Con este calor asfixiante que asola el país, la gente (afortunada) se va de vacaciones para huir de la rutina pero, sobretodo, del infierno terrenal en el que se han convertido las urbes. Campo o playa, lo mismo tiene si el fin es el de refrescarse o poder dormir con el placer de la brisa dándote en el cogote. Si te toca trabajar, estudiar o simplemente por la gracia de Rajoy no puedes permitirte poner el aire acondicionado, siempre puedes desplazarte al cine más cercano y disfrutar de una buena película y del fresquito (en estas fechas veo gente quedándose hasta el final de los créditos; insólito).
Uno de los títulos destacados de este verano es el estreno de Ted 2, secuela del éxito de 2012, que nos trae de vuelta al oso drogadicto, promiscuo, malhablado e irreverente creado por Seth MacFarlane, uno de los cómicos más influyentes junto a Judd Apatow; el primero destaca por su humor negro, ingenio y originalidad, mientras que el segundo se ha centrado principalmente en la reformulación de la romcom clásica con actores salidos del stand up estadounidense, siendo el principal artífice de lo que se conoce como la nueva comedia americana.
En esta entrega Ted se va de juicios, al mas puro estilo Ley y Orden, para demostrar que es una persona y así poder casarse y tener hijos. La premisa argumental ya de por si es más interesante que la de su primera parte, pero también sacrifica parte de la diversión para darle mayor peso al drama y tratar temas trascendentales como la identidad del individuo, el valor de la amistad o los sentimientos, todo ello pasado por el filtro cómico y ácido de MacFarlane. En este sentido podríamos hablar de la película más redonda como director del creador de Padre de Familia, donde aprende que un film no puede ser una mera sucesión de gags con mayor o menor fortuna, pues consigue dotar tanto a Ted como al relato, de alma; suponemos que ha aprendido de los errores de 1000 Maneras de Morder el Polvo, aunque el montaje sigue aquejando de una falta de ritmo y soltura en la construcción y resolución de los gags.
Es verdad que se pierde el efecto sorpresa de la primera, pero Ted sigue siendo igual de deslenguado, fumeta y cabronazo que siempre, pero con un punto de humanidad, presente en su relación con Mark Walhberg, que sigue funcionando igual de bien que en la primera parte y demuestra su buen hacer en la comedia. En cuanto al personaje interpretado por Amanda Seyfried, supera a la protagonista de la primera entrega, Mila Kunis, pues se integra perfectamente en la fiesta y nos alegra las córneas, dicho sea de paso.
Cada parte de la película llega a funcionar, desde su comienzo escatológico, pasando por la comedia y el drama judicial o la road movie de cachimba y colegueo a lo Superfumados. Los cameos funcionan a medio gas pero MacFarlane todavía lanza unos cuantos dardos envenenados (disfrazados de comedia) y da en la diana, pues poca gente tiene un sentido tan afilado de la autoparodia y de reírse de todo, y de todos (ahí esta, para disfrute del cómico y espectador morboso, esa escena en el club de comedia o la referencia al ídolo musical adolescente).
Ted 2 mantiene el nivel de la primera añadiéndole un mayor grado de madurez y drama al asunto, sin perder los gags estudiados y las referencias frikis y televisivas de un realizador que es capaz de pasar del humor más zafio y de brocha gorda al mas fino e inteligente, para quien lo pille. Puede que nos encontremos ante una de las comedias del año; a algunos les parecerá suficiente, pero este creador cómico prodigioso, que es capaz de pasar de chistes sobre esperma a reírse sobre el sistema judicial americano, nos puede ofrecer mucho más. Para quien tenga dudas y odie el humor amable y edulcorado ahí tiene Padre de Familia, una de las grandes series animadas de nuestro tiempo.
1 Comment
La primera de Ted fue caca (ES QUE VEO QUE NO LO HAS DEJADO CLARO…)