Quizás antes de leer este artículo deberíais saber que hubo un tiempo en el que yo iba por ahí diciendo que era más de Dean Koontz que de Stephen King. “Velocidad” del primero me pareció una obra maestra. La historia nos la habían contado de forma similar mil veces. Pero tenía algo que la hacía parecer totalmente nueva. Tan fresca. Tan impredecible. Tan asfixiante… Sin embargo pese a los debates que se puedan desatar sobre el tema, que son muchos, creo que en pleno 2013 hay que reconocer ciertas cosas. Stephen King se ha ganado a pulso el cinturón de actual campeón de los pesos pesados del género. Al menos entre los vivos.
Si bien es cierto que a veces cuando tengo un libro suyo a mitad empiezo a pensar que es demasiado largo lo que está claro es que sus finales siempre me han merecido la pena. Sin excepción alguna hasta el momento. Ya sea porque he arrojado el libro al otro extremo de la habitación mientras recuerdo a viva voz a los fallecidos del antiguo señor Richard Bachman o porque me han fascinado, porque me han sacado la sonrisa esa de “joder, que cabrón, que bueno eres” o más bien por todo ello. Nunca me han dejado indiferente. Me gustaría señalar un par de ellos.
ALERTA SPOILER: A PARTIR DE AQUÍ SE REVELAN FINALES DE HISTORIAS QUE PUEDES NO CONOCER. LEE BAJO TU PROPIA RESPONSABILIDAD.
1. CELL
Tu puta madre Stephen. Este fue uno de los libros que acabó estrellado contra la pared de mi habitación. Un escritor normal hubiese concluido la historia antes o después. Nunca en ese momento. En “Cell” los teléfonos móviles son el medio usado para desatar el apocalipsis. Mediante una extraña señal a la que denominan “El Pulso” convierten en zombies a la población. Detonante original para historia viejísima. Sin embargo el toque King le viene a la perfección. Al menos al principio. Y es que el libro va cayendo en picado conforme empiezas a leer, hasta que al final simplemente terminas por terminarlo. Mucho se lía la cabeza con lo de los rebaños y la telepatía. No obstante lo releí. Merece la pena. Llegaría a recomendarlo, incluso. Sin embargo si no os apetece deberíais saber que al final el protagonista rescata a su hijo perdido tras hacer saltar por los aires heroicamente a un numeroso grupo de “chiflados telefónicos” (como llaman a los zombies en el libro) y se van a vivir a un refugio. Un día, el padre tiene una idea loca. ¿Y si usa el móvil de nuevo con su hijo? Quizás funcione. O quizás no porque no te vas a enterar. El libro acaba con el padre poniendo el móvil en la oreja al hijo. Fin. Muchas gracias. Vuelva otra vez.
2. LA NIEBLA
Cojonudo. Simplemente cojonudo. ¿Cómo se puede mostrar tal crueldad con un protagonista? Merece la pena que probéis con el libro aunque hayáis visto la película. No se parece en casi nada a lo demás de King. Ciento y poco páginas, rápido y la historia avanza con fluidez. No se recrea en el detalle para conseguir que te metas en ese ambiente de terror porque no hace falta. El libro es muy psicológico. Todo empieza a pasar de repente y sin explicación alguna (eso de los militares se lo sacaron en la peli de la manga) hasta el impactante final en el coche. Sólo que la historia nunca acabó así realmente. Aunque este final sí que me lo callo que el relato es muy cortito y deberíais leerlo. Especial atención a la aparición estelar de Cthulhu tanto en el libro como en la película. En el relato deducimos que es él porque hacia el final, al oír un grito aterrador el protagonista dice algo parecido a que procede de un monstruo primigenio. Palabra que Lovecraft utilizó para designar entre otros al malvado dios-calamar.
