Manu Riquelme es un joven murciano que escribe novelas, guiones, dibuja y lo que surja. Estudió Bellas Artes a caballo entre la Universidad de Cuenca y Murcia. Ha participado en calidad de guionista en cortometrajes, series y programas de éxito como Águila Roja y El Intermedio. En 2011 ganó el Creajoven de Literatura y ha publicado dos novelas: «Dos punto cero a la izquierda» y «Videoclub 84». Ahora ve la luz su tercera novela, «Adopta un monstruo.com», una comedia de terror millennial que estará presentando este sábado en la galería de arte Léucade. Hemos pensado que era un buen momento para hablar con él.
¿Qué fue lo primero que escribiste? ¿Lo recuerdas?
Mi nombre. Tengo un recuerdo muy vívido de dibujar mi nombre antes de aprender a escribir, es decir, me fijaba en las formas que describían las letras y luego las copiaba debajo de mis dibujos a modo de firma. Con dos corazones a ambos lados. Verídico. Tuve una infancia difícil.
¿Sobre qué escribías cuando la cosa se empezó a poner más seria? ¿Ha cambiado mucho lo que te llevaba a escribir en todos estos años?
Consumatum Est, mi relato ganador del certamen Creajoven allá por 2011, era un monólogo interior sobre un escritor frustrado que se suicidaba y hablaba de su vida desde el otro lado, como en El crepúsculo de los dioses. Era una historia cargada de humor negro y eso es algo que ha estado más o menos vigente en casi todo lo que he escrito después, así que supongo que mis filias y fobias siguen ahí.
Cuéntanos en pocas palabras qué podemos esperar de tus tres libros publicados: Videoclub 84, Dos punto cero a la izquierda y Adopta un monstruo.com
Dos punto cero a la izquierda es un retrato en clave de sátira de cuatro personajes que frecuentan demasiado internet y las redes sociales. Es un libro ácido y muy introspectivo. Videoclub 84 es todo lo contrario: una historia breve y de corte intimista disfrazada de novela juvenil, que en realidad se trata de una carta de amor a la década de los ochenta y los noventa. Adopta un monstruo.com, mi último invento, es una comedia de terror millennial que se remonta al cine adolescente en la línea de Buffy Cazavampiros, The Faculty, Jennifer’s Body, etc. Posiblemente sea el libro más divertido y cinematográfico que he escrito hasta ahora.
Si Videoclub 84 era un ejercicio de nostalgia, en Dos punto cero a la izquierda y Adopta un monstruo.com tiene gran peso la situación actual y nuestra relación con las nuevas tecnologías y redes sociales. Son muchos los que ponen el grito en el cielo con su influencia actual en nuestro día a día, ¿tú cómo lo ves?, ¿son unos exagerados o realmente es para preocuparse?
Las nuevas tecnologías se han convertido en un tema recurrente en la mayoría de cosas que he hecho y es curioso, teniendo en cuenta que soy uno de los tíos menos tecnológicos del mundo. Aun así no me considero un tecnófobo. Cuando escribí Dos punto cero a la izquierda, por ejemplo, mi objetivo no era criticar abiertamente las redes sociales sino el comportamiento de algunos usuarios. A mí me interesa más ahondar en la condición humana de mis personajes. El resto es un simple envoltorio.
A pesar de todos los puntos negativos, ¿internet se ha convertido en una herramienta fundamental para tu trabajo como escritor, guionista e ilustrador?
Sin duda. Internet me parece una herramienta bastante útil a la hora de visibilizar tu trabajo o conocer a gente que comparte tus mismos intereses. Por otro lado también es un arma de doble filo en el sentido de que cada vez somos más, lo cual genera un exceso de información, un exceso de ruido. Todo el mundo tiene un blog, una webserie, un canal de YouTube o una opinión. El problema es que hay cosas muy buenas y muy malas. No existe un término medio. Si algún día tenemos que catalogar o archivar toda la cultura que está dando de sí este siglo, nos vamos a volver locos.
