Voy a morir solo. Ya, sé que no es la frase que estabas esperando leer el día de San Valentín, entre declaraciones públicas de amor en facebook, fotos de gatitos con corazones expresando devoción eterna, y foto-frases tipo estamierdavomitiva, pero es algo que últimamente se me suele pasar bastante por la cabeza y para ser sinceros, lo llevo estupendamente. Bueno, cuando hablo de morir solo, quiero decir en lo que a humanos se refiere. Supongo que mi sobrina (por pena) acabaría regalándome una perra llamada Mica, Kira, Laika, o con cualquier nombre que contenga el fonema /k/. Rebeca.
El tema es que después de ‘x’ relaciones serias, ‘x’ intentos de lo que pensaba que serían futuribles relaciones serias (no tengo claro que la palabra futurible exista) y ‘x’ relaciones sin ningún tipo de importancia (sobre todo, importancia que «ellas» no me han dado a mí), he llegado a la conclusión de que es posible que no pueda encontrar a alguien con quien tener hijos a los que llamarles James, Idris (este si me sale negro —respect—) o Dominic (en honor a Gandolfini, Elba y West, respectivamente)
Pues bien, todo esto tiene un por qué. Con el paso del tiempo me he convertido en Leo Di Caprio (no por atractivo, obviamente) y he ido haciéndome un auto-inception-origen progresivo. Sí, no he necesitado a Tom Hardy, ni a Gordon-Levitt, ni a-la-mujer-de-mi-vida-hasta-que-salió-del-armario, Ellen Page. No he necesitado que me sedaran en un tren e hicieran una movida a contrarreloj estilo Nolan. No, me lo he hecho yo solito, sin ayuda de nadie. He implantado en mi cabeza la idea a la que denomino: «Rollergirl».
Este concepto, aplicado a una mujer con trenza que sólo existe en mi cabeza (por el momento), es algo así como la versión Indie de la canción «Rollergirl« de Elphomega. Alguien que tiene detrás a espantapájaros y hombres de lata como Dorothy en Oz. Alguien que si ves por la calle, ni en un millón de siglos osarías acercarte para cruzar una sola palabra con ella, porque su sola presencia impone tanto y es tan jodidamente mágica y especial, que te acojonarías y parecerías Channing Tatum al decir «my name is Jeff«, o Jesús o Pablo o Alberto. Alguien procedente de una galaxia alejada de Alguazas. Alguien que está soltera, que no se suicida si no va a Bizz’art un viernes noche y es completamente feliz quedándose en casa comiendo M&M y viendo Orange is the new black o A dos metros bajo tierra. Alguien con tres ex novios en su registro, de los cuales uno odia y los otros dos tuvieron que emigrar por motivos laborales a Finlandia y Canadá, están casados, son felices, tienen un hijo cada uno, y ella, como es tan rematadamente buena y bonica, se alegra por ellos. Alguien que provoca que la confianza que tengas (mucha o poca), se evapore y te traslade a la pubertad, donde tenias trece años, escuchabas el White Pony de los Deftones y nadie te miraba. Alguien como Heather Graham en Boogie Nights, Aimee Teegarden en Friday Night Lights o Léa Seydoux en Malditos Bastardos. En definitiva, alguien a quien no puedes tocar.
Lo más absurdo de todo, es que este puto «inception» hace que crea, que este ser especial que idealizo, idolatro y venero, existe y está ahí fuera esperándome. ¡A mí! Me engaña para que piense que ella está en el Café de Alba, asomada por la ventana 24/7, esperando a que pase un gilipollas como yo para sonreírle y conocerle, porque un día me vio en un bar cualquiera, le llame la atención y desde entonces no consigo salir de su cabeza. Mi ‘Rollergirl’, deseosa de que reúna la valentía para sentarme con ella y me tome el primer café del resto de mi vida. Una chica que lleva toda su existencia esperando encontrar a alguien que haya visto The Wire y Los Soprano cuatro o cinco veces. Alguien a quien no le gustaran las motos de pequeño pero que sus juegos favoritos fueran el Monkey Island y el Día del tentáculo. Alguien que le de vergüenza ajena la palabra «tardeo» pero que ame a Bruce Willis hasta el punto de ponerle el nombre a su mascota o use camisetas de tirantes blancas bajo la camisa en honor a Jungla de Cristal. Alguien que se muerda las uñas. Alguien que no suelte una lágrima en un funeral pero que llore como una perrilla viendo a Nicolas Cage en Family Man cuando se da cuenta de lo mucho que quiere a Téa Leoni y a su familia. Alguien que escuche Beck, Björk e Incubus. Alguien qu
Mierda, voy a morir solo.
Fotografía: The Voguelicious
2 Comments
Este tipo ha tenido X relaciones serias y X relaciones que no eran serias y X realciones futuribles y encima va se queja….XD Los hay mucho peor que ti compare…XD Anims¡¡¡¡
[…] las nubes también se prepararon para descargar. La presencia de la lluvia aguantó hasta que Elphomega subió al Escenario Cabo de Plata. Sin quitarse las gafas, la gorra capada o las canas de la barba, […]