El Momo, Mario para los amigos, ha dado un golpe encima del panorama nacional con su segundo disco «El don de escuchar» (BOA, 2015). Toda una constante sucesión de habilidades líricas que ha ido amoldando el zaragozano. Poco antes de dar su primer bolo en Murcia ciudad, El Momo nos ha contado un poco de cómo ha llegado hasta este punto, a través de un sinfín de referencias y muchas horas de trabajo. Sabe muy bien como vender su marca y llegar al público sin que le cataloguen de «vendido», palabra maldita en este mundo.
¿Cómo ha sido la acogida de «El don de escuchar»?
Siempre que hago música, intento superar un peldaño al trabajo anterior. Y en este caso, también lo quise hacer así. Desde “Viento” quería probar una serie de cosas, verme inmiscuido en unos ritmos y temáticas en los que nunca me había metido. La acogida ha sido muy buena, a la gente le gusta que sea tan variado, eso se ve en los conciertos, que son muy amenos. Hay temas de bajón, de alegría, cañeros… Ha gustado mucho.
Has dado el salto a una discográfica como BOA
“Viento” fue totalmente autoeditado y hay muchas diferencias a editar el disco mediante a una productora discográfica como es BOA. Se nota muchísimo en la difusión, sobre todo en los medios, donde acceden a unos canales a los que yo no tendría acceso. Como todo, tiene su parte positiva y su parte negativa. Si quieres la independencia total, de hacer tú tus discos y venderlos como tú quieres, tienes la autoedición, pero si quieres llegar a canales a los que no puedes, es una buena forma de hacerlo. Aun así, ahora hay gente que está logrando éxitos brutales haciéndoselo ellos mismos.
Tienes trabajos completos con varios artistas; Pseudónimo, Gordo la Mente, Jona… ¿Veremos más cosas con ellos?
La música tiene que fluir, y a parte de salir de ti, también con la gente con la que te relacionas te apetecería hacer un tema. A veces, solo se ve representado en forma de un tema, pero en otras dices, hostia, ya hemos hecho tres temas que nos molan, vamos a hacer un ep, maqueta o lo que sea. Así surgió lo de Jona y Gordo la Mente, porque ahora con Internet ya no hay distancias. Con Pseudónimo era diferente, porque teníamos una especie de grupo ya, nos veíamos todos los días y así surgía más fácil.
En la música nunca se puede decir que va a pasar, pero sí, sigo teniendo buena relación con la mayoría de los que he trabajado. Muchos de ellos siguen haciendo música, así que no sé, quién sabe.
¿Cómo llega el Gordo del Funk hasta ser parte de “El don de escuchar”?
Cuando empezamos la gira de “Viento” me afiancé con él de Dj, al principio íbamos con corista, pero después pasamos a hacer los conciertos él y yo, me metía unos coros. La relación ha ido in crescendo y cada vez forma más parte de los temas. Sigue siendo “El Momo” pero el Gordo está detrás. Ahora mismo no concibo un concierto de “El Momo” sin el Gordo.
¿Entonces seguiréis como “El Momo y Gordo del Funk”?
Sí, sí. Bueno, el nombre es “El Momo”, pero la gente lo relaciona. A veces el Gordo se mosquea porque no aparece su nombre en el cartel, pero no es culpa mía -risas-. Pero sí, también en el nuevo trabajo que estoy preparando está él en la sombra.
Vuestros conciertos están muy trabajados, un poco show. ¿Lo buscáis así?
Sí. Nosotros cuando vamos a un concierto nos gusta pasárnoslo bien. No que estés oyendo un tema y sepas como van a ser los cinco siguientes. Que te sorprenda, te divierta, no sea monótono. Eso buscamos, sin dejar de lado que te impacte y te mole el rap. Hay que currarse los juegos la interacción con el público, nos gusta todo eso.
¿Qué tal el concierto de presentación de “Melancholía” en Murcia?
Fue una pasada. No creo que diga nada nuevo. La sala llena, un recibimiento brutal, tanto a Piezas que era el que jugaba en casa como a nosotros en cuanto salimos. En esas ocasiones está todo hecho, muy mal lo tienes que hacer para no salir vitoreado -risas-. No tengo más palabras.
Es la primera vez que vienes a Murcia a un concierto completo.
Concierto entero, estuve en Cartagena con “Viento”. Pero Murcia capital, sí, la primera. Tampoco he hecho macrogiras de sacar el disco y tener 30 fechas. Han ido saliendo a goteo, y gracias a Dios, no he parado, pero muy esporádicos. Pero no, Murcia no se había dado hasta ahora. Sí que había habido varios intentos, pero hasta que se consolida un concierto, pasa por muchas manos y muchas bocas…
¿Cómo surgió la colabo de ‘Inside’?
Contactamos Piezas y yo, y nos gustaba lo que hacíamos mutuamente. Él me quería meter en el disco, no había base ni nada, pero él ya tenía la idea. Al principio iba a ser conmigo, luego me dijo: “tengo un tío que rapea en inglés que vas a flipar”, y ahí entro J Higgz, y luego para el estribillo el Soge que estaba empezando ya a sonar más fuerte le dio su toque, brutal.
Luego hemos tenido más relación todos. Coincidimos en el concierto de Murcia y nos llevamos de puta madre, y en el escenario, eso se nota.
Solo un tema inédito desde el disco. ¿No quieres agobiar al público?
No. Yo soy consciente de lo que pasa. Estudio los vídeos que saca la gente para ver cómo funciona la cosa. Y lo que funciona ahora es sacar un tema al mes, y con vídeo. Durante este tiempo, me he dedicado a interiorizar un poco y ver lo que quería y tenía ganas de hacer, y va a ser algo similar. Estoy haciendo dos proyectos paralelos: un disco nuevo y una serie de temas inéditos con vídeo. Pero quería que tuvieran un concepto, no quería grabarme en una calle rapeando, quería aportar algo más. Dentro de poquito va a salir el primero.
¿Algún otro proyecto?
Tengo algunas colabos por ahí sueltas. Va a salir una con un chaval de México que se llama Santa RM. Y algunas cosas más que irán saliendo.
Estuviste tocando en un macro festival de Marruecos con una banda de sonidos africanos.
Fue un proyecto de cooperación del Festival Pirineos Sur, que querían hacerlo con rap ese año y contaron conmigo. Yo no era conocido en Zaragoza ni nada, y me dijeron que encajaba en el proyecto que buscaban e hicimos una banda con 3 marroquíes y 3 zaragozanos, uno de ellos el Gordo del Funk. Una pasada, en Casablanca tocamos delante de 15.000 personas. En Zaragoza tocamos en las fiestas del pilar y una pasada.
¿Y la campaña de ‘Generación no hunger’?
Me contactaron porque buscaban una especie de embajador musical en Aragón para concienciar a los niños de que con el arte se puede luchar contra cosas como el hambre. Lo vimos como una especie de talleres de rap, entonces fui a serie de escuelas para los chavalitos, que a veces tenían 5 o 6 años y era increíble, eran esponjas. Al final hicimos una letra con toda la serie de talleres y grabé una canción con la letra que habían hecho.
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