El fotógrafo murciano Tomás Hernández presenta su nueva exposición «Palus: una visión del Mar Menor en fotografía analógica» en Loft113, espacio situado en pleno centro de Murcia.
La inauguración será el jueves 7 de septiembre a las 20:00 horas. La exposición podrá ser visitada a lo largo del mes.
Sobre la exposición
El Mar Menor es una albufera del Mar Mediterráneo. Los asentamientos humanos en su ribera se remontan al Paleolítico. Sus aguas han bañado la vida y los sueños de las más diversas culturas. “Palus” (pantano) fue la primera denominación conocida y se la debemos a los romanos. Hoy, la cultura occidental ha puesto en peligro sus valores medioambientales y su delicado ecosistema.
En relación a este proyecto, la denuncia de la situación actual, analizando causas, responsabilidades y consecuencias, podría haber sido un planteamiento perfectamente válido y lógico. Sin embargo, se buscó un marco más intimista y personal, capaz de modelar un relato fotográfico del gran valor que tenemos y que podemos llegar a perder sino actuamos de forma firme y decidida.
La fotografía busca expresar visualmente lo que el lenguaje hace en palabras. El fotógrafo mira espacios conocidos y habituales, atrapando imágenes genuinas y sorprendentes que utiliza para contar una historia. Como cada verano, después de tantos años, vuelves, una y otra vez, al mismo amanecer, las mismas sombras y reflejos del mar ancestral. Todo parece reproducir un retorno continuo, pero tu mirada siempre descubre algo distinto y sorprendente. La luz nunca es igual, juega contigo, cambia minuto a minuto y día a día. El amanecer que acabas de ver es un instante único que posiblemente no vuelvas a contemplar. Los matices se expresan sobre este lienzo en blanco y negro, moldeable y sorprendente, donde las sales de plata, aportan ese matiz de irrealidad que potencia la interpretación personal y la creatividad.
Sobre el autor
Tomás Hernández nace en Puebla de Soto (Murcia) en 1961 y, de momento, aún vive allí. Desde que se licenció en Medicina y Cirugía se dedica a la Medicina de Urgencias. Su afición a la fotografía viene de muy lejos. De niño quedó impactado por la magia y el misterio de las fotografías en blanco y negro que le hicieron a su familia y a él durante la primera comunión. Aquella primera cámara Kodak Instamatic que le regalaron fue «la culpable» de que germinara esta pasión.
En la década de los ochenta, llegó a su vida María del Carmen. Ella y sus hijas (decisivas en la puesta en escena de esta exposición), se convirtieron en su inspiración y fueron sus modelos en miles de instantáneas y retratos realizados en diapositiva, color y, por supuesto, blanco y negro.
Después llegaría la etapa digital y en cierto modo largos periodos de hartazgo que no siempre supo entender ni explicar. Hasta que, durante la pandemia, tropezó con su vieja cámara analógica, la cargó con un carrete Ilford HP5 y disparó sus 36 exposiciones. Al revelarlas, volvió a sentir aquella magia y misterio de siempre.
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