No estoy seguro de si “cliffhunger” es un anglicismo exclusivo de las series, o se puede aplicar a otras cosas, por ejemplo a este blog. Antes de que acabase mi día, ya a punto de irme a dormir, un “cliffhunger” le ocurrió a nuestro redactor Óscar: unos músicos de cuyo nombre no quiero acordarme le amenazaron con “frontearle” por la contundente sinceridad de su artículo. También le advirtieron de que luego no llorase, sin saber que eso en su caso era más que improbable.
Pero, ¿qué es frontear exactamente? ¿Sucumbirá Óscar a las amenazas, o acuñará también un nuevo término para amenazar, como puede ser “oscarizar? Y hablando de oscarizar, ¿solamente yo opino que sería muy divertido que cada año alguien le robase el oscar a Leonardo di Caprio hasta que muriese y ya le diesen el póstumo, para joder aún más? Lo sabréis en el próximo episodio.
Mejor será que deje de delirar (ya sabéis, época de exámenes y de TFG…), y me centre en lo nos atañe, aquí tenéis los que, para mí, son los mejores finales de “Skins”, “Shameless”, “Weeds” y “Orange is the new black”. Tranquilos, poco a poco iré incluyendo más, ¡y si tenéis alguna idea interesante comentadlo más abajo!
Para no meteros ningún spoiler, incluiré en cada uno el nombre de la serie, con la temporada y el capítulo al que pertenece el final, bien grande. Así que pasad sin miedo, pasad.
Skins (1×09)
La primera generación de Skins es para muchos la única que existe. Yo no pienso igual (como veréis a continuación), sin embargo, creo que será difícil olvidar este capítulo, este atropello y, sobre todo, el coraje para cascar ese momento musical con la pegadiza “Wild world” de fondo.
Skins (4×07)
Todo el mundo echó por tierra las virtudes de una segunda generación demasiado extraña, demasiado retorcida, demasiado ilógica. No fue la mejor temporada, pero si la más valiente. Y este episodio nos brindó una muerte que fue tan retorcida, inesperada, bizarra y absurda que no me queda más que quitarme el sombrero. Un psicópata comienza a golpear a Freddy y un chorro de sangre salpica la ventana. Cuando haces algo así, te arriesgas a un aluvión de críticas, y por mi parte, a un aplauso:
Skins (4×10)
Y como no podía ser de otra forma, el final de la segunda generación fue tan extraño como toda la temporada. Un final abierto pero bastante aclaratorio, con un monólogo del grandísimo Cook que resume, en unos segundos, lo que Skins representa. Una serie que es una bandera de orgullo para la juventud perdida y encontrada, cuyos adultos prefieren no tomar en serio.
Soy un puto estorbo, soy un estúpido niño, no tengo sentido, criminal, no sirvo para nada, no soy nada. Así que por favor, porfavor, métetelo en tu cabeza, que has matado a mi amigo y… soy Cook… ¡SOY COOK!
Skins (6×02)
La tercera generación de Skins jugaba con desventaja por culpa de la incomprendida segunda generación. Mucha gente se bajó del tren y no quiso volver a subirse, pero lo que esa gente no sabe es que se perdió la mejor tanda de episodios que Skins ha dado de sí. Y este «Rich» en particular, es posiblemente el mejor de la serie.
Emocionante, devastador, muy extraño, Skins juguetea con el onirismo en un episodio especial, un capítulo en el que Rich, totalmente destrozado por el accidente que sufre Grace, intenta ocupar su tiempo hasta que el amor de su vida regrese. Todos los días habla con ella, pero hacia el final ocurre algo lo que ya nos temíamos: el teléfono móvil está roto, apagado, y sin embargo comienza a sonar. Es ella, y Rich mantiene una conversación con la que debo confesar que alguna lágrima se me escapó:
-Vuelve
-No puedo… ¿No está todo precioso esta mañana? Todo es tan bonito…
-No lo entiendo
-Te quiero Rich
En ese momento, el padre de Grace entra en escena:
-Dónde ha ido Grace?
