Asistir a un concierto de Funambulista es sinónimo “de vencer miedos”, “superación” o tal vez ese punto de inflexión que necesitas en forma de música, porque… ¿a quién no le ha pasado? Sí, hablo justo de eso. O no sé, puede. Pero hablo del hecho de sacar de la mente a esa persona idealizada de tu cabeza, la misma ‘que pudo ser y al final no fue’ pero que aún conservas en tu vida y tú lo llevas bien, o al menos lo intentas. Imagínate todo lo anterior convertido en la letra, el ritmo y la pasión que le pone Diego Cantero y su banda a su último disco llamado “Quédate”, un cúmulo de canciones optimistas y llenas de positivismo para corazones inertes, que nos presentó el pasado 10 de septiembre en el Parque de Fofó.
El concierto comenzó en un ambiente de lo más íntimo, personal y cercano, sorprendiéndonos con una pantalla en mitad del escenario en la que se podían leer mensajes como “15 años creciendo con vosotros” o “gracias Murcia”, siendo inevitable no emocionarse y sentir esa dichosa sensación de nervios que te recorre por todo el cuerpo, porque la magia ya estaba servida: “Bendita Mi Suerte” fue la canción escogida para abrir su repertorio y era muy difícil no tarare-arla y gritar bien fuerte junto a un público totalmente entregado que no paraba de aplaudir y bailar.
Le siguieron éxitos como “Volver a Empezar”, “Cosas Que No Quise Decirte”, “Funambulista”, “Mírame” y “Como Un Idiota” repasando así sus 15 años de trayectoria musical que entre canción y canción, el grupo no paraba de dejar claro que “todo quedaba en familia” y así nos lo hicieron transmitir durante toda la velada.
Pero las luces se apagaron una vez más con un solo de piano de fondo, dando paso al momento más esperado de la noche, que decía algo así como: “Somos sólo luz…”, y rápidamente se alzaban móviles con la pantalla encendida, quién sabe por qué o para qué, pero prefiero imaginar que sería para capturar ese instante: inmortalizarlo, entender y comprender detenidamente la letra porque te estaba recordando a alguien y tú, en ese momento de máxima profundidad, aprovechas esas copas de más, sin importar muy bien el resultado, pero estás ahí y sientes que ella también lo está porque cuando estaba a tu lado, fue luz. O… simplemente habías cogido tu móvil para alumbrar el camino hacía el baño y no tropezarte con la muchedumbre. Creo que va a ser lo segundo.
Sin embargo, era una noche sobre todo de reflexión, de hacer nuestras sus letras, habiendo una frase de una canción de entre todas que me tocó bastante la vena de intensa, debo reconocerlo “¿Y ahora quién te va abrazar cuando te deshielas?”; podía verlo a mi alrededor, algunas de sus caras hablaban por sí solas, las personas más fuertes aún tenían ganas de embozar sonrisas, a la par que tenían sus brazos extendidos en el aire que iban de un lado a otro, pero… las más débiles, puede que en ese preciso momento esperasen un abrazo en señal de rendición, e incluso yo. Se trataba de la canción “Fiera” y repetían el estribillo con tanta fuerza que acabarían intimidando a la mismísima guerra de Siria, aunque si mencionamos la palabra “intensidad”, no podemos dejar fuera a “Tiemblo”, de la que recuerdo ver a una gran multitud cantar al compás del piano de forma tenue y clara la parte más significativa: “Ven hasta aquí, sálvame tú”, y está claro que lo fácil es decirlo porque… ¿quién no había pensado justo ahí que no se necesita a alguien para que te encuentre sino que se pierda contigo?
Aunque si lo que pretendías era ‘irte’, creo que no es el mejor momento para hacerlo así que haz caso a la siguiente canción y “Quédate”, porque puede que el hecho de quedarse fuese lo más aclamado por todos y cada uno de nosotros, o más bien, “lo necesitábamos” para poder volver a casa con un buen sabor de boca. Era el turno de la canción homónima que le da título al disco y aquello se convirtió en algo único para los que estábamos allí presentes, y no era para menos, tras anunciarnos desde el principio que nuestros bises gritados ‘a pleno pulmón’ quedarían para el recuerdo porque la verdad, todo lo que pasó esa noche era digno de permanecer en nuestra memoria: los aplausos, los gritos llenos de ilusión, la emoción mezclada con nerviosismo, el “hipotético” voy a por una cerveza que “ya volveré” y nunca volvió de ese novio que pasó a ser su ex en mitad de la canción “Ya Verás”, pero que siempre puedes terminar por bailar “El Tango Que Me Parió” y ver como da un giro de 360 º la escena musical al vernos completamente volcados por su métrica la cual apostaba por algo diferente a lo ya anterior.
No sé que es lo que tiene Funambulista, pero consiguió que por primera vez, pudiera decir que es un grupo que conforme pasan los años siguen en “constante equilibrio”, así que lo siento Iván Ferreiro, pero aquí tu canción “El Equilibrio Es Imposible”, no me funciona.
Fotografías por May Carrión, puedes verlas todas aquí.
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