Es increíble lo que Darren Aronofsky ha llevado a los cines. Ha provocado que toda aquella persona que ve su obra la odie o la ame, sin término medio. Es complicado encontrar el significado de «mother!» y la visión de la vida que el director representa, la cual ha conseguido resumir en dos horas. Considero que la sinopsis desconcierta mucho al espectador, puesto que luego se van a enfrentar con un argumento totalmente diferente a lo que habían creído leer. Esta historia narra metáforas de varios fragmentos de la Biblia, en donde una mujer (Jennifer Lawrence) reforma una gran casa a las afueras de la ciudad. Allí crea un espacio que inspira a su marido, el cual se gana la vida escribiendo poesía, y así acabar con su sequía de ideas. Una noche alguien toca a la puerta, era un hombre enfermo, seguidor de las obras del poeta, lo que provoca que el marido le hospede a pesar de la negación de la esposa. A partir de esta visita todo cambiará y llegarán más y más invitados que provocarán situaciones peligrosas. Una metáfora sobre el mundo y su creación. Una película sobre terror psicológico que cuenta, con una cámara nerviosa que lleva a la paranoia, una historia con escenas realmente extremas e incomodas, algo va más allá de lo que estamos acostumbrados a ver.
Esta película esconde muchos secretos que vamos a ir descubriendo a medida que avanza la historia. El primero de todos y más importante es la teoría de que Jennifer Lawrence representa a la Madre Naturaleza y la vida. De aquí surgen todas las reacciones que tiene frente a los ataques que recibe su preciada casa, la cual representa la Tierra, un lugar que ha construido con cariño, que ha embellecido con pinceladas de amor para convertirlo un paraíso para él, su marido. Es por esto que madre actúa con agresividad frente a todos los que, más adelante, habitarán en ella sin ningún cuidado. Cada vez que madre sufre por su hogar visualiza, de manera literal, el corazón de la casa, algo que simboliza también el suyo. Por lo que el corazón que hay dentro de las paredes representa la salud de la Tierra.
A su lado encontramos a Javier Bardem, un poeta que sufre un bloqueo creativo. Este personaje representa a Dios, un Dios que se ve a sí mismo imperfecto y que por ello perdona a todos por sus pecados, ya que estos siempre le van a seguir y aceptar pese a sus bloqueos como escritor y a sus errores.
El cristal de la repisa. No es hasta el final del filme donde nos damos cuenta de la importancia que este objeto ha tenido. Él protege con mucho empeño el cristal, esto se debe a que contiene la esencia de la vida, la esencia de su esposa. Tiene la vida y cuando este cristal se rompe empieza el caos. De esto son culpables los primeros visitantes. Un señor mayor, fan del poeta, inundado por una grave tos que le provocan los cigarrillos y su mujer, la cual aparece más tarde. Mientras él ayuda al nuevo huésped a vomitar por su enfermedad, madre observa que tiene una gran herida en la costilla. Casualmente, al día siguiente aparece su mujer, una representación de la costilla de Adán. Él, Dios, al verlo solo, decidió que necesitaba una compañera que fue creada partiendo de una de las costillas del pobre visitante.
Que el cristal se rompa es el climax de la película. Cuando los dos visitantes lo destrozan observamos una clara representación del Jardín del Edén, en donde Adán y Eva tienen la tentación de comerse la manzana, al igual que el matrimonio tiene la tentación de observar el cristal de la repisa y averiguar qué es. Cuando estos dos «comen el fruto prohibido» empiezan los problemas para madre y para él.
Junto a la llegada de esta pareja aparecen sus dos hijos junto con un drama que azotará, aun más, la calma del hogar. Estos llegan a la Tierra envueltos en una gran pelea donde la codicia y la envidia lleva a que uno de los hermanos mate al otro, ya que temía por no recibir nada de la herencia de su padre. Caín, el mayor, y Abel, el pequeño, Génesis. Tras la muerte de «Abel» aparecen todos esos malos sentimientos: la codicia y la desesperación, para eliminar la estabilidad que madre ha creado en su hogar. La representación de esto llega en forma de ejercito integrado por miles de fans del poeta que quieren felicitarle por su obra y conseguir, en principio, una firma en sus libros, algo que lleva al Apocalipsis y a una situación que la madre no puede controlar.
El trastorno llega cuando nace su bebé. Este niño representa el Hijo de Dios. Tras su nacimiento, esperado por las miles de personas que visitaban la casa, madre rechaza la idea de que él coja a su bebé. Le daba miedo que lo enseñase a la multitud, no quería entregar al recién nacido y exponerlo ante el peligro. Pese a su insistencia, él consigue hacerse con el pequeño y mostrar al gentío su divinidad y perfección, lo que produce la muerte del pequeño y que todos acaben comiendo de él, algo que nos recuerda a la siguiente oración: «Tomad y comed, este es mi cuerpo, que será entregado por vosotros… Tomad y bebed todos de él, porque esta es mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por muchos para el perdón de los pecados», una escena que incomoda a todo espectador.
Demasiada rabia acumulada en madre que desemboca en que la casa arda mientras se destruye todo lo que pasaba dentro, el Apocalipsis. Es tras esto cuando ella muere y pone en duda el amor que su marido ha sentido, algo falso, algo que madre sabía que nunca había existido. Él no cuestiona su razonamiento, pero a pesar de que su mujer vaya a morir sabe que todo va a salir bien, que un nuevo ciclo está por llegar y no le importa que ella no le acompañe.
Finalmente, queda por averiguar qué escribe el poeta en su libro, qué tipo de oraciones redacta que evocan a que toda persona que lo lee necesite de él. No sabemos qué escribe, pero por la visión de la película y todo lo que pasa a partir de la publicación de ese poemario no topamos con una promesa, un Nuevo Testamento que garantiza “Esperanza” y con esta: confianza, fe, promesa y seguridad. La esperanza mantiene la paciencia y la fidelidad de cada ser, cuya expresión mayor, según el Nuevo Testamento, es el amor. Por lo que en la obra se tiene en cuenta la realidad, la relación que tienen todos los creyentes con el Señor. Una película que cuenta todo un recorrido que progresivamente se va concretando en la historia del ser humano, desde el origen hasta el final.
3 Comments
Cipote, que bien escribe la moza esta
Me cago en Tarzan, que obra maestra, que canonicen ya a esta tal Yolanda
[…] También podéis encontrar este artículo en la página web de C’mon Murcia […]