Cuándo parecía que este momento no llegaría nunca, los guionistas de Pretty Little Liars se animan y deciden desvelarnos quién se esconde detrás del seudónimo de -A. No voy a decir lo maravilloso que ha sido llegar a este punto de la serie porque estaría mintiendo. De hecho, haré un balance lo más objetivo posible sobre los pros y contras de las últimas 6 temporadas, aunque centrándome en este desenlace agridulce.
Temporadas 1 y 2:
Esta serie tiene (bajo mi punto de vista) tiene uno de los mejores pilotos que he visto nunca. Mantienen la emoción, la intriga y siempre acabas con ganas de más. Las dos primeras temporadas te mantienen pegad@ a la pantalla como si no hubiera un mañana. Los personajes se van descubriendo, van desnudándose paulatinamente y mostrando sus matices.
Parece que seas quien seas podrías identificarte con alguna de estas chicas y el resto podrían ser tus amigas ¿no? Sientes que eres parte de la trama, casi como si fuera una obligación que intentaras investigar y realizar tus propias conjeturas o teorías. No hace falta mencionar el fenómeno fandom que ha despertado en las redes sociales, llegando a ser el show más twitteado en la actualidad. Hasta aquí todo bien.
Temporadas 3 y 4:
La cosa sigue con un hilo de lo era antes, pero no llega ni a la mitad. No se si el problema fue dejar el listón tan alto… Pero algo me dice que a medida que la serie va cogiendo fama y prestigio (lo que implica mucho dinero), la única intención de los que están detrás es alargar esto lo máximo posible y es algo que se transmite. Las tramas empiezan a ser cada vez más pobres y vacías, sospechas de todos y de ninguno, ya que nada de lo que se plantea tiene sentido.Surgen de la nada villano como «red coat» y pueblos como «Radley» y no me avergüenzo de decir que no entiendo nada de esa parte de la serie literalmente porque seguro que no soy la única. Empiezan a aparecer y desparecer personajes con un a facilidad pasmosa y te vuelves loc@, pero ya en un punto que empieza a molestarte, porque ves que por más que lo intentas nada encaja.
Temporadas 5 y 6:
En este punto y (yo diría) tras varios capítulos de relleno decepcionantes decides seguir la serie por costumbre. Tienes que saber quien es -A, pero la cosa se vuelve cada vez más irritante. Las chicas parecen cada vez mas tontas y cada capítulo es un «deja vú» del anterior. -A las tortura, ellas son incapaces de descubrir quien es y las tramas amorosas llegan a un punto de declive. Se nota que hay personajes que mantienen porque tienen tirón mediático como actores, aunque yo diría que hay alguno que se resiente en sus capacidades interpretativas. Ya ni siquiera nuestra adorada Spencer Hastings es capaz de sostener una teoría coherente y esto, creédme, si os digo que es un buen ejemplo del declive que experimenta la trama.
Para colmo, hay un momento en el que deciden «resucitar» a la muerte de la que parten todas las premisas en esta serie (Alison Dilaurentis). ¿En serio? Después de mil vueltas los guionistas deciden cagarla un poco más (por si no era suficiente).
Habréis notado que mi resumen ha sido bastante negativo. Sin embargo, tampoco sería justo decir que esta serie solo tiene cosas malas y rompecabezas que no llevan a ninguna parte; porque estaría mintiendo. A continuación los puntos positivos y negativos de esta gran encrucijada que se nos plantea con el dichoso «A».
GAME ON, BITCHES (+):
-Podemos decir que el final de esta mitad de temporada ha sido bastante más satisfactorio de lo que cabría esperar tras tanto «palo de ciego.» Se atan muchísimo cabos y responden a la mayoría de las preguntas que todos nos hacíamos desde el primer momento, lo cual, era muy complicado llegado este punto.
– Sin duda Lucy Hale (Aria Montogmery) y Troian Bellisario (Spencer Hastings) son los 2/4 de las liars que elevan a otro nivel los momentos críticos de dramatismo y comedia.
-El modo de resolver los motivos de -A para torturar a estas chicas «inocentes» es brillante y hay a quien incluso llega a enternecer.
– Creo que la identidad del «malo malísimo» nos sorprende a todos. Un personaje que aparece en la tercera temporada. Concreta mente, en el 3×07. Cece Drake (alias: Charlie).
-Además, personalmente tengo que decir que la elaboración de los escenarios en los que se desarrollan los últimos capítulos son bastante elaborados y hacen justicia al presupuesto actual de esta serie. Aunque esto no debería contar como mérito pero «al César lo que es del César». Dos de mis favoritos son: la casa de muñecas a tamaño real y con reproducciones exactas de las habitaciones de las chicas y la guarida de -A.
GAME OVER, CHARLES (-):
– A pesar de resolver bastantes incógnitas, siempre quedan flecos sueltos que siguen sobrando. En eso estaremos de acuerdo todos.
-Los otros 2/4 de las chicas son bastante limitadas en sus registros interpretativos. Shay Mitchell (Emily Fields) utiliza la misma cara para TODO, una especie de mueca de angustia que cansa bastante. Y Ashley Benson (Hanna Marin) tiene sus momentos, pero tampoco le perdonaría los buenos por los muchos pésimos que tiene.
–Todo muy rápido. De hecho yo habría hecho una temporada entera para explicar muchas cosas, pero encaja bastante con la sensación de que quieren pasar por alto cosas temas que no saben como cerrar. Sin duda no puedes tener seis temporadas de peguntas y escasamente dos capítulos de respuestas.
–Alison, en todas sus facetas. Un personaje bastante plano para lo que podía haber sido.
–Mona podría haber sido una -A brillante, tal y como lo muestran los libros. Y la actriz, Janel Parrish, también es bastante buena. Pero se queda en una falsa y prefirieron alargar más el infierno de la verdadera identidad de -A. Otro grandísimo error que ha quemado a muchos seguidores, llegando a dejar la serie.
Finalmente el último capítulo acaba con un salto en el tiempo en el que nuestras chicas son adultas. Espero que sepan llevar la serie a sus raíces o creo que perderán bastantes espectadores cuya única y comprensible finalidad era conocer la identidad de -A. Si resumo mis impresiones y teniendo en cuenta que he sacado cinco puntos positivos y negativos de manera inconsciente, diría que los guionistas han cometido bastantes errores pero están a tiempo de enmendarlos. Un punto final a tiempo sería digno de esta serie. Esperamos que no sigan en la dinámica de tomarles el pelo al espectador con la única finalidad de aumentar la cifra porcentual de audiencia.
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