3. DESESPERACIÓN
Este libro es un ejemplo de cómo un escritor puede crear 650 páginas de puro arte que te hagan salir el corazón por la boca y cagarla en las últimas veinte. De “Desesperación” merece la pena cada palabra excepto el desenlace. Y es que la idea es buena. Un pueblo perdido en el desierto, sin comunicación con el exterior, en el que un policía está secuestrando a viajeros perdidos sin razón aparente y sin que nadie se entere. Conforme avanza el libro iremos enterándonos poco a poco de hasta qué punto están las cosas realmente jodidas. Percatarse de que el policía no para de hacer ese “tak!» tan extraño y de que parece tener una extraña relación con los coyotes no ayuda a relajarse. Las primeras muertes tampoco. Que la esperanza parezca ser un niño pequeño que tiene una extraña voz en la cabeza ya es el colmo. Al final nos enteraremos de que el policía está poseído por un ser ancestral llamado Tak y que la respuesta está por supuesto en la voz que el niño escucha. Flojito y antiséptico el final. Más propio de Hollywood que de este señor, pero bueno. De los mejores libros que he leído suyos. Sin fallos en el nudo, cosa rara también. Los mejores momentos son la reflexión sobre Dios que aparece sobre la mitad del libro y uno de los carteles que se encuentran cuando llegan al pueblo:
Soy un pistolero, un borracho, un fanático
religioso, un pendenciero y un hijo de puta.
No se preocupe por el perro:
¡Tenga cuidado del dueño!
Por si no lo habíais deducido con lo de “final estilo Hollywood” y os sigue picando la curiosidad por supuesto los protagonistas derrotan al policía y escapan juntos.
4. LA TORRE OSCURA
Describir lo que uno siente cuando termina una saga de siete volúmenes (uno de ellos de 1.000 páginas) siempre es difícil. Siempre que se termina una saga larga la emoción que te embarga es muy ambigua. Por un momento eres hasta escéptico ante la idea de que haya acabado. De que realmente tenga un final. Y punto. Fin de la historia. Nunca volveréis a leer nada nuevo de este personaje. Quizás por eso el público forzó a Connan Doyle a que volviera a escribir sobre Sherlock Holmes. Un error, si me preguntáis. Ese final en las cascadas con Moriarty era sublime. ¿Qué personaje literario no querría morir por y junto a su archienemigo? Pero al caso. Si no os interesa leeros una saga tan larga ahora mismo pero sois morbosos os contaré que por supuesto Roland llega a los pies de la Torre Oscura y hace sonar el cuerno por todos los que juró hacerlo. Y que las puertas de la Torre se le abren. Entonces hay una página en la que Stephen King te advierte que lo dejes ahí. Que ese final es el mejor para ti. Que no leas la verdad. Que no gires la página. ¿Quién se planteó no hacerlo? Cuando escala la Torre, Roland se siente extraño, como en un constante deja-vu. En la cima, cuando abre la última puerta y ve el agujero durante un segundo lo sabe. Pero ya es tarde porque cae. Y entonces lo próximo es la primera línea del primer libro. Es una historia cíclica. Roland está condenado a intentar salvar X una y otra y otra vez. Sentí rabia. Luego me sentí frío. Luego decepcionado. Luego me reí. Y al final me encantó. Todo en unos pocos minutos mientras lo asimilaba. La Torre Oscura no era cualquier saga y él lo sabía. No conozco a casi nadie que la haya leído pero los que lo han hecho se sintieron tan atrapados en la historia como yo. El final es que no hay final ni lo habrá nunca. Sublime.
5. LA VENTANA SECRETA
De las pocas veces en las que al ser la explicación un caso de personalidad múltiple (aunque esto no se dice en el libro, King deja a la psicología fuera y simplemente explica que el protagonista creo a Shooter tan vivo que al final “cobra vida”) no me lo he visto venir en ningún momento. Enserio. Pero en ninguno. Recuerdo haber llegado al instituto al día siguiente con ojeras enormes por haber tenido que precipitar el acabarme el libro a la noche de antes inexorablemente. Shooter. Shoot-her. Magnífico. Me encantó. Aunque Mort no acaba vivo en el relato (sí en la película) me parece que su adaptación al cine es también más que digna de verse. Genial el momento en el que Amy descubre la verdad.
Y esto es todo. Al menos por ahora. Mi opinión sobre el final de “El Resplandor” me la guardo para otra ocasión. Quizás para un “Historias que nunca supiste como acababan realmente”. Buenas noches y elaboradas pesadillas.
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