Zack Snyder tiene 45 años, seis películas a su espalda y un nombre en Hollywood. Ha sonado mucho con la polémica “El hombre de acero” y ahora vuelve al ojo público gracias a “300: El origen de un imperio”. Bastante se ha dicho, y no todo bueno, sobre un director cuya característica principal es su desesperado intento por satisfacer a todos.
Con su opera prima, “Amanecer de los muertos” (2004), se arriesgó mostrándose al más duro crítico que cualquier cineasta se pueda enfrentar: el fenómeno fan, ya que la película es un remake de 1978 de George A. Romero. Con él, no solo demostró que puede hacer justicia a un clásico del cine de terror, si no que puede reescribir y adaptar a nuestro tiempo una historia mil veces contada y convertirla en la mejor película de zombis de los últimos años.
Después de las buenas críticas, le cogió el gusto a las adaptaciones y se adentró en el mundo de las novelas gráficas con “300” (2006) y “Watchmen” (2009), las dos cintas que han creado más controversia y que le han llevado a ser odiado por muchos.
“300” marcó un antes y un después en el cine de acción. Gracias a sus planos a cámara lenta tan característicos, demostró que este género no tiene por qué ser caótico y violento sin más, si no que la sangre y la batalla puede representarse con una belleza y musicalidad que no se ha visto antes, adaptando a la perfección la esencia de obra de Frank Miller.
Con “Watchmen” probó la decepción de los fans, siguió la novela gráfica al pie de la letra dando su toque personal y permitiéndose pequeñas licencias como la genial banda sonora (que en su mayoría es mencionada en el cómic, por lo que no es una locura). Pero tuvo un fallo que a los espectadores les pareció catastrófico: cambió totalmente el final. Lo sustituyó por el ataque lógico de Doctor Mnahattan que todos conocemos, un desenlace mucho más serio de cara a la gran pantalla y que muchos no han perdonado.
Después de eso siguió con “Ga’Hoole” (2010) y “Sucker Punch” (2011), sacándolo de su línea y beneficiando a su carrera. El primero supuso un salto al cine de animación, que puso de manifiesto su versatilidad, mientras que “Sucker Punch” le hizo un hueco en el cine de culto.
Dos años después, y con la presión del éxito de Marvel, estrenó “El hombre de acero” con la intención de hacer un nuevo Caballero Oscuro, con un único inconveniente: Superman no es Batman. Un extraterrestre que puede volar no es un multimillonario algo emo que tiene la suerte de tener a buenos villanos. La fórmula, destinada al fracaso, pretende redimirse con el próximo estreno de “Batman Vs. Superman” (2016).
Ahora, con “300: El origen de un imperio” podemos ver la esencia del Snyder de sus inicios (una cinta en la que solo es guionista, ya que la dirige Noam Murro), donde es consciente de que no puede hacer una película equiparable a la de los espartanos, por lo que se resigna a un homenaje que le da a los fans exactamente lo que quieren.
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