Con libros como Videoclub 84 y muchas de las últimas producciones audiovisuales vivimos una vuelta constante a los 80, ¿qué crees que tuvieron los 80 que nos gusta tanto regodearnos en ellos?
Las hombreras. No, en serio, yo creo que el cine de entretenimiento tocó techo en los ochenta, concretamente en el año 84: Cazafantasmas, Gremlins, Pesadilla en Elm Street… Son películas cuya iconografía se ha convertido en cultura popular para una generación que gracias a internet está empezando a darse cuenta de que nosotros también envejecemos y moriremos. De ahí que Hollywood use tanto el comodín de la nostalgia últimamente, aunque preveo que pronto la burbuja ochentera estallará y no tardaremos en cansarnos de tanto sintetizador y niño en bicicleta.
En Adopta un monstruo.com presentas a los protagonistas como otaku, hispter, friki, heavy… ¿por mucho que pasen los años la gente no cambia demasiado y se mantienen los estereotipos?
Adopta un monstruo.com se basa en la página Adopta un tío.es, una web de citas donde las chicas buscan pareja en función de su tribu urbana. Todo esto me permitía llevar a cabo un estudio de la fauna inherente a cada cultura. Además, la mayoría de los adolescentes (y no tan adolescentes) necesitan formar parte de una manada. Por eso los estereotipos siguen funcionando aunque las tendencias no sean las mismas, sobre todo en el caso del cine juvenil. Ahí está El club de los cinco. El trabajo de un buen escritor es ir más allá de la superficialidad de esos estereotipos para construir personajes sólidos, con conflictos reales.
Las webs de citas son protagonistas en Adopta un monstruo.com, ¿eres más de Tinder o de Badoo? ¿Cuál es tu opinión sobre este tipo de webs?
La verdad es que no soy asiduo a ese tipo de webs y mi labor de investigación se limitó a una amiga que me enseñó un día su perfil en Adopta un tío.es He de confesar que me descargué el Tinder hace tiempo, pero lo borré por aburrimiento. Tengo varios conocidos que encontraron pareja a través de alguna de estas aplicaciones, así que mi opinión externa tiende a ser positiva. Mi intención al escribir Adopta un monstruo.com no era criticar estos sitios, sino más bien un pretexto para desarrollar una historia de ficción ligera y divertida.
En estos días donde la autoedición se está abriendo paso como una de las pocas oportunidades para ver tu novela publicada, tú has contado ya con varias editoriales para tus trabajos (Malbec Ediciones, Libros de Autoengaño y, ahora, Pezsapo), ¿cómo ha surgido esta relación con las editoriales? ¿Por qué has preferido trabajar con ellas?
Me siento un auténtico privilegiado por el hecho de haber podido publicar todas y cada una de las novelas que he escrito hasta la fecha. Lo cierto es que el proceso fue sencillo: envié los manuscritos y les echaron un vistazo, cosa que cada vez es menos habitual si no eres un Youtuber, Influencer y demás apelativos. Afortunadamente, ahora mismo hay una proliferación de pequeñas editoriales muy valientes que intentan abrirse camino apostando por autores poco conocidos. La autoedición no me parece una mala alternativa, pero sin un buen distribuidor no llegas a ninguna parte y Amazon es el cementerio de elefantes de los escritores noveles.
Además de escritor también eres guionista y has trabajado en El Intermedio o Águila Roja, ¿cómo lo tiene un murciano para abrirse camino como guionista? ¿Hay realmente salidas en Murcia o es necesario salir fuera?
Hay que salir fuera. La televisión local apenas tiene producción propia, con lo cual casi no necesitan redactores y eso por no hablar de guionistas, que yo creo que directamente no tienen. El mundillo audiovisual en Madrid es muy competitivo y endogámico. También hay bastante mamoneo, pero bueno, igual que en cualquier otro ámbito artístico. Parafraseando a mi padre, que es un señor muy sabio, “hay que tomarse las copas con las personas adecuadas” y a mí ese paripé me da una pereza tremenda.
