A Nikki Hill es imposible ubicarla en un género musical. Su concierto en Sala Musik fue un crisol: el ritmo rock and roll lo puso la banda de Nikki, liderada por su marido, mientras que la magia la puso el torrente de soul que emana de Nikki cuando se sube a un escenario. El taconeo con el que marca el inicio de los temas y el caracter funky de su voz ponen el resto. También hay tintes de R&B, rokabilly y jazz. Una mezcla perfecta que desde hace 5 años, cuando vio la luz su primer proyecto, ya ha recorrido medio mundo (y media España) a taconazo limpio y golpes de voz.
Innovación, respeto por los maestros y 25 horas al día de dedicación a la música. Ese es el camino que ha llevado a Nikki Hill a ser una de las artistas más relevantes de los últimos años. La estadounidense arrastra sentimientos cada vez que entona, y esa descarga explosiva de rock & roll, soul y funk durante más de una hora en los pasillos de la Plaza de Toros de Murcia acabó dejándonos a todos exhaustos.
Había que bailar mucho para este cierre de gira de Nikki Hill en España, y también de su actual proyecto. En Sala Musik disfrutamos del úlitmo bolo en España de este segundo disco. Conciso, potente y directo. Semanas después, sigo con la vello de la nuca erizado ante la facilidad con la que Nikki arrancó sentimientos del público.
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