamos darlo todo esa última noche. Y así fue.
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Sííí, yo soy quien le pintó los labios a Stuart :’)