Festivales de Música, el final de una historia de amor

By Libertad G. Díaz @Sahakiel · On 9 diciembre, 2015

Of Monsters & Men en el Cruïlla 2015

Desde hace algún tiempo me he dado cuenta que, cada vez con más frecuencia, la gente va a los festivales a beber y hacerse la foto de turno, sin importar la banda que tengas tocando para ti justo en tus narices. El postureo, el subir la foto a tu cuenta de IG, el hacer saber a todos tus contactos lo guay que eres por estar en X sitio mientras le cuentas a tu super amigui tu último ligue a gritos o el llevar el modelito más moderno han ocupado el lugar que antes invadían sentimientos como el vibrar con la música, aplaudir al ritmo de una tema, corear las canciones y respetar no sólo al artista que está sobre el escenario, sino también a todos los que están a tu alrededor, fans que como tú han ido a escuchar sus temas en directo y disfrutar de esa coletilla olvidada en el concepto de los festivales: «de música».

Esta sensación comenzó hace unos dos años, en el Primavera Sound 2014, mientras estaba en la primera fila de NIN. Dos personas junto a mí no dejaban de hablar y criticar a gritos el concierto, sin entender lo que estaban viendo o qué banda tocaba. Finalmente tuve que ponerme farruca y gritarles «Tienes a Trent Reznor a menos de diez metros, o te callas la boca o te la cierro yo de una ostia». Ante mis muestras de simpatía, acabaron marchándose y dejando que su lugar fuera ocupado por verdaderos fans que estaban allí para ver a la banda estadounidense… Y yo me pregunto, ¿tan mal está el tema de respeto y educación en los festivales para tener que llegar a este punto? ¿La gente sólo va al festival de turno «porque hay que ir» sin informarse o sin importar quién toque? ¿Tan sobrados estáis de pasta que os gastáis casi 200€ en la entrada de un festival para sencillamente ir a beber (o 40€, me da igual)? Vaya, y yo con mi bolsillo en crisis…

HEALTH en el Primavera Sound 2015

Este tipo de comportamientos se va generalizando más en los festivales grandes o medianamente consolidados. Gente que, como si fuera la discoteca de moda, deciden ir a pasear palmito durante un fin de semana a esta cita musical. Algo que no solo sucede en España, sino también en otros muchos festivales alrededor del mundo (Coachella es un ejemplo claro de un festival al que acuden personas sólo por el hype y famoseo que representa, sin saber quién toca en el cartel). Parece que, de momento, a los organizadores de este tipo de eventos la «incultura» musical y la falta de «educación» de sus asistentes les preocupa bien poco mientras ellos sigan agotando abonos. Ojo, nótese que he situado dos palabras entre comillas, ya que no creo que estas personas de por sí sean incultas musicalmente o maleducadas, sino más bien se transforman bajo los efectos de la adrenalina y el alcohol festivalero en este espécimen del cual hablo.

Los canadienses Ought en el Primavera Club 2014

¿Qué hacer para evitar todo esto? La solución no es subir los precios de las entradas (como algún iluminado creerá, frena el carro) o implantar microchips en las personas capaces de controlar su comportamiento (sí, leo demasiada ciencia ficción). Es mucho más sencillo, y se consigue con una sola palabra: RESPETO. Respetar, una acción que se está perdiendo cada vez más en nuestra sociedad. Tú has pagado la entrada a un festival, pero eh, la persona o banda que está encima del escenario está trabajando, intentando dar un show para quienes han ido a verlo. Si no te interesa el concierto de algunos artistas dentro del cartel, no vayas. Aunque sea cabeza de cartel, NO VAYAS, deja que tu lugar lo ocupen fans de verdad. Respetarás así al grupo que actúa y a los fans que van a escuchar sus canciones (y no toda la cháchara de alrededor), sobre todo a estos últimos. Si vas por postureo a un festival, una acción que no comparto pero respeto, quédate atrás, quédate en las zonas de ocio haciéndote fotos y sin necesidad de dar gritos o tirarle la bebida a alguien que está intentando disfrutar de un concierto. Suena a manido, pero es una gran verdad: trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti.

Y vosotros, ¿habéis vivido alguna situación de este estilo en algún concierto? ¿La habéis provocado? ¿Cómo creéis que se podrían evitar este tipo de confrontaciones?