Estudiaste Bellas Artes y también has trabajado la ilustración llegando a ganar varios premios e incluso conseguir trabajo de ello (algo que parece más difícil aún), ¿has abandonado ya ese campo o volverás?
Profesionalmente sigo haciendo algún que otro trabajo puntual relacionado con la ilustración. El cómic sí que lo tengo más aparcado. Me gustaría volver algún día, aunque de momento no tengo ningún proyecto a corto plazo.
También has pasado por el mundo del fanzine. Sabemos que estos han vivido grandes momentos en Murcia, ¿pero cuál es su situación ahora mismo? ¿Alguno a resaltar que recomiendes no perdernos?
Estoy un poco desconectado del tema, pero recuerdo que cuando empecé a editar mis movidas se podían contar los fanzines con los dedos de una mano y ahora mismo hay muchísimos. Me gustan bastante Doctor Zombie y Pollo Furia Ediciones. Mi fanzine favorito de todos los tiempos era Herpes de Mario Albelo.
¿Dónde crees que está la esencia del fanzine?
En la subversión, el punk, el DIY… Básicamente en hacer lo que te dé la gana al margen de modas y convenciones estéticas, sociales o políticas.
¿Qué comics, libros y películas marcaron tu adolescencia?
¡Buf, un montón! Por aquel entonces leía mucho comic underground de gente como Crumb, Daniel Clowes, Johnny Ryan… La serie de Odio de Peter Bagge también me marcó bastante. Mis autores españoles favoritos son Fernando de Felipe y Paco Alcázar. Uno de los libros que más me ha impactado ha sido American Psycho de Easton Ellis. También leí mucho a Palahniuk. Me encantaban las películas de Kevin Smith, Tim Burton, el cine de terror y gore de Sam Raimi y Peter Jackson, los zombies, la Troma, Álex de la Iglesia, la saga de Scream y todo el terror teen de mediados de los noventa. En fin, ahora me explico por qué perdí la virginidad tan tarde…
¿Y cuáles han sido los últimos descubrimientos que crees que no olvidarás fácilmente?
Los cómics de Joe Matt. Los libros de Caitlin Moran y Ben Brooks. Me lo pasé pipa con la segunda parte de Guardianes de la galaxia, pero como está de moda hacerse el guay ahí va una recomendación más indie: Spring.
¿Qué representa para ti escribir? ¿Es un hobby, algo a lo que te gustaría dedicarte plenamente o algo mucho más allá de todo eso?
Me encantaría dedicarme única y exclusivamente a escribir y que encima me pagasen por ello, aunque hoy por hoy es algo muy complicado tal y como está el patio. De momento me conformo con poder seguir escribiendo y que me lean, y luego Dios dirá.
¿Es posible escribir una novela sin mostrar gran parte de ti en ella?
No, en mi caso siempre hay algo de mí en mayor o menor medida. Yo soy una persona más bien reservada y supongo que aprovecho la escritura para desquitarme en ese sentido. A veces me he llegado a sorprender releyendo cosas viejas y recordando “¡ah, eso lo escribí por esto!”. De todos modos, me suelo tomar muchas licencias y creo que nunca he escrito nada estrictamente autobiográfico usando nombres y apellidos.
¿Crees que la comedia sigue sin conseguir el respeto y la valoración que realmente se merece?
Sí, en el ámbito literario suele ser un género menor a pesar de que en España, por ejemplo, tenemos grandes escritores de humor como Eduardo Mendoza, Kiko Amat o Hernán Migoya. Pero es que el sentido del humor patrio es un tanto particular. No hay más que fijarse en Jorge Cremades, un tío cuyos vídeos son un remiendo actualizado de las Matrimoniadas de José Luis Moreno. La inmensa mayoría de nuestras comedias televisivas consiste en gente gritándose y poco más. No hay espacio para el diálogo ingenioso o el gag visual. Menos mal que a otro nivel menos generalista se están empezando a hacer cosas interesantes como Qué fue de Jorge Sanz y El fin de la comedia, que están más cerca del espíritu de Larry David, Louis CK o Amy Schumer.