-Siento decirte que murió ayer por la tarde
-acabo de hablar con ella, hablo con ella a todas horas
-Yo también…
Orange is the new black (1×13)
El equilibrio dramático de OITNB era hasta este momento intachable. Pero Pennsatucky llega para desequilibrarlo y nos encontramos de bruces con una brutal paliza a manos de Pepper. La sangre mancha la nieve en navidad y nos despedimos con muchas ganas de saber qué pasará después. Un cliffhunger muy efectivo:
Orange is the new black (2×13)
El final de la segunda temporada de OITNB supuso la guinda para saber a ciencia cierta que esta serie se iba a convertir en una de mis favoritas (de Jenji Kohan no me esperaba menos). También supuso un broche de oro a ese mensaje feminista tan potente y que tan bien le sienta a uno de vez en cuando. Para rematar, Kohan ha sabido crear el cruce perfecto entre un drama enternecedor (Rose ha sido un personaje breve, pero mágico), y una venganza Tarantiniana. “Era muy maleducada”, dice una Rose veinteañera y sonriente:
Weeds (temporada 1)
Y de una genialidad de Jenji Kohan a otra. «Weeds» es una comedia que no tuvo toda la repercusión que merecía, y que además fue la inspiración de Breaking Bad (este dato me lo estoy inventando, pero los fans sabéis que muy posiblemente sea cierto). Y este cliffhunger fue el primer golpe en el pecho de los muchos que nos tenían preparados. Un avión lleno de refrescos se estrella contra la casa de Celia, dando lugar a una de las escenas más peculiares de toda la serie:
Weeds: (5×13)
EL MOMENTO. Así, en mayúsculas, la mejor escena de la serie. Cuando vi caer al agua el cuerpo inerte de esa perra y la cámara giró hacia un Shane totalmente frío, como si en vez de matar a alguien hubiese anotado un punto (o lo que sea que se anota en cricket), mis ojos se abrieron como platos y me pregunté cómo Jenji Kohan era capaz de dejarnos así durante un año entero:
Weeds: (8×13)
Y para despedirnos como se merece, una presentación teatral del retrato familiar al ritmo de folk, con los protagonistas entrando uno a uno, con un canuto de hierba que pasa de mano en mano, de nuestro irremediable Doug a nuestro inconformista Silas, de nuestro inconformista Silas a nuestro asesino Shane, de nuestro asesino Shane a nuestro grandísimo Andy, y de nuestro grandísimo Andy a nuestra la eterna sex symbol Nancy.
Y todos ríen y nosotros somos conscientes de que no los volveremos a ver. Y el telón se cierra y se oyen aplausos de fondo, esta vez de todo el equipo. Y nos despedimos para siempre de Weeds.
https://www.youtube.com/watch?v=0k5AV1uMaEg
Shameless: (3×09)
¿Recordáis a Karen? Por supuesto que la recordáis, vaya pregunta. No creo que a nadie le resultase indiferente la encarnizada venganza de Mandy, una escena que me recuerda a las peores ocurrencias de Juego de Tronos, pero con algo de gracia (en Shameless todo tiene su lado irónico):
Shameless (4X12)
El final de la cuarta temporada de Shameless se titulaba “Lázaro”, y no es difícil suponer que se refiere a nuestro Frank. Este final no es impactante, no pasa gran cosa, pero es sobrecogedor. Frank se toma la lincencia de suponer que su enfermedad, sus males y su cirrosis crónica ha sido un desafío de Dios, no cosa suya. Así es Frank, invencible y salvaje:
Eso es todo lo que tienes? ¿Ya está? ¡Sigo aquí cabrón! ¡Frank Gallagher! ¡Estoy vivo! ¿Me ves, me estás viendo aquí? Has perdido gilipollas, ¡sigo vivo, hijo de puta! ¡Yo, Frank Gallagher, vivo! Vivo…
1 Comment
Cliffhanger, de colgar del acantilado, no cliffhunger, que tendrá que ver con el hambre que te dan los acantilados. Oís campanas..