Ana es de Albacete pero lleva 18 años en Murcia. Conocimos a Ana hace unos años en Julieta sin Romeo, una pequeña tienda en el centro de la ciudad que más que una tienda era un refugio. Se convirtió en uno de nuestros sitios favoritos e incluso llegamos a organizar algún concierto allí. Pero tuvieron que echar el cierre, aunque eso no hizo que su talento desapareciera. Desde entonces la hemos visto dibujar como Viana Ilustración, ganar repercusión y participar en iniciativas tan bonitas como sus diseños.
¿Cómo comenzaste en el mundo de la ilustración?
Siempre me ha gustado mucho dibujar y pasar horas viendo ilustraciones de autores a los que admiro. Realmente empecé a dedicarme a ello como hobby, abrí un blog y un fotolog por aquel entonces y subía mis dibujos. A la gente le empezó a gustar aquello, empecé a aplicarlo a mi vida profesional y a formarme en este ámbito hasta hoy.
Tu estilo es muy reconocible, ¿pero cómo lo definirías?
Me gusta llevármelo todo al terreno de lo infantil, a la inocencia y a la dulzura, darle un toque naíf. En ocasiones lo contrarresto con detalles más «macarras».
¿Dibujas a mano, con tableta, directamente en el ordenador…? ¿Cómo es tu proceso de trabajo?
Siempre a mano, me cuesta mucho prescindir del lápiz. Y una vez entintado, coloreo en digital. La acuarela también me gusta mucho, soy un poco tradicional en ese sentido.
¿Y qué te inspira a la hora de dibujar?
Las cosas cotidianas son las que me inspiran, lo que hace de nosotros el día a día. La música forma parte de mi vida, es una gran fuente para mí, la lectura, la figura de la mujer, la naturaleza, mi familia.
¿Podrías elegir 3 ilustraciones para que nuestros lectores te conozcan un poco más?
Estudiaste Comunicación Audiovisual y durante muchos años te dedicaste al mundo del vídeo, ¿por qué decidiste dar el cambio?
Dediqué muchos años al vídeo y al diseño gráfico. En la última empresa que estuve empecé a formarme en temas de ilustración, cuando hicieron recortes y me despidieron pasé un tiempo sin saber muy bien qué hacer con mi vida. Además tampoco encontraba trabajo. Por aquel entonces, dibujar era lo único que me apetecía y decidí darme una oportunidad para trabajar en ello.
¿Cómo recuerdas la época de Julieta sin Romeo? ¿Qué os llevó a echar el cierre?
Fue un proyecto muy bonito que recuerdo con mucho cariño, conocí a gente maravillosa y personalmente me di cuenta de que el mundo del diseño y la ilustración me gustaban de verdad, y a la gente, también. Aprendí muchísimo a muchos niveles, fue muy enriquecedor. Es muy difícil compaginar un horario comercial con la familia y por aquel entonces las dos acabábamos de ser mamás. No hay ayudas reales para la mujer en ese sentido en este país. Vimos que había llegado el momento de cerrar una etapa.
¿Qué han significado las redes sociales para tu trabajo?
Lo han significado todo. Son mi escaparate, he establecido feedback con mis clientes y cada vez me han salido más proyectos a raíz de esta exposición. Es maravilloso poder alcanzar a tanta gente a través de una pantalla. También requieren de mucho esfuerzo y constancia.
¿Y a nivel personal?
Lo mismo. Me han dado la oportunidad de conocer a gente increíble, muchas personas que he conocido en redes forman ahora una parte importante de mi vida. Las redes son maravillosas si somos capaces de coger lo bueno que ofrecen.
La mujer tiene un papel importante en tu trabajo, ¿por qué?
Vengo de una familia humilde en la que he visto a las mujeres trabajar duro y sacar a sus familias adelante sin reconocimiento de nadie y tratadas injustamente por la sociedad. Es un tema que me indigna y me gusta mucho indagar sobre mujeres que tampoco fueron reconocidas en sus profesiones para poder darlas a conocer. Es una labor de todos que no caigan en el olvido.
Tu serie de mujeres científicas está expuesta en el Hospital Virgen de la Arrixaca para mostrar a las niñas que también ha habido mujeres importantes en este ámbito aunque no las conozcan, ¿cómo surgió esta colaboración? ¿Y cómo ha sido la acogida de las pequeñas?
Conocí a Melli Toral en unas charlas divulgativas de ciencia hace un par de años. Melli forma parte del equipo de voluntarios de las Aulas Hospitalarias de la Región de Murcia y contactó conmigo para contarme su proyecto con el que pretende normalizar el día a día de los niños hospitalizados. «Ellos no quieren ser niños enfermos, quieren ser niños». Me enganchó desde el primer momento. El proyecto empieza con 20 científicas pero se irá ampliando con más personajes del mundo de la cultura. Estoy feliz de formar parte de esto, a los niños les han encantado y esperamos llevarles más dentro de poco.
¿Es difícil que se valore el trabajo artístico aún en 2019?
Mucho. A día de hoy sigo recibiendo ofertas sobre colaboraciones a cambio de «visibilidad». La visibilidad no da de comer a mis hijos. El trabajo artístico hay que pagarlo, es un trabajo como otro cualquiera. También es cierto que cada vez veo a más gente concienciada con esto y me alegra muchísimo.
¿Alguna anécdota con algún cliente que nos puedas contar?
Hace un par de años, un cliente me encargó una ilustración para su familia. Le di precio y a la hora de pagarme, dobló la cantidad. Me comentó «que era el precio que creía justo por mi trabajo». Me devolvió la esperanza en la humanidad (risas). Por cierto, si me lees, GRACIAS.
¿De qué ilustradoras nos recomiendas que sigamos su trabajo?
Mienar, Phoebe Wahl y María Solana (es ilustradora y ceramista, y de mi tierra).
¿De dónde viene tu obsesión por las montañas, los banjos y las casas de madera con porche?
Cuando tenía 20 años vi la película «Deliverance» y la escena del Dueling Banjos me pareció lo más maravilloso que había visto nunca. Empezó una nueva etapa en mi vida en la que indagué mucho en la música americana, en el mundo redneck y en la zona de los Apalaches. Me compré un banjo, leí mucho y escuché mucho. A día de hoy, el folk americano, el bluegrass o el country son pilares de mi vida.
¿Alguna nueva serie que vayamos a poder ver próximamente? Una de mujeres en el mundo de la música nos encantaría verla.
Lo iba a desvelar pero ya lo has dicho tú (risas). Tengo ya a seis mujeres elegidas del mundo musical y estoy en proceso de hacerlas. Dentro de poco las veréis.
Te seguimos en Twitter y una serie de ilustraciones sobre las trastadas de tus hijos tampoco nos parece mala idea.
(Risas) Mi amiga Carmen siempre me lo ha dicho, y la verdad que es algo que me encantaría y no descarto hacer en un futuro. Mis hijos son una gran inspiración para mí, aprendo de ellos cada día y me dan unas lecciones tremendas. También a veces me dan ganas de regalarlos (risas).
¿Qué es para ti lo mejor de tu trabajo como ilustradora?
Poder expresarme con el dibujo es sin duda una liberación, y disfruto mucho creando cuando veo el papel en blanco. Que mi trabajo llegue y guste a otras personas es lo que me parece mágico de todo esto.
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