El pasado jueves, el joven cantautor Pedro Pastor Guerra inundó el acogedor Café de Alba con su música. Un concierto plagado de sonrisas y “buenrollismo” que consiguió calar hasta el fondo a todos y cada uno de sus espectadores.
Comienza su actuación recitando “Harto”, una especie de poema en prosa con el que logró captar la atención de un público deseoso de impregnarse de sus palabras.
En el transcurso de sus canciones, Pedro deja en claro su enorme conciencia y reivindicación social. Acercando al público tanto a sus experiencias personales como a la precaria situación en la que se encuentra la sociedad actual, latente en canciones como “Prometí volver” en la que narra la historia de aquellas personas que han tenido que emigrar para poder alcanzar un futuro mejor.
Canciones dinámicas, seleccionadas en ocasiones por los propios espectadores, divertidas, cercanas e intercaladas con vivencias personales que consiguieron crear un vínculo jodidamente especial entre Pedro y su público.
No es la primera vez que este joven cantautor se deja caer por tierras murcianas, pero si la última de la gira de despedida de su último LP “Aunque esté mal contarlo”.
Me atrevería a decir que en todas sus actuaciones ha conseguido crear esa atmósfera tan deseada entre público y artista que nos deja a todos con una sensación satisfactoria y con ganas de más. Pero hasta dentro de unos meses no tendremos la suerte de volver a contar con Pedro sobre un escenario, ya que como bien manifiesta en su canción “En Braille”, “Tiene sed de hacer canciones” y próximamente comenzará a trabajar en un nuevo proyecto.
Fotografías por Ismael Soria
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