¿Por qué nos cuesta tanto entender que se puede hacer humor sobre todo?
El humor es igual a tragedia más tiempo. La cuestión es que el humor no entiende de horarios. El primer monologuista que incorporó un chiste sobre el 11-S lo hizo tres semanas después del atentado a las Torres Gemelas y el público respondió con abucheos. ¿Demasiado reciente? No sé, el humor es una cosa tan personal y subjetiva…
¿Vivimos en una sociedad más «sensible» que nunca o simplemente nos aburrimos demasiado y ofenderse es una buena forma de entretenerse?
Ambas cosas. Los usuarios de Twitter se han asignado el papel de la voz del pueblo y no pasa un día sin que la horda de aldeanos con antorchas ejecute a alguien públicamente en su cadalso particular. Si tu obra no supera el Test de Bechdel o tiene menos de un personaje transexual, no eres más que un machista cis opresor heteropatriarca machirulo de la pradera. Había por ahí un texto de Stephen King que venía a decir algo así como “dejadme contar la historia en paz”. Además, la gente cada vez distingue menos entre persona y personaje. Santiago Segura no es Torrente, el Señor Burns es un dibujo animado y Anthony Hopkins jamás se ha comido a nadie. Un escritor no es todo lo que escribe.
Sabemos que es fácil verte por la noche murciana y que tienes un imán para personajes excéntricos de la ciudad, ¿estás reuniendo información para una próxima novela? ¿Un «cómo salir por Murcia y no morir en el intento»?
Murcia cada vez me recuerda más a Gotham, la serie de Batman sin Batman. Allí tienen a mentes criminales de la talla del Pingüino y Enigma y aquí tenemos al Chucky de Cieza y al de “Dame tu fuerza, Pegaso”. Hace tiempo le comenté a Carrie Palmer que se me había ocurrido una idea para un fanzine sobre la noche murciana parecido a los libros de “Busca tu propia aventura”: “si quieres pedir un calimocho con mora en Repúblika, corre a la página 52; si prefieres irte al Musik en busca de garrafón, arrástrate a la página 112”, etc. En cualquier caso todas las historias acaban en el Kebab de la esquina.
¿Qué personaje murciano elegirías como protagonista de una de tus novelas? ¿Y como villano?
A Pedro Antonio Sánchez, porque es el héroe que Murcia se merece pero no el que necesita ahora mismo. Un caballero oscuro. Su archienemigo podría ser Juan Gorreta, el gitano que toca la guitarra en la Plaza Circular, aunque a lo mejor se hacen colegas y combaten juntos el crimen a ritmo de Camarón. También soy muy fan de Antonio Hidalgo. Es nuestro Bill Murray.
¿Por qué crees que Murcia se está convirtiendo en el blanco de todos los chistes?
Murcia tiene cosas buenas como el clima o la gastronomía, pero a veces podemos ser muy chapuceros y tenemos muy mala prensa. Eso sí, podría ser peor. Podríamos ser de [inserte aquí su localidad para poder indignarse y linchar a Manu Riquelme en Twitter]
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[…] Los días 31 de octubre y 1 de noviembre la Filmoteca Regional de Murcia celebra Halloween con un ciclo especial formado por cuatro películas. Contará con dos clásicos del cine de terror como “Pesadilla en Elm Street” y “La Mosca” así como dos nuevas propuesta que han cosechados grandes críticas estos últimos años, “A Ghost Story” y “Thelma”. Además también incluirá la presentación del libro “Adopta un monstruo.com” del escritor murciano Manu Riquelme, con el que hablamos hace un tiempo. […]